En Everton están molestos. Este viernes, a medianoche, se enteraron de que el partido ante Cobresal, que se jugaba ayer, a las 12 horas, en el Salvador, había sido suspendido por el gobernador de la provincia de Chañaral, Ignacio Urcullú. ¿El motivo? La muerte de un trabajador en una protesta en la zona de Potrerillos, que tienen convulsionada a la ciudad. Se informó que no había contigente policial para resguardar el encuentro.
Ambos elencos lamentaron la noticia. Si bien entrenaron ayer en la mañana, los viñamarinos viajaron de inmediato a Copiapó para volar desde ahí a casa. Ni siquiera esperaron una reprogramación. "No se va a jugar este fin de semana. Everton ya va de regreso. No había contingente de Carabineros", dijo Juan Silva, gerente deportivo de Cobresal.
En Everton se comunicaron con la ANFP y quieren una indemnización por el costo que significó trasladarse a El Salvador. Aseguran que no fue culpa de Quilín, pero sí está en manos de ellos reembolsar uno de los viajes más caros del año: $ 10 millones. Además, se debe coordinar el duelo en una sede que ambos elencos aprueben. "Uno se pone en el lugar de Everton y entiende la molestia. Hay una logística y un tema económico. Pero ya no depende de nosotros", dijo Silva.