Simone Biles termina su participación en la jornada de hoy y su semblante denota que no lo está pasando bien en Tokio. Su rendimiento en los Juegos está muy lejos de las expectativas para quien en Río 2016 se transformó en una de las principales figuras y quien, se suponía, llegaría a la justa asiática a revalidar las medallas de oro que había conseguido en Brasil. El mundo entero confiaba en su capacidad. Y, sin embargo, falló. Sin ir más lejos, el representativo del Comité Olímpico de Rusia se llevó la competencia por equipos.
La estadounidense está en duda para el resto de los Juegos, pero sus problemas no son físicos. Lo admitió poco después de salir del gimnasio. “Desde que entro al tapiz, estoy yo sola con mi cabeza, luchando contra mis propios demonios (...) Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi salud y mi bienestar”, manifestó.
“No confío en mí tanto como antes”
“Vamos a ir paso a paso y ver lo que pasa. La terapia ayuda mucho, así como la medicina. Pero cuando te encuentras en una situación de alto estrés...”, añadió, poniendo en entredicho el resto de su participación en el resto de los Juegos.
Y luego, volvió a intentar graficar el momento que atravies.a “Simplemente no confío en mí tanto como antes. No sé si es la edad. Siento como si no me divirtiera tanto”, dijo, entre lágrimas.