Hace exactos diez años, el que debía de ser un ameno viaje de vacaciones se convirtió en un a pesadilla para Michael Schumacher.
Un golpe en la cabeza dejó al siete veces campeón del mundo en Fórmula Uno en coma, con daño cerebral severo. Todo mientras esquiaba en las vacaciones navideñas con su familia en Meribel, en plenos Alpes.
Una noticia que causó un impacto generalizado en el planeta, que siguió con atención el estado del piloto alemán. Diagnóstico que una década después sigue sin ser respondido de manera definitiva.
Porque si hay algo que ha acompañado al proceso de recuperación de Schumi es el hermetismo. Desde el día uno, la familia a cargo de su esposa Corinna optó por el silencio.
Poco se sabe de la condición física del deportista y son muy pocos los cercanos que pueden visitarlo en la mansión de Port d’Andratx en Mallorca, la misma que fue propiedad del presidente de Real Madrid Florentino Pérez.
La expareja de Flavio Briatore, exdirector de varias escuderías, Elisabetta Gregoraci, fue quien dio algunas pistas: “No habla. Se comunica con los ojos. Solo tres personas pueden ir a verlo y yo sé quiénes son. Se mudaron a Mallorca, donde su esposa ha montado un hospital en esa casa”.
Tratamiento revolucionario
Pero el diario alemán Bild, a diez años del accidente, realizó un reportaje en el que dio detalles sobre las terapias a la que es sometido Schumi. Los tratamientos para ayudar al germano se encuentran entre los más avanzados del planeta. Según el medio, también es apoyado con varios estímulos sonoros.
La noticia que se ha filtrado en los últimos días es que, para estimular su actividad cerebral, el expiloto de Ferrari también fue llevado a dar una vuelta en pista, a bordo de un Mercedes-Amg, un vehículo de alta gama de la marca teutona.
Si bien no se conocen a cabalidad las condiciones de salud del alemán, el exdeportista cuenta no sólo con la ayuda de su familia, sino también de un equipo de especialistas. Según Bild al menos 15 personas entre médicos, masajistas y enfermeras, quienes están con él en turnos las 24 horas y todos los días de la semana.
La fortuna de la familia
Así también, el medio germano ahondó en la fortuna del siete veces campeón mundial en la Fórmula Uno. Su esposa Corinna ha tomado el control total del patrimonio del expiloto, estimado en uno 550 millones de dólares.
Una fortuna lograda a través múltiples fuentes, contratos de patrocinio, acuerdos publicitarios, negocios fuera del deporte automovilístico y los salarios que recibió en sus diferentes equipos.
Recientemente, se develó el sueldo que obtuvo Schumi entre 1996 y 1997, sus dos primeras temporadas con Ferrari. La marca italiana pagó 60 millones de dólares por esos años, un verdadero récord para ese tiempo.
La esposa del expiloto ha desempeñado su papel con un enfoque firme en la privacidad y el legado de su marido. Gracias a la colaboración de asesores financieros y legales ha asegurado de que ese patrimonio se maneje de forma efectiva y sostenible.
Es cierto que los detalles de la cartera de inversiones se mantienen en absoluta reserva, pero según Bild incluye bienes inmuebles, inversiones financieras y participaciones en empresas.
Sin embargo, también trascendió que Corinna debió vender el jet privado de la familia, una cabaña al norte de Oslo, la mansión en Dubai y el mítico Ferrari F2000.
Al mismo tiempo, en 2016 se conoció que tres sponsors que aportaban cerca de US$ 5 millones anuales a su cuenta bancaria le dieron la espalda.