La denuncia que interpuso Universidad de Chile en el marco de la controversia por la presencia de Víctor Vidal, coordinador de Colo Colo, dotado de un dispositivo electrónico en las inmediaciones de la banca alba durante el partido frente a Huachipato, altera los planes. La sesión del Tribunal de Disciplina en la que los albos debían explicar la situación se pospuso una semana. Ahora, los estudiantiles también podrán aportar antecedentes.
Los azules buscan que se configure la figura del desacato, considerando que en una de las casetas del estadio de los acereros se encontraba Jorge Almirón. El técnico del Cacique cumplía la primera de las tres jornadas de suspensión que recibió por el exabrupto que protagonizó en el partido frente a Universidad Católica, uno de los que estaba pendiente en la agenda alba. El técnico las emprendió contra el árbitro José Cabero, con quien se disculpó públicamente antes de la sesión de la corte deportiva en la que se determinaría su castigo. ¿Cómo se configuraría la infracción? Si se demuestra que hubo algún contacto entre el técnico y sus colaboradores ubicados a nivel de cancha. ¿Qué arriesgaría Colo Colo? La pérdida de los puntos que consiguieron los acereros. “En caso de desacato a los fallos, el Tribunal deberá aplicar al infractor, el doble de la sanción impuesta. Además, si el desacato consiste en la participación de un jugador o entrenador en algún juego para el cual estuviese impedido de actuar, el Club al cual pertenezca perderá el o los puntos en disputa que hubiese obtenido”, detalla el Artículo 67 del Código de Procedimiento y Penalidades de la ANFP.
Estrategia definida y ojos encima
Eso motiva, de hecho, la intensa intervención de los azules en el caso, en una situación que enciende considerablemente la temperatura. La disputa con los estudiantiles se ha transformado en una consigna para los albos (”Te aseguro que el chuncho no sale campeón, sale el Colo, sí señor”, vienen cantando los fanáticos y jugadores albos hace días y lo hizo hasta Carlos Palacios en el velatorio de su sobrino, acompañado por barristas). En esta jornada, Arturo Vidal recurrió a uno de sus habituales posteos en las redes sociales para graficar la sensación que produce el reclamo estudiantil. Emoticones de una carcajada gigante y seis sapos procuran sintetizarla.
El cálculo que sacan en La Cisterna no es muy difícil de explicar. De prosperar el reclamo, los laicos recuperarían la punta del Campeonato y se pondrían a tiro del título. La conducta no es nueva: en 2021, cuando estuvieron en serio riesgo de descenso, interpusieron un reclamo en contra de Melipilla justo en la antesala del choque frente a Unión La Calera, en el que se jugaban la permanencia. En Macul, en todo caso, se apegan a que, como máximo, se determine que Víctor Vidal había invadido la zona de exclusión. En ese caso, solo tendría que aplicarse una multa.
Lo que no cambia es la estrategia del Cacique. Los albos ya tienen definidos sus argumentos, basados, según dicen en la intimidad del club popular, en la convicción de que no cometieron falta alguna. En esa línea, el primero es categórico. “Almirón no tiene nada que ver en esto. Estaba en la caseta y no tuvo contacto con nadie”, establece una fuente del club. Los albos aseguran que tienen medios probatorios para desacreditar la versión de un contacto entre Almirón y su staff. Agregan, incluso, que el entrenador llegó al estadio en una van, junto con el jefe de seguridad, por lo que ni siquiera en el trayecto tuvo contacto con sus jugadores ni colaboradores. De acuerdo a la sanción, por cierto, estaba impedido de abordar el bus que trasladó al plantel y a sus colaboradores desde el hotel al recinto ubicado en avenida Desiderio García.
En el club popular sostienen que preveían que estarían bajo permanente observación. De hecho, les llamó la atención que hubiera un par de personas que, en todo el desarrollo del partido, no despegaron la vista de lo que acontecía en la dependencia ubicada en la parte alta del recinto ubicado en la avenida Desiderio García. Evidentemente, al menos desde la perspectiva alba, con la finalidad de encontrar algún indicio de un contacto entre la banca y Almirón.
¿Qué hizo Víctor Vidal?
Luego se explica la situación que involucra a Víctor Vidal. “Lo que pasó fue que Vidal se acerca a uno de los auxiliares para decirle que no había control doping y que la salida al aeropuerto sería más rápida. Por eso aparece ahí”, sentencian en Macul. La versión es más específica. Apunta que el citado funcionario, en su rol, se encarga de controlar una serie de situaciones. En principio, cronometra cada situación relacionada con la logística, por lo que habitualmente porta su teléfono. Ahí surge otra consideración. “Lo que tenía en sus manos no era una radio, sino su celular”, enfatizan. Igualmente, algunas de las preocupaciones de Vidal tienen que ver con situaciones técnicas. “Está pendiente de cuantos cambios se ha hecho, de las ventanas, de los extranjeros en la cancha. De todos los aspectos que se le pueden escapar al cuerpo técnico”, apuntan en la intimidad alba.
En Macul admiten la presencia de otro funcionario, quien sí portaba radio, en las cercanías de la banca. Se trataba de un miembro del equipo de seguridad. Sin embargo, acotan que su presencia había sido debidamente visada y autorizada por la ANFP. De hecho, ni siquiera es mencionado en el informe de Jona.