Una triste noticia enluta a Colo Colo y al fútbol chileno. Durante esta jornada se confirmó el fallecimiento a los 94 años del doctor Álvaro Reyes, histórico médico de los albos y de la Selección. La figura del profesional de salud trascendió la esfera del deporte, producto de una vida ejemplar, donde el amor al prójimo estuvo por sobre todas las cosas.

Su vínculo con el balompié comenzó en 1959, cuando comenzó a trabajar en Universidad de Chile. Luego, pasó por Ferrobádminton, Unión Española, Everton, el Cacique y la Roja. Además, militó desde 1954 en el Partido Comunista y fue consejero del Colegio Médico. También se jugó por causas que llevaron a centros de torturas y dos detenciones durante la dictadura.

Luego de atender al Presidente Salvador Allende por un esguince de tobillo, conoció el entorno del Palacio y a Miria Contreras, La Payita, quien luego del golpe de Estado lo buscó para solicitar ayuda, y él accedió a ocultarla como paciente en la Posta Central y luego la envió a la casa de un amiga. Sin embargo, esto traería graves consecuencias para el facultativo, quien fue salvajemente torturado y pasó 11 meses privado de libertad.

“Fueron momentos muy duros, en una celda para dos que ocupábamos seis. Y nos turnábamos para dormir dos en unas banquetas y el resto en el suelo”, recordaba. Su situación mejoró un poco, luego de que fuera reconocido por el médico del penal, quien le preguntó qué hacía ahí y gestionó su cambio a una celda algo más cómoda. “Era muy bueno para todos los presos políticos que yo ayudara en la enfermería, porque así podría agilizar los procesos de hospitalización externa de algunos, que eran momentos muy importantes para tener contacto con la familia, con el mundo externo”, recordaba en una entrevista con El Deportivo, en 2018, cuando fue elegido como uno de los Héroes del Deporte.

Años después estuvo detenido por cuatro meses por atender a algunos heridos del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en la clínica Chiloé. “Teníamos convenio con la Vicaría de la Solidaridad y la gente llegaba y la atendíamos sin preguntar nada”, explicaba. Esa estadía fue un poco menos traumática que la anterior. “Quizás porque era ya conocido de mucha gente”, decía. Y agregaba: “Siempre le digo a mi mujer que aún no sé cómo aún estoy vivo”.

En sus últimos años de vida, siempre estuvo vinculado a Colo Colo, donde se desempeñó como jefe médico de las divisiones menores. Los albos también le realizaron diversos homenajes, como ponerle su nombre a una clínica dentro del Monumental. Incluso, en diciembre del año pasado, Edmundo Valladares, presidente de Blanco y Negro y del Club Social lo visitó y le obsequió una camiseta.

Se casó cinco veces y tuvo tres hijos (una periodista, un ingeniero comercial y una psicóloga) y deja una familia y una enorme cantidad de amigos que hoy lo recuerdan con profundo afecto.

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