Fabián Cerda (30), arquero de Palestino, pasó a la historia. De una pelota que parecía perdida, Esteban Paredes sacó una volea que quedará para siempre en el recuerdo pues, con ese tanto, el ariete alcanzó 215 tantos en Primera División e igualó a Chamaco Valdés como el más importante anotador de la historia.
Antes del golazo, ambos intercambiaron miradas, abrazos y sonrisas. No se toparon casi en el partido, salvo en el mentado gol. Y mientras el goleador celebraba la hazaña, sobre la reja y casi llorando, a Cerda no le quedó más que agachar la cabeza.
"Fue una genialidad de Paredes, no culpa mía", se defiende. "Saca un remate y la mete ahí, al ángulo, desde donde sea. Y así fue... Pero rocé la pelota", relata el portero a La Tercera.
Pese a que el récord de Paredes fue tema obligado en la previa del encuentro, el portero afirma no haberse imaginado recibiendo el gol 215. "No lo pensé antes, en la semana tampoco. Siempre estoy enfocado en cómo vamos a enfrentar a los rivales. No estaba pendiente si Paredes me hacia un gol o no", asegura.
"Estuve con él en un periodo en la sub 23, donde nos dirigió Ivo Basay", cuenta también. "Lo conocí y fue mi padrino en el equipo. Después, cada vez que nos topamos en las canchas, siempre nos saludamos y hablamos un rato", afirma, además, ensalzando su amistad.
"Siempre fue completo. Cuando estábamos en los entrenamientos era lo mismo, me saco el sombrero por él", añade el ex UC.
Mucha suerte
Tras el duelo y el récord, ambos volvieron a cruzarse. Hubo risas, cariño, y chistes. "Le dije que tenía un orto tremendo, por donde metió la pelota. Y que lo felicitaba", asegura el arquero.
Paredes se fue de La Cisterna como un héroe. Cerda, solo y decaído. Le queda dar vuelta la página. La historia se escribió y él también fue protagonista.