Fallas en las bandas, falta de gol y ausencia de variantes: los problemas que golpean a la U en el arranque del 2025

Universidad de Chile empezó el 2025 mostrando una cara negativa. En el marco del primer partido de la Copa de Verano que se está disputando en la Cuarta Región, los azules cayeron por 2-1 ante Coquimbo Unido y exhibieron una serie de falencias que despertaron las dudas de la fanaticada laica. En una temporada en la que están cargados de desafíos, tanto en el plano nacional como en la arena continental, los problemas que ocurren en los despachos de Azul Azul parecen haberse trasladado hasta el terreno de juego.

Pese a que la temporada anterior quedó en el pasado y un nuevo año comenzó, en Universidad de Chile siguen mostrando prácticamente las mismas caras que en 2024. En el cotejo en el que se midieron contra el elenco pirata, Gustavo Álvarez saltó a la cancha del estadio Francisco Sánchez Rumoroso con una formación titular bastante similar a la de la campaña previa: Gabriel Castellón; Fabián Hormazábal, Franco Calderón, Matías Zaldivia, Matías Sepúlveda; Israel Poblete, Marcelo Díaz, Lucas Assadi; Maximiliano Guerrero, Nicolás Guerra y Leandro Fernández.

Este once inicial obligó a que el mencionado Sepúlveda desempeñara labores por la banda izquierda. El exjugador Audax Italiano, cuya posición natural está en el medio del campo, no se mostró cómodo por ese flanco y, en varias ocasiones, no realizó el retroceso hasta la última línea para contener los ataques rivales.

Si bien Sepúlveda alternó en esa zona durante algunos partidos del curso anterior, su falta de vocación defensiva genera incertidumbre para los próximos choques. En la actualidad, Gustavo Álvarez padece ante la falta de un especialista nato por la izquierda, ya que Marcelo Morales abandonó la institución (se espera que llega a la MLS de Estados Unidos) y José Ignacio Castro no ha sido capaz de mantenerse alejado de las lesiones.

De igual forma, por el sector derecho también hay incovenientes. Durante el duelo de este domingo, la U se presentó con una línea de tres en el fondo (Hormazábal, Calderón y Zaldivia), dejando a Maximiliano Guerrero como un híbrido entre la defensa y el ataque. Aquello tampoco funcionó. El futbolista con pasos por La Serena no llevó a cabo lo uno ni lo otro, y una tardanza suya al cubrir esa banda derivó en la apertura de la cuenta del conjunto nortino. En adición, ante la partida de Juan Pablo Gómez a Deportes Iquique, la U perdió un deportista que le competía por el puesto a Hormazábal. En resumen, no hay un segundo lateral derecho disponible.

Si los problemas que ocurrieron en la zaga preocupan a los hinchas, lo que sucede en la ofensiva tampoco es muy alentador. Al igual que en 2024, Universidad de Chile no inquietó con llegadas de peligro y nuevamente volvió a extrañar la presencia de un centrodelantero.

Nicolás Guerra tenía esa función, sin embargo, el formado en el Centro Deportivo Azul estuvo desaparecido en la primera mitad y se fue expulsado en los minutos finales de la segunda parte. Por otro lado, Luciano Pons, quien permaneció en el club pese al pobre nivel que mostró en el Campeonato Nacional pasado, ni siquiera fue de la consideración del director técnico y quedó relegado al banquillo.

Lo más destacable, dentro de todo lo malo, fue el ímpetu de Leandro Fernández. El argentino convirtió el descuento a través de un lanzamiento penal y se mostró activo en la búsqueda de ocasiones de gol. No obstante, su toma de decisiones en el último tercio de la cancha y su efectividad de cara a los tres palos dejaron que desear. El ex Independiente de Avellaneda sigue necesitando de un compañero en el centro del área. Eso, por ahora, está lejos de suceder, ya que ni los mencionados Guerra y Pons parecen ser los compañeros indicados para conformar ese ansiado tándem en ataque.

La falta de refresco en las modificaciones se hace notar en el planteamiento de Universidad de Chile. En un partido de esta naturaleza, que sirve para probar a la mayor cantidad de jugadores posibles a modo de preparación, Gustavo Álvarez no pudo contar con casi ninguna variante distinta a las que ya todos conocen. En el entretiempo, por ejemplo, solo ingresaron Antonio Díaz y Emmanuel Ojeda.

Por otro lado, Julián Alfaro, refuerzo que llegó tras disputar la temporada previa en la Primera B con la camiseta de Magallanes, solo jugó escasos minutos y no tuvo un mayor protagonismo en las acciones.

Esta ausencia de variantes en el esquema es otro de los grandes problemas que ha presentado la U durante este periodo estival. Los líos que han surgido en Azul Azul tras la polémica compra del paquete mayoritario de acciones de la concesionaria por parte de Michael Clark han llevado a una tardanza en el cierre de los fichajes.

Por el momento solo han arribado el mencionado Alfaro y Gonzalo Montes, quien fue oficializado este sábado como la segunda incorporación, por lo que aún restan concretar las contrataciones en puestos claves de la oncena: el nueve, un lateral izquierdo y otro volante. Sin embargo, a día de hoy, todo está congelado en las oficinas del directorio: Octavio Rivero ya le dio un portazo a la institución y las negociaciones con Estudiantes de La Plata por la carta de Javier Altamirano se vieron interrumpidas.

Pese a esta demora por abrochar a las incorporaciones, en la U llaman a la calma. “Lógicamente todos quieren tener refuerzos, pero hay momentos y momentos. Ya llegó Gonzalo (Montes) y van a seguir llegando jugadores que necesitamos que se acoplen al plantel y que nos van a servir mucho. La gente tiene que estar tranquila”, aseguró Marcelo Díaz, capitán del equipo, luego de la derrota en el Sánchez Rumoroso.