Everton hizo todo lo posible. Dominó, controló y alcanzó a ilusionarse. Pero eso no alcanzó. Más aún cuando los oro y cielo se olvidaron que la llave consta de 180 minutos. Ya habían regalado los primeros 90' y todo eso conjugado resulta en una nueva eliminación prematura de un conjunto chileno en un torneo internacional. Esta vez fue en la Sudamericana donde los viñamarinos, al igual que en 2017, se quedaron en la primera fase ante un elenco modesto. El año pasado fue el Patriotas colombiano. Ahora el verdugo fue Caracas de Venezuela.
El partido comenzó favorable para los de la Quinta Región. El equipo de Vitamina Sánchez se adueñó de la pelota al inicio del cotejo, aunque los llaneros, sin lograr dañar, eran más profundos, obligando a Figueroa, quien poco a poco hace olvidar los errores de Lobos en el arco viñamarino, a estar atento.
El cuadro chileno entendió que con las ganas no alcanzaba y comenzó a ser más claro, con Rubio, Medel y Ochoa tomando las banderas. Ellos apretaron el acelerador y provocaron los primeros acercamientos en serio del visitante a los 25 minutos. Primero fue Salinas, quien obligó al meta Flores a calentar las manos, luego el mexicano Ochoa lo tuvo a los 29'. El achique del portero venezolano fue notable e impidió la más clara de toda la primera fracción para los ruleteros. Si no es por el cabezazo de Añor tras un córner que dio en el palo a poco del final, Caracas se iba sin llegadas peligrosas al descanso.
Vitamina entendió que no podía seguir igual y en el entretiempo tomó decisiones. Marco Bueno, de bajo partido al igual que en la ida, cedió su lugar a Lucas Mugni. Ya habían pasado 45 minutos y Everton, por el 1-2 de la ida, seguía necesitando dos goles para soñar con el paso a la segunda fase.
La segunda fracción siguió con la misma tónica: los auriazules con el dominio y merodeando permanentemente el área de los Rojos de Ávila. La necesidad de uno y otro estaba clara y eso se reflejaba en la pésima cancha del Metropolitano de Lara. Caracas se remitía a buscar el contragolpe y las pocas veces que logró llegar al arco chileno, Figueroa respondió de buena forma.
Lo tuvo Rubio al poco andar de la segunda etapa. Había con qué, pero faltaba la puntada final. Vitamina siguió con los cambios y justamente uno de ellos le dio vida. Álvaro Madrid, en una de las primeras que tocó tras haber ingresado, batió de cabeza la resistencia de Flores. Quedaban 25 minutos por delante para alcanzar el tanto que le diera vida a los ruleteros. Pero la pelota no quiso entrar otra vez. Vitamina siguió con los cambios y Everton buscó por todos lados. Faltó precisión. Faltó la puntada final. Faltó suerte, si se quiere. Y así, en un torneo internacional, se hace todo más difícil.
Los minutos finales fueron de pura emoción, con los ruleteros yendo y yendo y Caracas aguantando y aguantando. Al final, los dos goles de visita -uno de ellos de regalo por error de Lobos- terminaron por sepultar a los de la Quinta Región.
Everton hizo todos los méritos anoche, pero en el Metropolitano de Lara no perdió la clasificación. Fue hace dos semanas en Viña del Mar, cuando dejó conquistar Sausalito por el modesto Caracas, que extiende su estadía en la Sudamericana.