Julen Lopetegui ya no es seleccionador español. El anuncio de su fichaje por el Real Madrid a la conclusión del Mundial se lo llevó por delante. La Federación, herida y sintiéndose traicionada, lo mandó directamente para casa. Y puso en su lugar a Fernando Hierro, que ejercía de director deportivo. El terremoto no para.
La Federación Española no titubeó y su presidente, Luis Rubiales, tomó la decisión -sin precedentes a lo largo de la historia- apelando a la integridad de la selección. El directivo cuestionó el compromiso del saliente adiestrador, dejó en claro que se sintió pasado a llevar y, en ese escenario, dijo, se vio forzado a actuar. "Nos hemos vistos obligados a prescindir del seleccionador. Hubo una negociación legítima, no hay problema en ello, pero ha ocurrido sin información a la Federación, apenas cinco minutos antes de una nota de prensa", aseguró el directivo, al tiempo que presentaba al histórico exjugador Fernando Hierro como el nuevo jefe técnico del equipo. "Tiene que haber un mensaje claro para los trabajadores de la Real Federación Española. Hay una forma de actuar que hay que cumplir", añadió.
La decisión directiva de anteponer los intereses de la selección por sobre los personales de Lopetegui, pese al incendio que desató, no amilana al equipo. Y aunque los principales referentes de la nómina intentaron frenar la determinación y la consiguiente crisis, luego se juramentaron a realizar una buena presentación en la Copa del Mundo. "Somos la selección, representamos un escudo, unos colores, una afición, un país. La responsabilidad y el compromiso son con vosotros y por vosotros. Ayer, hoy y mañana, juntos. Vamos España", escribió en redes sociales el capitán del equipo, Sergio Ramos, develando el sentir del camarín rojo.
La indemnización
Judicialmente, el asunto ha dado un vuelco. Lo que ayer iba a ser el abono por parte del Madrid de dos millones de euros fijados en la cláusula de rescisión de contrato del seleccionador, ahora puede convertirse en que sea la Federación la que tenga que abonarle tres millones de euros al técnico por despedirlo antes del vencimiento de su contrato. Los tribunales serán los que decidan si el entrenador decide demandar. "Hay abogados que ya están en ello. Pero hay cosas que están por encima del dinero. Económicamente no son acertadas, pero sí en valores", aseguró el timonel español.
El favoritismo de España, en tanto, no varía a pesar del embrollo. En las casas de apuesta, se mantiene como tercer máximo aspirante al título, por detrás de Brasil y Alemania.
"Tuve clara la respuesta desde el principio. No me hubiese perdonado decir que no. Tenemos que ser inteligentes, coherentes y saber que no hay espacio para cambios. No podemos cambiar absolutamente nada. Hay que continuar y tocar lo menos posible", declaró Fernando Hierro, el nuevo entrenador, listo para encabezar su imprevisto desafío.
Los actores del incendio
Hierro, el DT ocasional
Pasaba por ahí y lo sentaron en la banca. Con mucho currículum como jugador, capitán del Real Madrid y de la selección, pero escaso como entrenador (un fugaz paso de una temporada por el Oviedo, en segunda división), Fernando Hierro se ve de repente al frente de España en el Mundial.
Será el primer desafío en serio para el histórico exfutbolista, que dice que aceptó sin dudar y dejó en claro en su presentación que prácticamente no hará modificaciones al equipo que heredó de Lopetegui.
Tiene 50 años y se iniciará en el escenario más complejo posible. Aunque sólo después de la Copa del Mundo podrá demostrar su real valía como DT.
Rubiales golpea la mesa
Defensa discreto que alcanzó su techo en el modesto Levante; activo y confrontacional presidente del sindicato de futbolistas españoles luego y, desde hace apenas un mes, presidente de la Federación española, rompiendo el eterno gobierno de Ángel María Villar (29 años) y el breve ciclo de su interino sucesor (Juan Luis Larrea). Luis Rubiales (40) sólo ha hecho dos cosas desde que asumió el cargo: renovar a Julen Lopetegui hasta 2020 y despedirlo fulminantemente ayer tras sentirse traicionado. Una demostración de mando, inesperada para buena parte de la crítica y con coste económico para el organismo que preside, que, en nombre de la dignidida, le ha puesto en el disparadero.
Lopetegui hipoteca todo
Posiblemente no midió la consecuencia de su elección, pero Julen Lopetegui (51) antepuso sus intereses a los del equipo para el que trabajaba. Y al tiempo puso por delante un club, el Real Madrid, sobre una selección, la española. Se ganó elogios y reconocimiento del fútbol por rehabilitar el duende de la Roja, pero ahora se ganó detractores por la maniobra que forzó su salida. La deja invicta. Se expone Julen a partir de ahora a las pifias de muchos estadios a cambio de conquistar el corazón del Bernabéu. Se fue sin hablar de Rusia y hoy incluso puede ser presentado como técnico del Real Madrid. Un paso soñado que lo envió al precipicio.