La década de los 80 fue, en parte, una época oscura en la historia de Colombia. El narcotráfico causaba fuerte temor con dos carteles dominantes, el de Medellín, con Pablo Escobar a la cabeza, y el de Cali, con los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela. Y esa rivalidad incluso la llevaron al fútbol, donde el clásico entre Atlético Nacional y América de Cali también estuvo en la mira.

Es más, esta semana salieron unas declaraciones del exsicario de Escobar, John Jairo Velásquez, alias Popeye, quien confesó que en contra del plantel del América, que por esos años era el equipo más exitoso de Colombia y uno de los mejores del continente, desde Medellín habían planes para hacerles un atentado. En específico, dijo que el actual técnico de la selección de Perú, que este viernes juega contra Chile, estaba en la mira.

"Pablo Escobar tenía en cuenta a todos los jugadores de América de Cali, estábamos en guerra. Ricardo Gareca siempre estuvo en la mira del 'Patrón'. Sin embargo, no llegaron a él. Su amor por el fútbol lo salvó, pues a él y a los otros jugadores de América de Cali se contempló colocarles un carro bomba, ya que el cartel de Cali le colocó un carro bomba a la familia de Pablo", comentó Popeye a El Popular de Perú.

Según Velásquez, Escobar "secuestró a jugadores de Cali para que entregaran a los Rodríguez, y como no cooperaron mataron a la familia de Pedro Enrique Sarmiento, quien actualmente es un técnico exitoso, pero no ayudó". El mencionado era compañero de Gareca, quien estuvo en América de Cali entre 1985 y 1989.