Exjugador de Cobreloa recuerda su disgusto al llegar a Calama: “Es feo; es pura tierra”

Cobreloa
Cobreloa en el año 2000.

El hondureño Eduardo Bennett rememoró su impacto tras llegar a la ciudad nortina. "Pensé: '¿Qué me ha traído hasta acá?', indicó.



El exfutbolista hondureño Eduardo Bennett recordó su paso por Cobreloa. El delantero vistió la camiseta loína en el año 2000 tras llegar cedido proveniente de Argentinos Juniors, antecedido de grandes campañas en el fútbol transandino. En ese sentido, no rememoró su experiencia en el ámbito futbolístico, sino que sorprendió al relatar su disgusto por Calama.

El ariete venía de ser campeón con San Lorenzo y consolidarse como una de las estrellas del cuadro de La Paternal. Con el Bicho, en el Ascenso argentino, marcó 23 goles en 26 encuentros, pero tuvo que salir a préstamo producto de una acumulación de partidos suspendidos. Así fue como recaló en Cobreloa.

“En Argentina, en ese momento, se jugaban 19 partidos. Y tuve dos expulsiones en ese torneo. Las dos expulsiones fueron de cuatro y cuatro, ocho partidos. No existía y por eso me cedieron a Cobreloa”, comenzó explicando en una entrevista realizada por Fut Rock.

Bennett contó su particular reacción al llegar a Calama. “Fui a jugar Libertadores y todo, pero cuando llegué era de noche, se veían las luces y todo bien. Al siguiente día, me levanté a las ocho de la mañana, salí afuera a mirar la montaña y era pura tierra”, dijo.

Yo dije ‘a lo mejor me equivoqué, debe haber árboles al otro lado’. Le di la vuelta al hotel y nada, era desierto puro. Pensé: ‘Dios, ¿Qué me ha traído hasta acá?’”, continuó.

Su disgusto por Calama

Bennett, que actualmente tiene 56 años, siguió contando su experiencia en el norte de Chile y cómo tuvo que convencer a su esposa. “Para traer a mi esposa, le tuve que contar una historia. Le dije: ‘Mira, Calama es feo’. No hay malls, no hay parques, no hay autopista, no hay autos como en Argentina, no hay galería. Era totalmente diferente”, aseguró.

Eso sí, pese a su disgusto por la ciudad, esta quedó marcada para siempre para el hondureño. “Mi esposa, gracias a Dios, se adaptó de manera pronta y rápida. Y Calama también dejó su huella, ahí nació mi hijo Brian”, sentenció Bennett.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.