A la misma hora que se llevaba a cabo la tercera noche del Festival de Viña del Mar, a apenas cuatro kilómetros de distancia Everton realizaba su propia presentación internacional, ante Caracas de Venezuela, por la primera fase de la Copa Sudamericana. Los ruleteros, eso sí, no tuvieron ningún premio, ni siquiera aplausos, por más que lo intentaron. Y Eduardo Lobos fue su propio monstruo. El equipo oro y cielo perdió 1-2.
El cuadro que dirige Pablo Sánchez reflejó ante el conjunto llanero sus males del torneo nacional, donde apenas ha ganado un partido de los tres que ha jugado. Hoy controló la pelota, se creó ocasiones, pero siempre le faltó la puntada final.
Antes de los 20 minutos, los ruleteros tuvieron las mejores ocasiones de la primera fracción, esas que pudieron cambiar el rumbo del partido. Primero fue Bueno, de discreto desempeño en Sausalito, quien increíblemente solo casi al borde del área chica cabeceó mal y débil un centro preciso de Rubio que le dio tiempo a Flores, el arquero visitante, para reaccionar. Después fue el turno de Cuevas, quien remató de primera, más fuerte que colocado, y otra vez el meta rival contuvo. El propio Cuevas, desde fuera del área, lo tuvo en los descuentos, pero Flores la mandó al tiro de esquina.
Vitamina Sánchez se la jugó con cambios a poco andar del complemento. Mugni (otro muy errático en la Quinta Región) y Bueno dejaron sus puestos. Las salidas no extrañaron, pero los ingresados Salinas y Ponce tampoco fueron solución. En ese lapso lo tuvo de nuevo Caracas, sin embargo, se encontraron otra vez con una buena respuesta del meta ruletero.
Eso hasta los 73', cuando vinieron los regalos de lado y lado: primero fue el recién ingresado Saggiomo, quien trató de controlar una pelota en área propia e inocentemente metió la mano. Everton no tenía por dónde y un minuto después Cuevas lo transformó en gol. Los hinchas no se alcanzaban a sentar cuando llegó el favor de vuelta. Lobos, quien hacía un correcto partido, trató de controlar con los pies, le quedó larga y en su intento de eludir desesperadamente al jugador contrario se la dejó servida a Arrieta para que anotara el empate 120 segundos después. Indefendible por todos lados el accionar del portero. El ex Colo Colo abrió la puerta para una reacción.
Eso le abrió el apetito a Caracas, que en los descuentos del complemento logró el 1-2 gracias a Pernía. El fútbol de Chile otra vez a lamentarse.
Así se acabó el partido y otra vez un equipo chileno no puede. No hay caso. Ya sea en la Libertadores o en la Sudamericana, los elencos nacionales no dan el ancho en el concierto internacional. Falta la revancha, sí, pero Everton quedó al debe en casa y tendrá que salir a buscar la clasificación a la segunda fase del certamen la primera semana de marzo, en la capital venezolana.