Japón 0 - Chile 4

Japón: K. Osako; T. Hara, T. Tomiyasu, N. Ueda, D. Sugioka; Y. Nakayama, G. Shibasaki; D. Maeda (66', K. Miyoshi), T. Kubo, S. Nakajima (66', H. Abe); A. Ueda (78', S. Okazaki). DT: H. Moriyasu.

Chile: G. Arias; M. Isla, G. Medel, G. Maripán, J. Beausejour; E. Pulgar; Ch. Aránguiz, A. Vidal (78', P.P. Hernández); J. P. Fuenzalida (79', O. Opazo), E. Vargas, A. Sánchez (87', J. Fernandes). DT: R. Rueda.

Goles: 0-1, 41', Pulgar se eleva sobre Nakayama y cabecea un córner desde la derecha; 0-2, 54', Vargas recibe de Isla y su tiro entra tras un desvío en Tomiyasu; 0-3, 82', Alexis anota de palomita tras centro de Aránguiz; 0-4, 83', Vargas define por encima del arquero.

Árbitro: Mario Díaz de Vivar (PAR). Amonestó a Hara, Nakayama (JAP); Opazo (CHI).

Estadio Morumbí. Asistieron 23.253 espectadores.

Ahí está Chile. Ahí está el campeón defensor. El bicampeón. Con una goleada inapelable, con un 4-0 ante Japón que alimenta la ilusión y eclipsa las dudas de un proceso que lleva más de un año. Ahí está la Roja de Rueda, respondiendo cuando importa, en el debut, cuando los puntos sí valen.

Erick Pulgar le dio la razón a Rueda. Se elevó por encima de Nakayama y con su cabezazo hizo olvidar a Marcelo Díaz. Corría el minuto 41 y a esa altura el volante del Bologna ya se había afirmado en el mediocampo de la Selección. Después de un inicio con ciertas dudas, que incluyo un vistoso caño de Kubo, el jugador de 1 metro 87 empezó a distribuir la pelota, a jugar con criterio y asociarse principalmente con Charles Aránguiz, otro de los puntos altos en la primera fracción.

Porque Chile, dentro de lo que se le debe exigir, ofreció un partido más que correcto en el debut. Un juego de pequeñas sociedades, que funcionaron bien. Aránguiz-Pulgar; Isla-Fuenzalida, por la banda derecha, las más eficientes. Chile llegó mucho por esa zona del campo, colectivamente hablando, hasta que Alexis se prendió por la izquierda.

Lejos de su plenitud física, el tocopillano tomó confianza y con sus apariciones le dio a la Roja otro nivel ofensivo. Desbordó, generó faltas y estuvo cerca de convertir. Una buena señal, si el debut no lo dejó muy averiado.

Sin ser tan prolijo como en sus mejores épocas, el Equipo de Todos fue tejiendo poco a poco el dominio del partido. Faltaba el engranaje de Arturo Vidal, siempre exuberante, siempre luchador, pero en esta ocasión no tan gravitante.

El gol es la mejor vitamina de fe para una escuadra. Y con Eduardo Vargas, el gol volvió a la Selección. A los 54', el ariete de Tigres le agradeció el perdonazo a Rueda con un tanto que tuvo la complicidad de la pierna de Tomiyasu: 2-0, resultado perfecto para afirmar convicciones.

Lo peor es relajarse con la diferencia. Eso le pasó a la Roja y Rueda se molestó por lo mismo. Ayase Ueda se perdió tres claritos. La banca chilena empezó a tramar un movimientos de piezas, con cierta lentitud, eso sí. El duelo pedía mayor control en el medio. Alexis ya jugaba minutos demás.

Lo peor, sin embargo, vino con Vidal tendido en el suelo, tocándose el muslo izquierdo. Ahí sí que se apuró el cambio, porque el mismo volante lo pidió. Entró Hernández y Chile mostró contundencia. De la mano de sus máximos artilleros históricos: Alexis (42) y Vargas (38). Las firmas de la goleada y de la fiesta. El reencuentro de la dupla, el reencuentro del gol en la Roja. ¿Contra un equipo Sub 23? ¿Inferior? Sí, póngalo como quiera, pero debutar dando una paliza siempre es positivo. Un aviso, una advertencia: el bicampeón de América está en Brasil.