Roger Federer (2º ATP) triunfó sobre el australiano Nick Kyrgios (30º) en un duelo de estilos, de maneras de entender la vida y el tenis: el rey de la competición acabó con el enfant terrible del circuito y avanzó a octavos del Abierto de Estados Unidos.
Federer, cinco veces coronado en el Grand Slam, aplastó en tres sets al talentoso e indomable Kyrgios, perfecto antihéroe que destaca por sus grandes habilidades sin pulir y su carácter incorregible. Federer acabó con él en una hora y 45 minutos por 6-4, 6-1, 7-5.
Kyrgios incluso dio espacio para la admiración. "Es el tiro más increíble que he visto", aseguró boquiabierto cuando su rival llegó a una pelota corta y esquinada, que consiguió volver a meter en la pista desde el lateral de la red. Ni siquiera Federer se lo creía: "Es una cuestión de suerte, pero también de piernas rápidas", bromeó.
Fue el único momento que el partido se salió del guión marcado por el suizo, que evitó cualquier conato de confrontación centrándose en su juego y en su plan: ser agresivo con su servicio, mover a su contrincante y no pensar en nada que no tuviera a la pelota como protagonista.
Con más de la mitad del camino recorrido por Federer, y tras su "tiro más increíble", Kyrgios volvió a hacer de las suyas con 5-5 y 40-15 a favor con varios errores no forzados que le costaron definitivamente el partido.
En tanto, Nicolás Jarry y el argentino Máximo González enfretarán hoy a mediodía a Roman Jebavy (República Checa) y Andrés Molteni (Argentina), por la tercera ronda del dobles.