“Estoy adolorido entero, pero lo que más duele es el corazón”: el grito de Cornejo tras su caída y su abandono
La gran carta chilena sufrió un accidente en la décima etapa de la carrera que lo dejó inconsciente por varios minutos y que lo obligó a retirarse de la competición nada más cruzar la meta. El piloto y su padre repasan la caída y dejan las sensaciones de la frustración.
“Me caí fuerte en la especial. Pude terminar, pero perdí el conocimiento por algunos minutos. Cuando seguí estaba un poco mareado. Pude terminar, pero acá al final de la especial me están revisando los médicos. Parece que me tengo que hacer un escáner para chequear que todo está bien porque fue fuerte el golpe en la cabeza. Parece que estoy fuera, pero todavía no sé si es 100% confirmado. Voy al hospital porque me pegué fuerte en la cabeza, pero ya estoy bien. Recuperé la conciencia y todo. Por unos minutitos me fui a negro. Un abrazo grande”, se escucha en el audio enviado por Ignacio Cornejo al momento de subirse a la ambulancia que lo trasladó al hospital de Tabuk, una vez finalizada la décima etapa del Dakar, tras sufrir un accidente que puso fin a su sueño en la carrera que se disputa en Arabia Saudita.
Nacho lo intentó, pero no pudo. Se puso de pie, sin importar el fuerte golpe que recibió en la cabeza y que lo dejó inconsciente por varios minutos a la altura del kilómetro 252′' para seguir con el sueño que tiene desde niño cuando se crió en el taller mecánico de su padre. Mareado y con su moto Monster Energy Honda averiada, el iquiqueño aceleró sin querer darse por vencido, con dirección a la meta ubicada en Al’Ula. Antes de su caída, Nacho marchaba en la segunda posición, a un minuto del estadounidense Ricky Brabec, último campeón del Rally Dakar.
La caída de Cornejo, la gran carta chilena en el Dakar, tres días a la cabeza de las motos, una de las dos categorías reina, puso tensa a la organización de la competición. También a sus familiares y amigos, que solo querían saber del estado del salud del piloto chileno. En Iquique, lugar en la que se crió, y Arabia Saudita, país en el que se encuentra su padre José como miembro del equipo de Chaleco López. “Venía con la aplicación siguiendo los tiempos y noté algo raro. Nacho venía un poquito atrás del parcial y eso me llamó la atención. Llamé a mi hijo (Antonio) en Chile y le dije que algo estaba pasando. Él lo podía seguir mejor, más en línea. Venía retrasado en los tiempos. Después me enteré que se había caído y que había sufrido un accidente”, revela Don Pepe, como le dicen al padre de Cornejo, desde Arabia Saudita al ser contactado por La Tercera.
Don José aún no puede conversar telefónicamente con su hijo. Pero sí lo ha hecho a través de mensajes de texto. Los exámenes salieron positivos. Solo sufrió golpes y no existe ningún daño cerebral. “Me mandó mensajes y me dejó mucho más tranquilo. Esa zona tenía mucha piedra, mucho polvo. No he entrado en detalle del accidente con Nacho, pero los accidentes son súper comunes. Cuando uno viene al Dakar sabe los riesgos que existen. Todos los pilotos sufren accidentes, caídas”, dice.
Lo cierto es que quien le metiera a Nacho la pasión por las motos nunca perdió la calma. “No sacaba nada con desesperarme. Acá en el Dakar están todas las medidas de seguridad para cubrir accidentes. Están los helicópteros, las ambulancias a la llegada, todo. No hay mucho que hacer y desesperarse no sirve mucho. Es cierto que venía peleando sólido, pero los accidentes son cosas que pueden pasar. Es parte del juego. Lo tenemos claro y lo asumimos. Lamentablemente nos tocó ahora, pero Nacho es joven y le quedan muchos Dakar por delante”, agrega.
Nacho, por su parte, fue trasladado en un avión médico a Jeddah tras ser revisado en Tabuk. Se quedará hasta el 16 de enero pues posterior a la finalización de la carrera todos los pilotos retornan en un chárter a sus destinos finales. El criado en el norte del país horas después de la caída resumió la carrera que puso fin a su sueño:
“Estoy tomando un avión médico a Jeddah. Ahora estaba en Tabuk. Nada grave, pero me llevan para allá para dormir hospitalizado ahí por precaución porque la carrera va en dirección hacia allá. Ahí esperaré el equipo. Ojalá pueda sumarle al último día para estar con mi equipo, con mis compañeros, para darles ánimo. Estoy adolorido entero, pero lo que más duele es el corazón. Veníamos haciendo un carrerón, veníamos casi asegurado y yo creo que eso llevó a un poco relajarse hoy día. Iba un poco más tranquilo que los otros días y quizás eso llevó a cometer un error”, reconoce.
No tiene grabado el accidente. “Lo único que recuerdo que es que le pegué a algo que no vi, supongo que es una piedra. Ahí perdí el conocimiento por algunos minutos. Cuando volví estaba un poco mareado. Había gente y les dije que quería seguir porque quería llegar a la meta. Seguí tranquilo, con problemas para concentrarme pero después pude retomar la ruta y llegar a la meta. Pensé que podía seguir, pero me examinaron los doctores y no me dejaron subirme a la moto para hacer el último enlace. Me hice los exámenes y está todo bien, pero un poco adolorido. La cabeza no está al 100. Creo que fue buena decisión tirar la toalla en esta y ya vendrá una próxima. 2021 será un poco incierto, no sabemos qué pasara con el Mundial de Rally, pero el equipo nos estará avisando pronto el futuro. Estoy muy motivado con el futuro y mostramos que venimos haciendo un buen trabajo y que estamos para pelear la punta. Esperamos volver el próximo año con más ganas, más experiencia y más sabio también”, cierra.
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