A Alex Klotz no le sorprendió en absoluto el revés que sufrió Chile en el Comité Disciplinario de la FIFA por el caso Byron Castillo. El especialista en Derecho Deportivo, quien está de vuelta en el país después de cuatro años vinculado al departamento legal del ente rector del fútbol mundial, es lo suficientemente claro como para augurar escasas posiblidades de éxito en la Cámara de Apelaciones. “Siempre esperé esta decisión. Para mí, no fue ninguna sorpresa. Todavía hay que esperar los fundamentos, pero era una decisión esperable, que me parece que se tomó de acuerdo a la reglamentación de FIFA en estas materias”.
¿Por qué esperable?
Jurídicamente, a nivel de FIFA, para que un jugador sea elegible para jugar por un determinado país, el único documento válido es el pasaporte emitido por dicho país, de acuerdo a la Constitución y las leyes de dicho país. En este caso, el jugador tiene un pasaporte válidamente emitido por Ecuador. Después, en lo del certificado de nacimiento entiendo la discusión, pero me parece que para efectos de la reglamentación FIFA no es relevante. FIFA nunca se va a meter en esos temas.
¿Coincide con las críticas al enfoque de la denuncia?
No quiero hablar de errores ni de aciertos, pero me parece que era una reclamación que tenía pocas expectativas de prosperar.
¿Para la FIFA es un dogma no contradecir las decisiones internas de los países?
Yo no hablaría de un dogma. En el tema de la elegibilidad de los jugadores, la reglamentación de la FIFA es muy clara. Y lo explico en el contexto: supongamos que Castillo nace en Colombia. Posteriormente se puede haber nacionalizado ecuatoriano. Esto se ha dado en casos de muchos futbolistas. En esos casos, el futbolista puede tener dos pasaportes y la FIFA lo acepta. Lo único que pide es que si un jugador se nacionaliza es que haya vivido cinco años en el nuevo país. Esta es la principal diferencia, por ejemplo, con el caso de Nelson Cabrera. Cabrera era paraguayo, se nacionaliza boliviano, pero no cumple los cinco años viviendo en Bolivia para jugar por ese país. Por eso la FIFA sancionó a Bolivia. Este caso era diferente.
¿Carlezzo utilizó una estrategia incorrecta?
Me gustaría esperar los fundamentos de la FIFA. Y, también, ver la posición de Ecuador. No me gustaría hablar de errores de estrategia. Cuestiono el haber presentado esta demanda; desde un principio me pareció que tenía pocas opciones de prosperar, de ser exitosa.
Y desde el punto de vista mediático, ¿que Carlezzo haya aparecido pocas horas antes de que se conociera la resolución, influye, molesta? ¿Cómo se toma?
La conferencia me pareció extraña, pero esa es mi opinión. Te aseguro que la FIFA ni los miembros de la Comisión de Apelaciones están mirando esto. La FIFA falla de acuerdo a derecho y no de acuerdo a los argumentos que presente determinado abogado frente a los medios unos días antes de tomarse la decisión.
¿Le pareció una buena decisión?
No me gusta opinar de las conductas de un colega. Cada uno es libre de hacer lo que estime conveniente. Es más el revuelo que se produce a nivel mediático, pero a nivel de sustento jurídico, de la reclamación, no tiene mayor peso. Me pareció extraño. Yo no lo hubiese hecho.
¿Cómo funciona la Cámara de Apelaciones de la FIFA?
Como comentaba, trabajé cuatro años en la FIFA, en el Departamento Legal, en diferentes posiciones, y el último año estuve encargado de la secretaría de la Comisión de Apelaciones. No la integré. Los integrantes son miembros independientes, no son empleados. Y la Cámara tiene integrantes de muy alto nivel. Sin ir más lejos, uno de sus integrantes es el ex asesor de Barack Obama, durante su permanencia en la Casa Blanca. Son llamados a reuniones para decidir un determinado número de controversias. Las reuniones de la Cámara de Apelaciones son menos esporádicas que las del Comité Disciplinario, porque este tiene un número de casos mucho más alto. A la Cámara de Apelaciones llega un número de casos muy reducido. No todas las decisiones de la FIFA se pueden apelar a ella. Además, apelar tiene un costo, mil francos, que son mil dólares. Debe tener unos 15 integrantes.
¿Bajo qué criterios se eligen?
Los miembros son propuestos por las federaciones y son ratificados por el Congreso de la FIFA cada cuatro años. En la Cámara de Apelaciones, son abogados especialistas en Derecho Deportivo o asesores de federaciones.
¿Cuánto demoran el procedimiento y el fallo?
La decisión de la FIFA se comunicó el 10. Tienen que entregar los fundamentos de la decisión. Si todo va rápido, tienen que estar antes de fin de mes. De ahí, Chile tendría ocho días para apelar. La Cámara de Apelaciones se tiene que reunir, tomar una decisión, comunicar el fallo y, después de eso, seguramente, se van a pedir los fundamentos de la decisión nuevamente y eso también toma un plazo. Decisión podríamos tener en julio y los fundamentos en agosto.
¿Qué tan frecuente es que la Cámara de Apelación revierta fallos de primera instancia?
No es muy frecuente. Sucede. Hay apelaciones que son parcialmente aceptadas. Yo, en este caso, me atrevo a aventurar que es muy poco probable, para no decir imposible, que la Cámara de Apelación revierta la decisión tomada por el Comité Disciplinario.
Si hay fallos que se revierten, ¿cuáles son las razones que se argumentan?
Eso depende de cada caso, de sus circunstancias, de si se presentan nuevos antecedentes. No estoy en condiciones de dar mi opinión, porque hay que esperar los fundamentos de la decisión y si Chile, eventualmente, presenta nuevos antecedentes.
Chile ha advertido que irá al TAS. ¿Cuánto pesan ahí los dictámenes de la Cámara?
No necesariamente hay unidireccionalidad. El TAS es el máximo tribunal en materias de deporte, es totalmente independiente de la FIFA y hay abogados muy calificados ahí. Por lo tanto, no podría dar una proporción de casos aceptados o rechazados. Tengo la sensación de que el TAS va a confirmar la decisión que haya tomado la FIFA.