“Los representantes son necesarios en el fútbol, pero hay que trabajar en conjunto con ellos. Así lo hicimos en mi gestión y logramos beneficios económicos para el club, ahorrándonos un valor importante en torno a sus comisiones. No hay que demonizarlos”.
Dicha reflexión corresponde a José Luis Navarrete, expresidente de Universidad de Chile, quien se refirió a una serie de problemáticas que afectal la actividad, en el marco de un foro sobre el fútbol chileno, organizado por radio ADN.
Luego, el extimonel de Azul Azul entre el año 2019 y 2020 desmintió a Michael Clark, actual mandamás de la sociedad anónima, al desestimar que hayan entregado el club con un hoyo financiero, tal como lo afirmaron desde la actual controladora de la institución, el grupo Sartor, cuando asumieron el poder a mediados del año pasado.
“Es extraño que se diga que el club estaba en quiebra, dejamos todo equilibrado, incluso sin borderó (por la pandemia). El valor que se pagó por la U en su momento se descontó de su valor patrimonial, con lo que los actuales propietarios pagaron un valor de acción más barato que el del mercado y con eso ya hay una utilidad. Es parte de los vaivenes propio de los negocios”, señaló el ejecutivo que estuvo 458 días en la testera de los estudiantiles.
Finalmente, Navarrete también defendió la gestión de Rodrigo Goldberg y Sergio Vargas en la gerencia técnica de la sociedad anónima, que en ese entonces era de propiedad del empresario Carlos Heller, y el legado deportivo que, según él, dejaron. “Recibimos al equipo en el puesto quince y terminamos en la zona alta, salimos de ese mal momento con gente calificada. Económicamente, es una empresa que tiene deudas, pero que aún se sustentaba”, lanzó.
Hoy la U busca renovarse, tras su cuarto año de sufrimiento con el descenso, y ya determinó que Sebastián Miranda no seguirá como técnico del equipo en la próxima temporada y afinan un presupuesto que les permita armar un equipo que pelee por los primeros puestos y no por la permanencia.