Más allá del 60 por ciento de rendimiento que tuvo en la Roja o de la clasificación a Sudáfrica con una campaña histórica, donde la Selección fue segunda en las Eliminatorias, solo por debajo de Brasil, el legado de Marcelo Bielsa en Chile lo han establecido quienes fueron sus dirigidos. Son pocos los futbolistas que dicen que el rosarino no les dejó algo. La mayoría admite haber crecido en algún aspecto del juego. Otros van más allá y establecen que llegaron a realizar acciones que no sabían que podían hacer. Los métodos del estratega eran desconocidos para la mayoría.
En su paso por el país, el Loco convocó a 79 jugadores. Seis de ellos son los protagonistas de ‘Colgar los Botines Dorados’, la serie documental de La Tercera y La Cuarta donde se relata el inicio del exitoso proceso de la Generación Dorada, el camino a las Copas América ganadas con otros entrenadores y luego su retiro. En la primera entrega, llamada ‘El comienzo del sueño’, los exfutbolistas abordan, entre otros temas, su relación con el DT transandino.
Un caso llamativo es el de José Pedro Fuenzalida. Si bien el Chapa tuvo poca acción en el proceso del Loco (15 partidos, uno por los puntos), asegura que sus enseñanzas le sirvieron por el resto de su carrera. “Nos convenció de que tenemos que entregarnos al 100 por ciento en cada entrenamiento. Nos dio una receta de como creía que teníamos que afrontar los partidos, con mucho enfoque en lo mental, físico y táctico. Sin dejar nada al azar. Las metodologías de entrenamiento, las charlas y todo era algo que no conocíamos hasta ese momento”, cuenta el exjugador.
“Nos exigía a niveles que no sabíamos que podíamos llegar. A mi me mostraba videos para volver a tener la velocidad de mi época de juvenil y con sus entrenamientos logré lo que quería. Siempre creía que podía dar mucho más. En esa etapa yo estaba volviendo a insertarme. Fue fundamental en toda mi carrera. La exigencia era todo al 100. No había frenos. Era una preparación física muy intensa y el hecho de estar en el medio local me dio la chance de estar en todos estos procesos. Siempre estaba en contacto con el cuerpo técnico”, agrega.
Una situación muy similar a la que vivió Esteban Paredes, quien tenía trabajos específicos con el rosarino y jornadas de revisión de acciones personales. “Bielsa es uno de los mejores técnicos que tuve en mi carrera. Los movimientos que yo hacía eran muy buenos, perfectos, pero los hacía dos o tres veces por partido. Después cuando empecé a hacerlo 10 veces por duelo, marcaba una diferencia enorme. Desde ahí empecé a mejorar. Los perfiles me hacían poder definir”, recuerda el exdelantero.
“Su llegada me marcó. Me mostraba videos de un minuto con jugadas donde yo hacía goles, pero no viendo lo malo, siempre me mostró lo bueno. Eso me decía que debía repetirlo 10 o 15 veces por partido. Es algo que me quedó. Los trabajos que él hacía siempre iban marcando una etapa en mí”, enfatiza.
Mirando en retrospectiva, Gonzalo Jara cree que haber tenido al otrora Newell’s Old Boys en un período anterior habría acelerado su maduración deportiva. “Yo tuve a Bielsa a los 22 y creo que si lo tenía seis temporadas antes hubiese ganado años de carrera. Hay que sacar algo de lo que competimos para entregar algo a los demás y enseñar”, establece el actual comentarista de televisión. De hecho, el exdefensor le entrega el mérito al DT en la formación de aquel plantel: “En ese entonces aún no había nombres. Vidal no estaba en Barcelona, ni Alexis en el Arsenal. Lo principal era el juego en equipo que nos daba Bielsa. A él no le importaba si yo venía jugando en mi equipo. El que entraba bien, jugaba”, insiste.
Una voz disidente en el análisis es Waldo Ponce. El panelista de ‘Jugada de Laboratorio’, el programa de El Deportivo en la Copa América, no busca restarle merecimientos al director técnico, pero eleva las virtudes del grupo de futbolistas. “Con Bielsa no cambia nada. Le doy la responsabilidad de dirigirnos de buena manera, pero no fue algo como ‘esto vamos a hacer y todo va a cambiar’. Hubo muchas situaciones para que se consiguieran objetivos. Yo doy mérito base a muchas cosas, como un buen entrenador, buenos jugadores y un grupo humano excelente”, dice.
Los trabajos del Loco
Luego de un breve paso por la universidad, José Pedro Fuenzalida decidió colgar los cuadernos y volver al fútbol. En esa etapa se encontró con Marcelo Bielsa. Un DT que veía condiciones en el formado en Universidad Católica, pero no lograba comprender donde ubicarlo. “Me decía que no me veía como un puntero derecho y en su sistema yo igual creía eso, porque no era del mano a mano ni de encarar, era más de movimientos tácticos. Bielsa me veía como volante interior o como lateral”, rememora.
La solución del entrenador para adaptar al Chapa a sus nuevas funciones da cuenta la manera que tiene de ver el fútbol: “Le manifesté que en esos puestos me costaba más y durante toda una pretemporada me puso de central para aprender a defender. Eso me hizo tener conciencia de mis capacidades. Era muy importante lo que Bielsa me decía. Entendí como era mi fútbol, como tenía que jugar. Eso es tiempo de entrenamiento y madurez futbolística”.
Esta parte del análisis la comparte Ismael Fuentes. El Chupalla incluso va más allá y propone que las carreras de los jugadores más emblemáticos de la Generación Dorada fueron exitosas, en parte, por los aprendizajes del proceso del rosarino. “Uno a los 25 años cree que se las sabe todas, se pone medio soberbio, pero llega Bielsa, un técnico muy preparado y meticuloso, y te dabas cuenta de que te faltaba mucho que aprender todavía. Creo que la longevidad de Gary Medel, Alexis Sánchez, Arturo Vidal y Chupete Suazo es por todo lo que les transmitió Marcelo en ese transcurso”, asegura.
En el aspecto más motivacional, Pablo Contreras relata como el transandino manejaba la presión en los momentos de quiebre. Uno de ellos fue en la antesala del choque ante Argentina, donde Fabián Orellana anotó el único tanto de la noche. “Era el encargado de hacernos sentir que venía algo importante. Nunca dejaba nada en manos de la casualidad. Antes del partido, a mi me hace saber que iba a ser titular. Yo le dije que estaba nervioso y me respondió que es el temor lo que tiene mantiene atento. Son frases que me quedan”, detalla.
El escudero del rosarino
Al lado de Marcelo Bielsa estaba Luis María Bonini. Era el preparador físico, pero también una especie de escudero del Loco. Sus personalidades eran diferentes. El rosarino suele mostrar calma. Mientras que el puntaltense expelía histrionismo. El colaborador del entrenador fue un verdadero puente entre el estratega y el plantel. “Era todo. Un amigo, el papá nuestro. Nos decía lo bueno y los que nos iba a pasar. Yo compartí mucho con él y mucho de lo que me pasó después en mi carrera, él me las dijo mucho antes”, dice Jara.
“El profe Bonini era muy humano. Tenía lo que Bielsa no, como tirar la talla. Se podía conversar con él. Una vez estuvimos como 10 minutos hablando y tenía que prepararnos para los trabajos. Cuando aparece Bielsa nos dice ‘muchachos elonguen’ y fuimos a trabajar muy fríos. Decía ‘ojalá no se me desgarre ninguno o me matan’. Por suerte no pasó nada. Era una gran persona y un gran profesional”, agrega Paredes.
En tanto, Ismael Fuentes se exhibe como uno de los que era más cercano al PF fallecido en 2017 producto de una falla multiorgánica derivada de un cáncer de estómago. “Había un gran cuerpo técnico, Bonini fue un pilar fundamental, era el más cercano con el jugador”, dice.
Además, el Chupalla relata un momento en el que se demuestran dos cosas: la cercanía entre ambos y que Bielsa consideraba la opinión de sus ayudantes. “En el momento de la nómina para Sudáfrica el que me habla es Bonini, me decía Huaso, y comenta: ‘Huaso, te llevo a Sudáfrica, no te lleva Marcelo, te llevo yo. No le digas a nadie’. Eso fue un día antes de la convocatoria. Ahí no hallaba a quien contarle. Después llegó la nómina final. Yo tenía una muy buena relación con Luis María, su partida fue inesperada. Era un pilar fundamental en la parte personal. Su partida caló hondo en muchos jugadores de la Selección”, describe.