Un escándalo de proporciones estuvo a punto de estallar en la antesala de la final de la Champions League. En medio de los crecientes actos de racismo y discriminación en el fútbol, un diario italiano develó una actitud del árbitro designado Szymon Marciniak que, claramente, contravenía los valores promovidos por la UEFA.
Una situación que fue publicada por el medio romano La Reppublica, que aseguró que Marciniak -quien ya dirigió la final de Qatar 2022- estuvo presente en el acto de un partido de extrema derecha de Polonia. Conocido por sus posiciones xenófobas, homofóbicas, racistas y antisemitas.
“El escándalo estalló en los medios polacos tras el reportaje de la asociación ‘Never Again’ y la UEFA ha abierto una investigación sobre el asunto. En las próximas horas, confirma Nyon, se tomará una decisión, tras todas las investigaciones sobre el caso”, publicó el diario italiano.
Tras estudiar de manera exhaustiva los antecedentes, el organismo que rige el fútbol europeo decidió confirmar al juez para el partido que protagonizarán Manchester City e Inter de Milán, el próximo 10 de junio.
“Hemos recibido una declaración del Marciniak expresando sus más profundas disculpas y aclarando su participación en el evento. Creemos que es crucial compartir su declaración para abordar las preocupaciones y garantizar la transparencia”, afirmó la UEFA.
Las disculpas del juez
Tras conocerse la noticia, el referí polaco publicó un extenso comunicado de prensa en el que explicó su error, además de ofrecer las disculpas correspondientes a quienes se sintieron afectados.
“Espero que esta declaración llegue a todos los interesados, en particular a las personas que estaban legítimamente alarmadas y decepcionadas por mi participación en el evento Everest, organizado en Katowic, el 29 de mayo de 2023. Quiero expresar mis más profundas disculpas por mi participación y cualquier angustia o daño que pueda haber causado”, dice el escrito del árbitro polaco.
Asimismo, afirmó que “estaba gravemente engañado y desconocía por completo la verdadera naturaleza y las afiliaciones del evento en cuestión. No tenía conocimiento de que estuviera asociado a un movimiento polaco de extrema derecha. Si hubiera sido consciente de este hecho, habría declinado categóricamente la invitación”.
Incluso, agregó que “los valores que promueve este movimiento son totalmente contrarios a mis creencias personales y a los principios que me esfuerzo por defender en mi vida. Estoy profundamente arrepentido por cualquier percepción de que mi participación pueda haberlos contradicho”.
Para terminar, aseguró que comparte plenamente los valores que el organismo rector del fútbol continental ha puesto tanto empeño en destacar y promover, sobre todo en tiempos de profundas diferencias.
“Quiero enfatizar mi apoyo inquebrantable a los valores defendidos por la UEFA, en particular la inclusión y el respeto por todas las personas, independientemente de su origen. Condeno de todo corazón cualquier forma de odio, discriminación o intolerancia, ya que no tienen cabida en el deporte ni en la sociedad en su conjunto”, confirmó.
Y aseguró que “extiendo mis más sinceras disculpas a los clubes, jugadores, aficionados, compañeros, funcionarios y organizaciones que depositan su confianza en mí. Comprendo plenamente que mis acciones han tenido repercusiones más allá de la decepción personal, y estoy totalmente preparado para aceptar cualquier consecuencia que resulte de mi desacertada participación”.