España es Isco y muy poco más
Pese a ganar el grupo, el equipo de Hierro va de mal en peor: apenas suma cinco de nueve puntos, un cúmulo de errores individuales y una evidente ceguera en la banca.
Se dio la lógica. España está en los octavos. El tema es que lejos de su condición de favorita, dejó una imagen muy gris, dentro y fuera de la cancha. Su empate ante Marruecos fue la rúbrica de un presente con más dudas que certezas.
Fernando Hierro es apenas un administrador de talento, un simple retocador, para mal, del proceso que encabezó por largo tiempo Julen Lopetegui, hasta que fue despedido dos días antes del debut en la Copa.
El campeón de Sudáfrica 2010 simplemente cumple con la mínima exigencia que se le impuso antes de llegar a Rusia. Errores, descoordinaciones, payasadas, incluso, persiguen a España en este torneo. El primer gol de los marroquíes ayer, obra de Boutaib, llegó justamente por una grosera equivocación conjunta entre Sergio Ramos e Iniesta.
Lo bueno para España es que cuenta con un futbolista inspirado. El más regular hasta la fecha. Se trata de Isco, el volante del Real Madrid, principal habilitador de su equipo y ayer finiquitador, al convertir el 1-1 parcial. Lo cierto es que los hispanos han mantenido su tradición de controlar la pelota a placer, con porcentajes de posesión alucinantes, pero sin la contundencia para marcar diferencias en el marcador.
Ayer, de hecho, Marruecos se puso en ventaja gracias a En-Nesyri, quien le ganó un cabezazo a un opaco de Sergio Ramos y dejó parado a De Gea, quien apenas ha tapado uno de los siete tiros al arco que ha sufrido España en el Mundial (y otro se fue al ángulo ) y está en Rusia de espectador. De no ser por el empate de Iago Aspas (y la ayuda justa del VAR), los ibéricos habrían clasificado segundos en su grupo y con una vergüenza a cuestas. Ahora se medirán con Rusia, a la caza de los cuartos y también en busca de respuestas urgentes para aspirar seriamente al título.
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