Pocas veces un ídolo de Colo Colo y uno de Universidad de Chile se juntan a conversar. Pero cuando lo hacen, las confesiones afloran. Y eso fue lo que sucedió entre Carlos Caszely y Sergio Vargas en el espacio del primero, Mi Metro Cuadrado.
El máximo referente del Cacique entrevistó al portero que se autodeclaró como el mejor de los azules en los últimos 30 años y recordaron el campeonato que obtuvieron los laicos en 1994, tras 25 años de frustraciones. “En el Sauzal (antiguo centro de entrenamiento de la U), del camarín a la cancha había como 100 metros y ese último mes se llenaba de gente. Tardábamos más de media hora en llegar a la cancha, cuando lo normal eran dos minutos”, rememoró Vagas.
La idea de Superman era detallar cómo el clamor de su hinchada iba aumentado la carga sicológica que ellos tenían en el vestuario. “El último mes y medio toda la gente nos decía que no podíamos fallar. De hecho, cuando entró en tierra derecha el campeonato y ya se decía que era factible ser campeón, la gente se soltó y nos decían que no podíamos fallar y a todos los lugares que íbamos era así. La presión era impresionante”.
Por lo mismo, no era extraño lo que sentirían en el trascendental duelo que sostuvieron en El Salvador. “Llegamos al partido y la presión… estábamos cagados. Teníamos una mochila demasiado pesada, una responsabilidad demasiado grande, porque 25 años sin ser campeón y los hinchas esperaban eso. Jugamos uno de los peores partidos del campeonato”, explicó el otrora compañero de Diego Rivarola.
Sus dos grandes conflictos
Vargas también rememoró dos de los conflictos más grandes que tuvo mientras defendía los tres palos de los azules y en ambos, el Superclásico fue el marco donde se ocasionaron. “Con Fernando Vergara fueron dos veces. Una en 1995 que lo pasé a llevar, no fue combo ni nada y en 1996 me fue a gritar un gol en la cara. Pero todo quedó ahí”. Pero aclaró que “tenemos muy buena relación con Fernando. Los dos teníamos la misma marca y la empresa hizo una publicidad con los dos aprovechando. Son calenturas del momento, pero después pasan”.
Pero sin duda uno de los momentos íconos de su carrera fue cuando pateó la puerta del camarín de los árbitros en el Estadio Nacional. “Un golpe a la puerta, un desahogo. Un partido en un Superclásico con Colo Colo que ganábamos 1-0 y faltando dos o tres minutos para terminar el partido, voy a tomar una pelota arriba en mi área y (Héctor) Tito Tapia me empuja”, relató.
Claro que la historia no quedó ahí y Sergio Bernabé concluyó: “Salgo del área con la pelota y el árbitro en vez de cobrar el empujón cobra mano fuera del área. Viene el centro del (José Luis) Coto Sierra entra Pedro Reyes y nos empatan. Sacamos al medio y termina el partido. Todos mis compañeros se fueron arriba del árbitro. Yo también iba corriendo al árbitro, pero me di cuenta de que estaba tan sacado que quizás le pegaba un combo. Salí corriendo al camarín y me desquité con la puerta”.