Claudio Bravo tuvo poco trabajo en el amistoso de la Selección frente a Paraguay. Para peor, el histórico capitán de la Roja abandonó el campo de juego lesionado, generando una incertidumbre en el cuerpo técnico y los hinchas que fue despejándose con el transcurso de los minutos, aunque, en rigor, aún no ha sido disipada del todo. El guardameta terminó con problemas físicos, aunque luego aclaró que se trataba de molestias menores, que no pondrían en riesgo su participación en la Copa América. Aún no hay una versión oficial al respecto.

Las escasas intervenciones que tuvo durante el juego le dieron al ahora exgolero del Betis pocas opciones para poner a prueba el elemento más importante de su indumentaria y que, en su caso, revestía un valor adicional: sus nuevos guantes.

Un emprendimiento

Bravo utilizó el guante Uno Supreme Defense RF, que reemplazó a los implementos de la marca Adidas, que usaba al menos hasta el término de la relación contractual que le unía con el Betis, que ahora reclutó a Brayan Cortés, otro de los porteros considerados por Gareca en la Selección.

Para encontrar la particularidad hay que reparar en la denominación del implemento que Bravo ocupó ante los guaraníes. Uno, al margen de la evidente alusión a la numeración más tradicional de un portero, es el mismo nombre del principal emprendimiento del guardameta: el complejo deportivo que mantiene en Buin en el que, además del arriendo de canchas, incursiona en clínicas deportivas en las que participa en la medida de que sus compromisos deportivos se lo permiten.

Uno Supreme Defense RF es un guante de la gama más alta que ofrece la firma, que ofrece modelos diseñados por el exmeta del Barcelona. Es decir, un protector concebido para el uso de goleros profesionales. La descripción técnica del implemento sostiene que la palma está construida en látex Super Soft de origen alemán de 4mm, montado en corte rollfinger, flat en dedos centrales y envoltura en dedos pulgar, índice y meñique.

Claudio Bravo, en el partido entre la Selección y Paraguay (Foto: Photosport)

En el caso del dorso las características también están bien definidas: cuerpo de mesh transpirable, planchas de látex con pulgar y meñique independiente. Grabados en alta frecuencia en dorso y dedos.

El último punto es la muñequera. “Clásica con tejido elástico y tira de cierre en látex natural en dos puntos de anclaje”, resume la ficha técnica que publica la tienda. El guante tiene un valor de $ 55.000, según la misma publicación.

Un mercado en desarrollo

La fabricación de guantes es un mercado en plena apertura para los porteros que actúan en el fútbol nacional y para quienes dejaron la actividad recientemente. En ese plano, por ejemplo, Luis Marín, Jorge Deschamps y Álvaro Salazar han sido, al menos en el último tiempo, algunos de los que han puesto en el mercado algunos modelos en los que buscan poner a prueba los conocimientos que han adquirido durante sus respectivas carreras y, por ende, ofrecer un producto garantizado.

Los rangos de precios dependen de la calidad de los materiales involucrados en la fabricación y de los proveedores que se elijan para este propósito. Ese es, naturalmente, el secreto mejor guardado de cada empresa, aunque la generalidad es que el mercado chino se ha transformado en una opción rentable para quienes buscan producir un guante de una calidad aceptable a un precio conveniente.

En un plano más selecto se ubican quienes tienen como referencia Europa, principalmente Alemania, donde se producen las marcas más tradicionales y, por ende, que utilizan los estándares más elevados. Esa se traduce decisión se traduce en un valor ligeramente más alto, pero también en una garantía de rendimiento superior, por la calidad de los materiales que se utilizan, sobre todo el látex, que juega un rol fundamental. La adherencia es el factor que más se privilegia en este caso.

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