Alan Silberman se pasó todo el año pasado negociando el futuro de Gabriel Suazo. Primero, una eventual extensión de su contrato con Colo Colo, que vencía en diciembre y, luego, su posible traspaso al fútbol extranjero. Tuvo acercamientos con clubes europeos, pero, finalmente, no fue él quien concretó la partida del lateral izquierdo de la Selección al fútbol francés, donde defiende al Toulouse. La operación la cristalizó Fernando Felicevich.

Silberman acusa directamente al agente argentino, que en su cartera cuenta con figuras de la talla de Arturo Vidal, Alexis Sánchez y Gary Medel, de haberle robado al carrilero formado en Colo Colo. “La historia, para variar en el ambiente del fútbol chileno, involucra a un agente inescrupoloso, amoral, que actúa a nivel tipo mafia, que se llama Fernando Felicevich; que hace muchos años, en 2007, nos robó la representación de Arturo Vidal, después de haberse reunido conmigo y de pedir trabajar conmigo. Supo que representamos a Vidal y a un montón de jugadores. Empezó a hacerle regalos a Vidal, le regaló hasta un auto y entiendo que hasta una casa para la mamá. Da lo mismo, pero así se compran jugadores”, sostiene en declaraciones al sitio Redgol.

Nos robó la representación de Arturo Vidal y ahora la de Gabriel Suazo, dado que se reunió con Gabriel en Miami. En diciembre, Gabriel viajó a Miami con Brayan Cortés y Marcos Bolados, que son representados por este inescrupuloso, y lo convencieron”, insiste, refiriéndose específicamente a la forma en que Felicevich terminó convenciendo a Suazo.

Gabriel Suazo, en el Toulouse. (Foto: @Ligue1_ESP/Twitter)

Colo Colo también pierde

Silberman plantea que no es el único perjudicado en la operación. Colo Colo también sufrió daños. ““Nosotros conseguimos tres contratos para él, de primera línea y primera categoría. Y de acuerdo al compromiso adquirido por Gabriel con Colo Colo, le llegaba a Colo Colo una cifra muy importante de dinero, que era el compromiso que había adquirido Gabriel”, explica.

Nadie me lo puede negar porque el presidente del Toulouse me dijo que el representante de Suazo había sido Felicevich, y lo tengo por escrito, como tengo los contratos con Gabriel Suazo. No podría decir cómo ha sido, porque Gabriel no tomó más una llamada de telefóno ni a Jason ni a mí, ni los mails, porque son las instrucciones de este ni siquiera poco transparente, este oscuro agente de fútbol”, sostiene.

Está infiltrado en todos los estamentos del fútbol chileno, desde directores hasta propiedades de clubes, con palos blancos, entrenadores y jugadores de su representación que presionan a otros jugadores para que firmen la representación. No quiero entrar en descalificaciones porque no quiero ningún tipo de lío legal, pero a estas alturas toda la gente del ambiente del fútbol chileno sabe quién es quién, y sabe de las carencias morales de este caballero”, sentencia, respecto del nivel de influencia que Felicevich tiene, a todo nivel, en el fútbol local.

Finalmente, anuncia que se retirará de la actividad. “Dado todo esto, que para mí ha sido terriblemente fuerte, he decidido no seguir actuando en la actividad de agente de jugadores de fútbol. Y los tres jugadores jóvenes de mucho talento (que representaba) han sido avisados y liberados. Seguiré de cerca el fútbol, por televisión, pero mientras haya este ambiente, con tipos así que manejan todos los estamentos, influyendo y actuando en forma absolutamente repugnante, no hay lugar para mí. Esto raya en lo mafioso”, complementa.

La respuesta de Felicevich

Fernando Felicevich fue uno de los aludidos por Silberman. Al ser consultado por El Deportivo, el argentino entrega su versión. “El agente de Gabriel en siete años nunca le presentó ninguna oferta de ningún club. Tampoco le comunicó las ofertas de renovación de Colo Colo. Nosotros en dos semanas le presentamos tres ofertas de Europa y Gaby se decidió por Toulouse, donde está muy contento”, comenzó diciendo.

“Gabriel es una gran persona, con una hermosa familia y muy buen jugador. Se merece respeto y no es justo que se inventen mentiras que lo perjudican. No hubo reuniones en Miami ni cosas raras. Siempre respetó a su club y con una buena gestión las cosas hubiesen sido distintas. En este caso solo hubo una persona que no hizo su trabajo y ahora inventa justificaciones para su fracaso”, cerró.

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