Ex capitán de Universidad de Chile revive el trauma del Superclásico y admite: “Es un problema del club, de adentro, algo pasa ahí”

Mariano Puyol, durante su participación en El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo.
Mariano Puyol, durante su participación en El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo.

Mariano Puyol, emblema de los azules entre los 80 y los 90, analiza la nueva caída frente a Colo Colo intentando buscarle una explicación a una sequía de triunfos que ya llega a nueve años. Critica la actuación de los volantes Mario Sandoval, Gonzalo Espinoza y Camilo Moya y respalda la continuidad de Esteban Valencia. "Ojalá que sea por un buen tiempo más", apunta.



Mariano Puyol, emblemático delantero de Universidad de Chile entre los 80 y los 90 abre su participación en El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo, con un intento por eludir el tema de la semana con la misma facilidad con que se sacaba defensores cuando capitaneaba a los laicos. “Ya estoy dando vuelta la página del Superclásico. Mañana (hoy), la U tiene una revancha para sacarse de encima la derrota con Colo Colo”, dice. Sin embargo, irremediablemente, analizará en profundidad la caída azul en Rancagua.

Claro, pero las consecuencias de caer en el Superclásico van a pasar más allá del partido frente a Wanderers, que es al que alude…

Por supuesto. Estas derrotas duelen. Es el clásico rival. Sobre todo cuando uno tenía ciertas expectativas de que, al menos, jugara bien la U. Y estuvo lejos de eso. Así que, como dijo Esteban Valencia, al que le encuentro toda la razón, duele más la forma que el resultado. Pero hay que dar vuelta la página y pensar en Wanderers.

Se instaló la idea de que la U sufre el clásico más que lo juega, de que hay un peso al enfrentar a Colo Colo ¿lo percibe igual?

Yo lo que percibo es que en los últimos con Colo Colo los equipos se descomponen cuando el partido se les pone cuesta arriba. Y hubo ejemplos en este partido, en que la U, en los 15 minutos, ya iba perdiendo 2-0. A los jugadores, a la gran mayoría, se les acabó el partido. Entonces, empiezan a tener actitudes que van en contra de poder remontar un resultado como ese. Por ejemplo, hubo muchos jugadores fuera de foco, que empezaron a jugar su propio partido, que empezaron a meter todo el partido en una pelota. Fue el caso de Sandoval, por ejemplo, que es uno de los jugadores de alto rendimiento que tiene la U, me llamó la atención. Todos los balones los conducía. Y es uno de los jugadores que más toques le da al balón, que más simplemente jugaba. Después, Moya tuvo un arrebato, no me acuerdo con quién. El chico (Marcelo) Morales, lo mismo. También se las dio de guapo. Cuando uno nota eso en la U, en los clásicos, son actitudes que tienen que ver mucho con la tensión y la concentración que se necesita en estos partidos. Si hubiesen estado atentos y concentrados, quizás pudieron darlo vuelta.

Da la sensación de que este equipo entra con el peso de la historia, de elementos externos que van más allá del partido mismo.

Bueno, claro. Es difícil saber qué pasa. Yo estuve en los dos últimos años dentro del club, pero hace muchos años que siento que hace años hay un tema ahí. Que no hay un ambiente. No sé cómo explicarlo. Yo viví la otra cara, cuando había una cosa bien familiar, muy de vincularse todo el mundo. Y ahora cuando volví noté que es un club muy ABC1 y la U no era así. Siento eso. El jugador de la U deja de tener el rigor que tenía antes. La U ha tenido equipos muy discretos, muy inferiores a los que ha tenido Colo Colo, pero cuando se enfrentaban esa diferencia casi no existía. Había un ADN que a lo mejor se perdió en algún momento. Y en estos ocho o nueve años, uno ve a una U enfrentada a Colo Colo que es muy poco rigurosa, con poco temperamento. Ha habido buenísimos equipos de la U y, aún así, no hemos logrado superar a Colo Colo. Tengo la absoluta certeza de que ya no es un tema futbolístico. Que ya no es una cosa de equipo. Es una cosa de club, de adentro. Algo pasa ahí.

¿Cómo vivía usted los Superclásicos? Porque, como recordaba, muchas veces llegaron mal, pero lograban sacarlos adelante.

Era eso. Uno sabía cómo jugar esos clásicos, porque se lo fueron transmitiendo a través de las diferentes generaciones. Y uno entendía que no había que desgastarse en otras situaciones. Eso siempre lo transmitía en mi etapa de entrenador formativo en la U. Que no había que desgastarse ni con el rival ni con el árbitro. Son partido que uno tiene que disfrutar a concho. Y para eso hay que jugarlos con el máximo de concentración y atención. Y asumir que son partidos duros, de mucha refriega, probablemente, pero que siempre se va a imponer el fútbol. Y que si uno se va por otro lado, como se ha visto en tantos clásicos, en que a los 30 o 40 minutos los jugadores se empiezan a descomponer, eso te dice que hay una impronta negativa al enfrentar estos partidos tan importantes ante el archirrival. Insisto en que ya no es un tema netamente futbolístico. Hemos jugado clásicos en estos nueve años con diferentes planteles, técnicos, estrategias y tácticas. Y siempre hemos sido superados. Entonces, siento que hay un tema de club, de adentro, que está contagiado. Que algo pasa. Y ojo que si en este nivel de partidos, en que se necesita concentración, estar alerta, atención máxima, si no logramos superar eso, va a ser muy difícil que a nivel internacional nos vaya bien.

Mariano Puyol con los colores de la U, que defendió con éxito entre los 80 y los 90.
Mariano Puyol con los colores de la U, que defendió con éxito entre los 80 y los 90.

¿Podemos hablar de un problema de actitud mal entendida?

Claro. Es evidente. Es lo que hemos visto durante tanto tiempo. Cómo se desarman los jugadores cuando va transcurriendo el partido y se les pone cuesta arriba. Se quedan sin herramientas. Se empiezan a desconcentrar de lo que tienen que hacer y empiezan con arrebatos y actitudes que son difíciles de revertir. Es una mixtura de muchos factores. Insisto: hay un tema institucional ahí. Porque no se ha podido ganar a Colo Colo incluso cuando estuvieron peor que nosotros.

¿Temió que el partido terminara en una goleada?

Si Colo Colo hubiese estado más finos, nos golea. Tuvieron ocasiones para aumentar el marcador. Si nos vamos al plano futbolístico, habría que visualizar que Colo Colo debe ser uno de los equipos del Campeonato de mayor velocidad. Tiene mucha. No solo de desplazamiento, sino que son rápidos con el balón. Esa lectura faltó hacerla. Ellos hacen los dos goles con mucho espacio, aunque el primero haya sido algo fortuito. Nos pillaron con muchos espacios. Eso ante un equipo tan rápido como Colo Colo es fatal. Ahora, ¿cómo plantear ese partido? Si uno se encuentra con un equipo tan rápido como ese, hay que quitarle los espacios hacia atrás y no hacia adelante, sobre todo cuando no tenemos una defensa tan rápida o que pueda equiparar esa velocidad. Yo creo que por ahí pasó el tema. Debimos jugar de chico a grande, haber entregado espacios y haber buscado llegar al arco de Colo Colo a lo mejor no con tantos pases, porque con la pelota andábamos mal, que es lo peor de todo. Se hacía más difícil.

¿Siente que Colo Colo sacó el pie del acelerador, que no quiso hacerle más goles?

Cuando la U queda con diez, Colo Colo manejó el partido, sin dudas. La U tuvo una reacción al final, pero hay que entender que con un 2-0 y un hombre, Colo Colo más optó por manejar el partido. Y le erró un poco, porque si hubiese apurado un poco más, hubiese hecho un par de goles. Tuvo oportunidades. Ahora, yo me quedo con los últimos quince minutos de la U. Junior Fernandes es un jugador diferente, Cañete, en los 15 minutos que jugó, me pareció que es un jugador que tiene que ser importante. Ojalá que el gol le dé confianza, porque es un muy buen jugador. El gran fuerte que tenía la U hasta antes el partido con Colo Colo era su mediocampo. Y fue la línea que más se descompuso. Se descompuso Sandoval, se descompuso Espinoza, Moya, ni hablar. Cuando esos jugadores, que son tremendamente importantes en cualquier esquema se desarman, es muy difícil.

¿Por ahí va lo peor de la U?

Moya no me gustó, porque él es buen jugador, pero tiene una guapeza mal entendida. Es un jugador que debe ponerle mucha atención a la pelota, porque hay que entender que los volantes de contención, especialmente los volantes centrales, son unos ‘10′. Es un ‘10′ tirado para atrás. Tienen una técnica extraordinaria. Moya tiene buen pie, pero se enfrasca en otra lucha, en la guapeza de ir con el rival, de cortar la jugada. Se desvirtúa un poco la función. Espinoza anduvo bajo, pero el que más bajo anduvo fue Sandoval. Y fue lo que más me sorprendió, porque venía haciendo un muy buen campeonato, siendo quizás de los mejores del plantel de la U. Estuvo muy bajo. Entonces, cuando el mediocampo está en ese rendimiento, es muy difícil superar a un equipo tan potente, sobre todo en ese sector.

¿Quedó en deuda Larrivey? ¿Qué le faltó?

Como estaba jugando la U, era difícil que hiciera algo, a no ser que se tratara de un balón detenido. Su juego depende mucho de lo que hagan los que vienen detrás de él. Sucumbió como todos. No tuvo ninguna oportunidad. Fue bien marcado. Era difícil jugar así, ante una fuerte defensa de Colo Colo. Si hay un aspecto que destacar en Colo Colo es la defensa, que lo ha hecho muy bien. Tienen jugadores importantes.

Pide al ‘Huevo’ para rato

Usted es uno de los defensores de la continuidad de Esteban Valencia, ¿por qué?

Primero, porque conozco su trabajo. Él lleva varios años en la U, trabajando en la parte formativa. En muchos de esos años ha estado en la serie juvenil, que es la más importante. Ahí se hace la transferencia de los jugadores al primer equipo. Conoce a los jugadores que están y los que vienen. Y si el club pretende tener más del 60 por ciento de jugadores formados en casa, como en el proyecto de Goldberg y Vargas, tiene que ser un hombre de casa el que esté a cargo de esta tarea. Ya hemos visto que a los técnicos que han llegado en los últimos nueve años lo que menos les importante son las divisiones inferiores. Y no hay que olvidarse de que una de las grandes fortalezas del club eran precisamente las divisiones inferiores. Han salido muchos jugadores. Esa historia no se puede desconocer. Y que en los grandes momentos, los técnicos se han formado en el club. Socías, Pinto… Eso es parte de la historia. Una de mis grandes aprensiones es el director deportivo. Yo no sé si en otra parte un director deportivo tiene tanto poder como el que va a tener Luis Roggiero. Primero, porque no es entrenador, no juega. La labor principal suya es a mediano y largo plazo. Tiene que conocer primero al club, su idiosincrasia, su identidad, para después proyectar algo.

¿Por qué se fue de la U?

Primero, tengo que decir que no fue el único. Salió mucha gente, por lo de la pandemia, una situación económica. No solo Goldberg o Vargas. Salió Pato Mardones, yo. Y mucha más gente. La pandemia golpeó a todo el fútbol chileno. Era algo que se preveía. No era sorpresa. Lo único que lamento es no haber estado en cancha, porque estuvimos casi un año sin ir al CDA. No pude despedirme de los chicos. Se dio. No hay dolor ni cuentas pendientes. Le agradezco a Hernán Caputto, quien me llevó de vuelta al club. He entrado y salido cinco o seis veces. Caputto conversó conmigo. Él sabía que tenía aprensiones. En 2010 no fue grato estar en el club. Yo siempre me rebelé contra las sociedades anónimas, por la autonomía que le quita a la gente de fútbol. Si hay algo importante es la autonomía de los entrenadores. El último que la tuvo fue Sampaoli. Después, no creo que haya habido técnico que se hayan empoderado.

Con Roggiero esto tampoco cambiará.

Esa es mi gran aprensión. Por eso yo hubiese preferido que llegara hasta fin de año y que Esteban siguiera tranquilo hasta fin de año y que lo ratificara el directorio. Es una de las trancas que tengo contra la administración del club.

¿Ve a Valencia más allá de diciembre?

Si aplicamos el sentido común, dice que Esteban tiene que seguir. Ojalá por tres años. Pase lo que pase. A todo evento. Si yo tuviera ese poder, esa capacidad de determinar, haría eso. Ni siquiera pensaría en un plan B. Lo importante para el club es que tenga estabilidad en lo futbolístico y Esteban se la puede dar. Por su capacidad y porque conoce a los jugadores del club y les puede dar proyección.

La falta de un creador en la Roja

¿Le gustó la lista de Martín Lasarte?¿Extrañó a algún jugador?

Es difícil que falte alguien, porque no tenemos mucho. En la Selección no hay más de 15 jugadores. De los demás, puedes llamar a cualquiera. Puede que haya echado de menos a Leonardo Gil, que tiene un arma muy importante, que en la Selección no hay nadie que la tenga: tiene un golpe de balón espectacular, le pega muy bien. Aparte, anda bien. Ese es un jugador que creo que podría haber estado.

¿Cómo se soluciona la falta de gol?

Creo que eso pasa, más que nada, por un tema de metros más, metros menos. Yo siento que la Selección tiene que jugar un poco más vertical. Mucha posesión es mucho ruido y pocas nueces. De repente, tenemos mucho el balón, pero en zonas intrascendentes y no se crean las condiciones para profundizar. Y posiblemente tengamos esos jugadores para aprovechar esos espacios. A la Selección le falta crear las condiciones para profundizar, que es lo que permite llegar con posibilidades de gol. No recuerdo que haya tenido tres o cuatro ocasiones de gol. ¿Cómo se soluciona? Es difícil decirlo, pero siento que tiene que ser más vertical.

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