Poco se sabe de Michael Clark Varela, el flamante presidente de Azul Azul. Sin embargo, hay una certeza que, al menos, tranquiliza a los fanáticos de Universidad de Chile. El nuevo timonel de la institución es, en rigor, uno más de ellos. Desde siempre ha reconocido su afición por el club universitario. Ni haberse formado como ingeniero comercial en la Pontificia Universidad Católica le cambió los colores que ha seguido durante toda su vida.
Interesado en las artes y la cultura, el medio ambiente, la política y, naturalmente, la economía, según consigna su perfil en Linkedin, uno de las escasas referencias de fuente directa que se encuentran respecto de su personalidad, Clark llega a encabezar un proyecto que impulsó con fuerza. Fue el alto ejecutivo, quien ha desarrollado su trayectoria profesional en el área de inversión y finanzas de la banca, además del mercado de capitales quien allegó la idea de adquirir el paquete accionario que había puesto a la venta Carlos Heller, el anterior controlador de la compañía que administra al club laico.
En su sugerencia había, además del deseo de vincularse concretamente al club de toda su vida, una visión empresarial. Una perspectiva que se ha formado en una trayectoria exitosa en el área de los negocios. Penta, BBVA y Empyrean Capital Partners forman parte de un recorrido que ya suma dos décadas, tanto en Chile como en Estados Unidos. Actualmente, es director ejecutivo y socio fundador de Redwood Capital, la firma de asesoría financiera que inició la operación desde sus inicios. Desde ese rol, una dualidad de funciones, en rigor, fue quien trasladó la idea desde Redwood a Sartor Finance Group, que administra el fondo de inversión que presentó la oferta. Sartor, a su vez, consiguió los inversionistas para embarcarse en el proyecto. Además de pagar por el paquete de Heller, US$ 5 millones para sanear la operación del club y proyectar los fichajes.
Un rol clave
El papel de Clark en la gestación y el desarrollo del negocio ha sido fundamental. Incluso cuando en 2020 la iniciativa pareció tambalear. Fue, de hecho, el nexo entre los inversionistas y la anterior gestión de Azul Azul en todo el proceso. Mantuvo un contacto directo y estrecho con Heller y también con Aubert para interiorizarse del funcionamiento institucional y se le atribuye un rol fundamental para convencer al dueño del holding Bethia de efectuar el traspaso de sus acciones. Ya desde ese momento se perfilaba como la principal carta para asumir la conducción de la firma, una situación que se concretó en la reunión de directorio de ayer y se conoció en esta jornada.
La presencia del ejecutivo como cabeza del proyecto institucional de los estudiantiles supone, también, un cambio de enfoque en la gestión que debiera acercar a los laicos a la principal referencia que Clark conoce: el deporte norteamericano. Precisamente, uno de los elementos que se conoce de los nuevos controladores del club laico es que tienen participación en la Major League Baseball, MLB, y en la MLS.
La referencia no es antojadiza. Dentro de los lineamientos de la gestión que encabezará Clark está, justamente, la intención de replicar el modelo de los clubes de la principal competencia futbolística de Estados Unidos, en tres áreas definidas en este sentido de prioridad: la social, la deportiva y la económica. La segunda ya recibió dos señales potentes: la contratación de Luis Roggiero como director deportivo y la ratificación de Esteban Valencia como entrenador del primer equipo al menos hasta fines de año. También está trazado el bosquejo para la refundación del camarín, aunque con la prioridad puesta en retener en el equipo al goleador Joaquín Larrivey,
La otra aspiración es la estabilidad del proyecto. El grupo al que representa Clark aspira a mantenerse en la U al menos por los próximos diez años, un plazo que considera prudente para transformarla en uno de los principales clubes del fútbol sudamericano.
Se reúne con Milad
Una de las primeras actividades que desarrolló Clark en su nuevo cargo fue reunirse con el presidente de la ANFP, Pablo Milad. Acompañado por Aubert, el flamante mandamás laico llegó hasta la sede del fútbol chileno para presentarse ante la máxima autoridad del balompié nacional y exponerle algunas de las ideas que pretende desarrollar al mando del club. La cita se prolongó por cerca de una hora.
En el CDA, la primera actividad formal que realizará en su nuevo rol será la presentación de Luis Roggiero como director deportivo. Es posible que se reúna con el plantel que capitanea Fernando de Paul para presentarse y exponerle sus planteamientos.