El pádel chileno se vuelve a enfrentar a un gran desafío. Durante octubre la delegación de este deporte tuvo una histórica participación en los Juegos Odesur, en donde las mujeres se quedaron con la medalla de plata y los hombres con la cuarta ubicación. Ahora se alistan para el Mundial de Dubái y, antes del viaje, el presidente de la Federación de Pádel de Chile (Fepachi), Fabián Parolin, se hace un tiempo para hablar con El Deportivo sobre la cita planetaria en Emiratos Árabes, la explosión de este deporte en nuestro país, entre otros temas.
¿Cómo viven este crecimiento que ha tenido el pádel en los últimos años?
En realidad el pádel viene creciendo desde el año 2016 en adelante, en todo Chile se venían abriendo clubes. Pero hubo dos fenómenos especiales que generaron una explosión: primero fue el estallido social, a partir de ahí los clubes empezamos a trabajar de una forma increíble, tal vez por el susto de la gente que no quería estar en la calle ni en lugares expuestos. Eso hizo llegar muchas personas, aumentó el mercado y los clubes arriesgaron en poner más canchas. Pocos meses después vino la pandemia, la gente paró de hacer actividades y la pasamos muy mal. Post cuarentena, fuimos unos de los pocos deportes junto con el tenis que se autorizaron rápidamente, y eso hizo que nos buscaran como una alternativa para seguir haciendo deporte; de alguna forma por el boca a boca llegaban a las canchas de pádel y eso generó una difusión gratuita que ni la mejor campaña publicitaria hubiera logrado. Y fue algo mundial, no solo de Chile.
¿Cuánto es el número de canchas actualmente en Chile?
Nosotros creemos que estamos sobre las mil canchas de pádel.
¿Cómo proyectan que este crecimiento continúe?
Yo tengo una perspectiva diferente a lo que se ve públicamente. Creo que acá hay un fenómeno de conocimiento y de moda, y las modas pasan. Tienen una vida de cuatro o cinco años máximo. Mucha gente está acá porque juega el amigo o porque sale en redes sociales. Y yo creo que el cambio va a ser de aquí a unos años más, en donde habrá una caída, pero eso no va a significar una baja del pádel, sino que va a significar una baja a la sobreoferta que se está generando. Pensemos que en lugares como Chicureo había seis canchas de pádel y hoy hay más de 120. Como ha pasado en todos los deportes en Chile. Un deporte como el futbolito, que uno pensaría que jamás va a caer, sin embargo, hoy han cerrado más del 60 %. Uno tiene que tener los pies en la tierra, hemos vivido antes esto.
¿Cómo trabajan pensando en que esto no sea una moda, como usted dice, y perdure?
Las modas pasan y eso hay que preverlo, y nuestro trabajo se basa en cómo afirmamos este deporte para que cuando esa moda pase, nosotros igual quedemos bien parados. El objetivo está en generar un desarrollo a nivel deportivo desde las bases, desde los menores, que es lo que hoy nos falta. Si vas a dar una vuelta a los clubes te darás cuenta de que el 99% de las canchas están ocupadas por adultos y no por colegiales ni niños. Hoy han crecido las escuelas de pádel, pero es un porcentaje todavía minoritario. Nuestro objetivo es tener la base desde los niños. Cuando tú tienes a un niño que se formó en la actividad y pasó todos los procesos de competencia, cuando llegue a adulto jamás deja de hacer ese deporte.
Los Odesur y el Mundial
¿Cómo fue la experiencia de estar en los Odesur y, además, llegar a la final?
Estar en los Odesur es un logro gigante. El hecho de ser parte de la delegación del Comité Olímpico de Chile y que hayamos sido reconocido por ellos es un gran logro. Venimos trabajando hace mucho tiempo. Y en el tema de la competencia, la verdad es que mejor no nos podía ir. Teníamos la esperanza de una medalla, pero pensábamos en una de bronce. En hombres la tuvimos bastante difícil y así y todo salimos cuartos. En las mujeres se venció a Uruguay y en las semis es la primera vez que se le gana en damas a Brasil. En la final ante Argentina creo que podríamos haber ganado, pero no es recriminable nada, porque jugaron contra una exnúmero uno del mundo y ante la número uno del circuito argentino. Creo que haber perdido así contra esa pareja nos abre una esperanza muy grande; muy meritorio lo de las chicas, sobre todo ahora que viajamos al Mundial de Dubái.
Con estas actuaciones, ¿se podrá ver otra vez al pádel participando junto al Team Chile?
Fue algo histórico, aparte que nos abre una serie de puertas gigantes que teníamos cerradas. El pádel era visto como una entretención y no como un deporte, y a partir de esto cambiaron la mirada, hay muchas opciones de volver a participar en eventos internacionales organizados por el Comité Olímpico. Se están haciendo gestiones muy fuertes para tratar de estar como deporte invitado en los Panamericanos, a pesar de que ya está casi todo armado, pero siempre hay posibilidades. La repercusión de los Odesur fue increíble.
Se viene el Mundial. ¿Cuáles son las expectativas para Chile?
El objetivo fundamental tanto para hombres como para mujeres es quedar dentro de los ocho mejores países del mundo. Porque al estar dentro de los ocho mejores estás automáticamente clasificado para el Mundial siguiente. Hay que pensar hoy que sacando a Argentina y España, tienes a Brasil en una tercera posición; esos tres son imbatibles. El problema que tenemos nosotros en competencias es que en Europa, tanto Italia, Francia, Portugal o Suecia han crecido porque el 90% de los torneos los tienen allá mismo. Cada año que vamos a competir nos encontramos con un nivel muy alto por parte de ellos. Tenemos una selección bastante joven en hombres, es impensado tener un sueño de salir campeón del mundo. Estamos claros que las diferencias son abismales, es como hablar de la NBA con el resto del mundo. Pero sí pensamos que podemos pelear del cuarto lugar hasta el octavo. Depende mucho del sorteo. En mujeres tenemos un equipo renovadísimo. Gabriela (Roux) y Giannina (Minieri) son incorporaciones, todas las chicas están en un nivel más alto que el Mundial pasado. Creemos que esta vez se puede clasificar directamente y no tener que jugar un proceso clasificatorio.