El estadio Monumental lucía un ambiente distinto. Un poco por las características del público y otro tanto porque la asistencia era ostensiblemente menor al de otros partidos de Eliminatorias. Chile estaba sancionado y los claros en el recinto se notaban. El ambiente, eso sí, tenía matices respecto de encuentros anteriores. En el sector norte, la tribuna Arica, estaba la Marea Roja, esta vez con elementos de animación, como bombos y trompetas, que ayudan a levantar al público y, en alguna medida, a sobrellevar la baja temperatura.
En la zona opuesta, la galería Magallanes, se ubicaba el grueso de la barra de Colombia, que también se hace sentir en el resto de las localidades. Incluso, desde antes. En las inmediaciones del coliseo de Pedreros se podía ver desde temprano a fanáticos del equipo visitante. Entre ellos, por ejemplo, estaba El Cole, el adepto más emblemático del combinado cafetero. Además, en virtud de una cultura que ya está arraigada en suelo nacional, hasta la oferta gastronómica incluía propuestas para los hinchas forasteros.
Así estaba el ambiente cuando la Selección salió a calentar en el sector sur de la mala cancha de Macul. ¿El más aplaudido? Alexis Sánchez, como siempre. En el Niño Maravilla estaban depositadas gran parte de las esperanzas de sumar los primeros puntos camino al Mundial 2026. Se perdió el debut ante Uruguay en las clasificatorias por una anemia severa, que lo afecta hace casi dos meses. De hecho, aún no sabe la causa de su enfermedad.
Por eso, su presencia era una incógnita. Más allá de que Eduardo Berizzo confirmó el lunes que el tocopillano estaba listo para jugar ante el equipo de Néstor Lorenzo, lo concreto es que hace casi tres meses que no disputaba un partido, desde que terminó su temporada con el Olympique de Marsella. Así, con la mirada concentrada, y casi siempre interactuando con Ben Brereton, el formado en Cobreloa recibió el cariño de la gente con una leve sonrisa, en un pasto que conoce bien. Todos confiaban en AS10.
Falto de fútbol
No se puede negar que Alexis Sánchez hizo su máximo esfuerzo. Con guantes oscuros para capear el frío santiaguino, el goleador histórico de la selección chilena intentó echarse el equipo al hombro desde el primer minuto, pero no pudo, principalmente, porque a Chile le costó mucho adueñarse del trámite del partido y por su evidente falta de fútbol. Por más que levantó la mano para pedir un pase largo, no lograba asociarse como quería.
Recibió la pelota dos veces en el área chica, pero la más clara fue a los 38′, cuando desperdició una ocasión de gol de manera imperdonable. Un espectacular carrerón de Brereton por la izquierda terminó en un gran centro para el actual delantero del Inter de Milán, que conectó el balón con el pie derecho. No obstante, su remate se fue desviado, ante la incredulidad de los poco más de 20 mil hinchas que llegaron hasta el Monumental.
Eran los mejores momentos de Chile en el primer tiempo, mientras ambas hinchadas se insultaban a través de cánticos. Precisamente, una de las razones del poco público en Pedreros era el castigo que pesaba sobre la Federación nacional por el mal comportamiento de sus hinchas en las Eliminatorias para Qatar 2022.
Sánchez comenzó como un 9 de área, bien centralizado, en constante lucha con el defensa John Lucumí. Luego también se posicionó como extremo derecho. Esas fueron sus zonas predilectas, en las que iba alternando, según lo dictaba el trámite del compromiso. Sin embargo, en sus controles, en sus carreras y en sus movimientos, evidenciaba su larga inactividad. La falta de chispa y de potencia era notoria. Tanto tiempo sin jugar y, para colmo, la anemia severa que lo ha debilitado, hicieron mella en su físico. Eso quedó más que claro.
Físicamente disminuido, se las arregló para enviar un peligroso tiro libre al área colombiana a los 77′, que Guillermo Maripán convirtió en gol mediante un cabezazo. La euforia se desató en el Monumental, pero todo fue desazón cuando el VAR anuló la conquista por posición de adelanto del defensa del Monaco.
En los últimos minutos, cuando el partido se tornó ida y vuelta, Alexis pareció sentirse más cómodo. Por momentos, tomó las riendas del equipo y fue protagonista, generando faltas que eran un desahogo para la Roja.