El Barcelona perdonó a un Napoli que consiguió un valioso empate en el Camp Nou. Los Azulgranas igualaron 1-1 ante los Azules, por los dieciseisavos de final de la Europa League, y todo se resolverá la próxima semana en el estadio Diego Armando Maradona.
Decidido en asumir el protagonismo, el cuadro local salió a la cancha con la intención de dominar a su rival. De hacerlo ver incómodo presionándole la salida y rotándole la pelota por los diferentes sectores del campo, para así romper líneas en tres cuartos de cancha con un pase sorprendente o un ataque construido, sin desprotegerse en defensa.
Los culés eran mejores. No le prestaban la pelota a un rival que tampoco se quedó atrás, porque tenía muy claro lo que su adversario le iba a proponer. Entre toque y toque para encontrar los espacios, los pupilos de Xavi Hernández se generaron lo que fue su llegada más clara en el primer lapso. Una ocasión que, no obstante, fue desperdiciada por los dueños de casa.
Fue en los 28′, cuando Pierre Emerick Aubameyang vio a Ferran Torres en la entrada del área, le entregó la pelota para dejarlo en inmejorable posición, con una chance clarísima de anotar. Sin embargo, el remate del delantero español se fue desviado, mientras el público en las gradas simplemente no lo podía creer.
El Napoli tardó apenas un minuto en responder. Con un cachetazo que silenció el estadio. Elif Elmas se lució con un jugadón ante Jordi Alba por el sector derecho, evadiendo su barrida con un soberbio enganche, y luego le cedió el balón a Piotr Zieliski, quien remató con furia a la portería de Marc-André ter Stegen. Pese a que el alemán evitó en primera instancia su festejo, el rebote le quedó al polaco, quien no falló en la segunda, batiéndolo con un violento derechazo.
Los forasteros retrocedieron sus líneas y se dedicaron a esperar. El objetivo era cuidar la ventaja por sobre ampliarla, más aún considerando que los dueños de casa se instalarían de lleno sobre su terreno, para llegar al empate, lo que terminó ocurriendo.
Pero la apuesta de la visita se derrumbó de golpe, por una mano muy leve de Juan Jesús, quien tocó el balón con la punta de los dedos, en una jugada que nadie vio. Nadie, menos el VAR, que sancionó el penal que Torres aprovechó en los 59′ para marcar el empate y, de paso, sacarse la bronca por el gol errado en la primera mitad.
El problema de los Azulgranas fue que continuaron sin generar peligro en la portería de Alex Meret. Poco ayudaron, en ese sentido, los ingresos de Sergio Busquets y de Ousmane Dembélé, los elegidos por Xavi para darle un mayor dinamismo en los suyos, en el mediocampo y en el ataque, respectivamente.
Muy tarde ingresó Luuk de Jong, quien venía de buenos partidos ingresando desde el banco. Esta vez, entró al campo recién en los 86′, como para cambiar el panorama. Y tuvo una clara opción de darle la ventaja a los suyos con una chilena, cuando el cronómetro marcaba los 89′. Antes, Torres desperdició otra gran chance, elevando su remate tras recibir una asistencia de taco.
Los Azules, que poco hicieron luego de la apertura de la cuenta, también pudieron adjudicarse la victoria. Eso, si Dries Mertens hubiese aprovechado de mejor manera el resbalón de Busquets que le permitió rematar con comodidad ante Ter Stegen, cuando el duelo ya estaba en los descuentos.
Golpearon primeros los italianos, ante un Barcelona que solo pudo igualarlo gracias a un penal. De ideas y fútbol, aún le falta mucho al equipo de Xavi, quien aún no logra sacarle brillo a un equipo que venía de la oscuridad. Todo se definirá en Nápoles, el próximo jueves 24 de febrero, desde las 17.00 horas de Chile.
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