Está todo listo en Madrid para la disputa de la final de vuelta de la Copa Libertadores. Boca Juniors y River Plate ya están instalados en España para enfrentarse, este domingo, para definir al nuevo monarca de América. En lo deportivo, ambos elencos empiezan a definir sus oncenas y planteamientos; fuera de la cancha, sin embargo, las preocupaciones son permanentes.
La policía española ha puesto especial énfasis en la seguridad del evento, sobre todo después de los incidentes que obligaron a postergar la definición el pasado 24 de noviembre. Por lo mismo, se montó un operativo que ha ido aumentando en rigurosidad a medida que se acerca el partido. Entre hoy y mañana, en tanto, las autoridades hispanas informaron que esperan el arribo de 500 hinchas calificados como "especialmente violentos".
José Manuel Rodríguez, delegado del Gobierno de Madrid, afirmó que están "trabajando estrechamente con la policía argentina", a fin de tener "todo controlado con este grupo de personas", por las que se ha puesto en marcha "un plan de seguridad máxima en el aeropuerto, las carreteras, las estaciones de trenes y buses, y el metro", explicó.
"Se está haciendo un trabajo minucioso. Y aunque la inmensa mayoría viene con la intención de celebrar la fiesta del fútbol, está también este grupo con personas especialmente violentas", puntualizó Rodríguez en conferencia de prensa. "Estamos frente a un acontecimiento histórico y queremos proyectar la imagen de una buena seguridad", cerró.
El domingo, día del encuentro, habrá cinco mil efectivos de seguridad a cargo del operativo. Un total de tres mil policías y dos mil guardias privados para intentar evitar que se repitan las imágenes que dieron la vuelta al mundo.