El domingo, Camila Sáez se transformó en la protagonista de una de las situaciones más angustiosas que se han producido en el fútbol femenino español. La seleccionada chilena, quien integra las filas del Rayo Vallecano, sufrió un duro golpe en la cabeza, al impactarse con una jugadora del rival de turno, el Athletic de Bilbao. Como consecuencia le quedó una profunda herida, que sangró profusamente. Estuvo varios minutos tendida en el piso esperando atención. El problema fue que esa reacción no se producía: el equipo de Vallecas no contaba con un médico para atender la urgencia. Apenas el fisioterapeuta del equipo se acercó a la jugadora nacional para tratar de ayudarla, ante la desesperación de sus compañeras.
Sáez tuvo que ser atendida por el médico de la escuadra vasca. Incluso, después de la incidencia quedó abandonada a su suerte en un hospital madrileño, al que llegó con la colaboración de un amigo. En el centro asistencial le suturaron la herida de siete centímetros. Ni siquiera en esa circunstancia el club le ofreció apoyo.
Junto con desnudar las precariedades que se viven en la competencia ibérica, considerada una de las más desarrolladas en el balompié femenino, la situación generó la indignación de las jugadoras, quienes amenazaron con la paralización de actividades en la liga si no se les brindan las condiciones de trabajo y de seguridad adecuadas.
Pasos hacia atrás
Amanda Sampedro, capitana del Atlético de Madrid, fue una de las voceras en la conferencia de prensa que ofrecieron, conjuntamente, las principales referentes de los planteles. “Creo que el fútbol femenino español merece dar un paso hacia adelante y todas y todos estamos viendo que hemos dado pasos hacia atrás”, declara. “Estamos ya cansadas de esperar, de no estar en esa liga profesional y si es necesario, pues, habrá que hacer una huelga”, añade su compañera de equipo Silvia Meseguer.
¿Qué exigen las jugadoras? Lo mínimo. Canchas de pasto natural, servicios médicos y la presencia de una ambulancia en los encuentros. “Estamos hablando de temas de salud y venimos de haberlo visto recientemente con el Rayo Vallecano”, insiste Sampedro, aludiendo al caso que afecta a la chilena Sáez. “Lo que hemos vivido nosotras este fin de semana no puede pasar. Pudo haber sido un paro cardiaco. Por eso estamos aquí todas, porque queremos una liga profesional”, añade Pilar García, la portadora de la jineta en el Rayo. “Nos tienen que tomar en serio”, advierte.