Exguerrillero, político y buscado por Interpol: el insólito debut a los 60 años del vicepresidente de Surinam jugando la Concachampions

Brunswijk
Ronnie Brunswijk, alineando como capitán, frente a Olimpia de Honduras.

Ronnie Brunswijk se convirtió en el futbolista más longevo en jugar la competición al alinearse como titular en el Inter Moengotapoe, club del que es dueño. Es buscado por narcotráfico y lavado de dinero.



De vez en cuando, el fútbol sorprende con historias peculiares, pero pocas tan insólitas como la que protagonizó Ronnie Brunswijk, el vicepresidente de Surinam, vistiendo los colores del Inter Moengotapoe frente al Olimpia de Honduras, por la Liga de Campeones de la Concacaf, popularmente conocida como Concachampions. Con 60 años y 198 días, se convirtió en el jugador más longevo de la historia del fútbol en participar en un torneo internacional, y lo hizo gracias a que es el dueño del club que representó.

Ni corto ni perozoso el político se alineó como titular, delantero y capitán de su equipo, y fue parte de la penosa presentación frente al cuadro que dirige el argentino Pedro Troglio. Una goleada 0-6 en casa y contó por 54 minutos con el veterano atacante, cuyo amplio abdomen no pasó desapercibido. Sin embargo, la prensa local no hizo demasiado hincapié en la actuación del fornido hombre, cuya historia ofrece varios capítulos bastante controversiales.

En su país, geográficamente ubicado en Sudamérica, el líder goza de bastante prestigio y es considerado como el “Robin Hood” surinamés. Nació en el pequeño pueblo de Moengo Tapoe y se acercó a la política como guardaespalda del expresidente Desi Bouterse, para luego enemistarse con él y formar el Movimiento Comando Jungla, un grupo paramilitar financiado desde el exterior por el exmandatario Hendrik Chin A Sen.

Después de la Guerra Civil de Surinam, el grupo se fue integrando paulatinamente a la política nacional, a partir de 1992, cuando el presidente Ronald Venetiaan firmó un acuerdo de paz con los grupos paramilitares que existían en el país. De ahí, Brunswijk se dedicó a sus empresas y a adquirir propiedades. Es dueño de una mina de oro y su pasado ha sido vinculado al tráfico de drogas y al robo de bancos. También está asociado al lavado de dinero, razón por la que está fichado por Interpol. Es decir, si se atreve a jugar el duelo de vuelta en Honduras, será detenido por las autoridades.

En su país le cuentan 50 hijos y un montón de historias más. De hecho, parte de su peculiar personalidad se vio reflejada al término del partido, cuando aparecieron algunos videos repartiendo lo que parecían ser billetes a los jugadores visitantes, quienes se mostraron bastante complacidos.

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