Federico Valdés (62 años) se emociona durante esta entrevista. A ratos, se ríe. En otras, respira profundo. Se toma sus segundos para responder, como queriendo no dejar en el aire ningún detalle. En su memoria atesora cada situación del 14 de diciembre de 2011, fecha en la que los laicos levantaron la Copa Sudamericana tras vencer Liga de Quito, por 3-0, en el Nacional.
El ex presidente de Azul Azul reconoce que han sido días especiales. En conversación con El Deportivo, el ingeniero civil repasa la campaña estudiantil del 2011. También se refiere al doloroso presente, que los tuvo a minutos de descender a la Primera B.
Ya son 10 años desde que se consiguió la Sudamericana. ¿Qué es lo primero que recuerda?
La celebración en el bus por las calles de Santiago. Al estadio pudieron asistir como 47 mil personas y mucha gente tiene que haber quedado frustrada por no ver el partido más importante en la historia de la U. Ver tanta gente en las calles es algo difícil de describir. Es difícil entenderlo sin haberlo visto, porque eran miles y miles de personas. Salieron a aplaudir a sus ídolos, a celebrar el orgullo de ser hincha de la U. Esa noche se celebró que la U era el mejor equipo de América.
Se le escucha emocionado al recordar toda esa época...
Sí, por supuesto. Uno se emociona. Es que al cumplirse 10 años uno repasa, piensa, le da vuelta a todo lo que vivió. Y todos están hablando mucho de lo que hicimos. Han sido días bien bonitos para recordar la época más gloriosa de la U.
¿Costó años que le tomaran el peso a lo logrado?
Sí, costó años tomarle el peso. Nosotros sabíamos que habíamos hecho algo extraordinario, pero efectivamente era como una vorágine. Habíamos ganado el torneo de apertura, ganado la Sudamericana, después ganamos el clausura. No paraba nunca esto. Además, cada torneo fue con épica. La final de junio de 2011 frente a la Católica fue una cosa extraordinaria, la Sudamericana tiene varios partidos que son para emocionarse. Por su puesto está el triunfo en Río de Janeiro (victoria frente a Flamengo) o contra Vasco da Gama, que fue el rival más difícil que tuvimos. El haber ganado en Buenos Aires, en Montevideo, en Quito. Y el partido final que fue anticipado durante varios días. Nadie quería decirlo, porque era medio mufa, pero todos sabíamos que íbamos a ganar. Habíamos ganado de visita, jugando muy bien. Fue precioso.
¿Sintió que esa U era invencible?
Mmmm... no existen los equipos invencibles. Era el mejor equipo del continente y por consiguiente de Chile, de eso no quedan dudas. Tenía recursos extraordinarios, tenía jugadores que fueron la base de Chile que ganó la Copa América, que fueron al Mundial. Tenía una dirección técnica extraordinaria. Era un equipo de ensueño.
¿Mantiene contacto con Sampaoli y con futbolistas de ese plantel?
Con algunos converso. Intercambiamos mensaje hace poco por la salvada del domingo pasado frente a La Calera. Pero el martes (hoy) me imagino que vamos a intercambiar algún mensaje de celebración.
¿Se quedó con algún recuerdo del plantel?
Tengo varias camisetas. De hecho, para ver el partido con Unión La Calera tuve que pensar bien cuál me ponía y al final resultó. Esa quedará ahora de titular (risas). Le di las gracias a Matías Rodríguez porque fue quien me la regaló.
¿Se puso la camiseta de Matías Rodríguez para no descender?
Me pongo la camiseta de la U para todos los partidos. Esta vez decidí ponerme la de Matías porque pensé que me traería suerte. Y me la dio...
Cuando arma ese equipo en 2011, ¿lo diseñó pensando en ganar la Copa Sudamericana?
Nosotros teníamos la esperanza de que armando este equipo, que se formó en varios años, se podía tener una destacada participación en torneos internacionales. El torneo nacional lo dábamos por seguro que lo pelearíamos. Cuando uno tiene una destacada participación internacional y llega a semifinales, de ahí en adelante todo es posible. Ese es el punto clave. Uno se mete entre los cuatro y de ahí depende de la curva de rendimiento del equipo. A la U la tomó en su mejor minuto. El último mes la U estuvo jugando a un nivel superlativo.
Sampaoli llegó y sacó referentes, ganándose el rechazo de entrada. ¿Fue clave respaldarlo?
Sampaoli fue resistido al comienzo, por diversas razones. Una fue porque lo elegimos por sobre Simeone. Y porque al comienzo esta idea revolucionaria de cómo jugar se demoró en cuajar. La labor de los dirigentes y del presidente es apoyarlo, es hacer lo necesario para que él pueda hacer su trabajo tranquilo. Hubo que salir a apoyarlo, a defenderlo, porque al final sabíamos que sería clave para el éxito.
En esos momentos de crisis, ¿nunca se cuestionó no haber elegido a Simeone?
No, no. Nosotros teníamos mucha confianza en Sampaoli. Lo habíamos visto en O’Higgins, dos años antes. Había que darle tiempo para que funcionara.
¿Si Sampaoli perdía la final del Apertura 2011 frente a la UC hubiese sido despedido?
No, no creo. Yo nunca supe nada de eso. Mis expectativas al contratarlo fue pelear el torneo de Clausura, nunca pensé que ganaríamos el Apertura. Nuestros rivales tradicionales iban muy bien. Universidad Católica y Colo Colo estaban muy bien armados.
¿Cuál fue el mejor partido de la U en la Copa?
Ese 4-0 a Flamengo, que debió haber 6-0. Hubo un penal en que la pelota entró y no lo cobraron. Debe ser uno de los mejores partidos en la historia de la U. Estaba Ronaldinho, Flamengo tenía un gran equipo. Fue un paseo, no les dimos mucha oportunidades. Le habíamos tomado la mano a Flamengo: le ganamos cuatro veces en dos años. ¡Cuatro veces! Dos veces en Brasil y otras dos en Santiago.
¿El mejor de la U en la Sudamericana?
Eduardo Vargas. Él desequilibraba. Uno tiene equipos que juegan muy bien y esa U jugaba muy bien. Charles, a lo mejor, era el más importante. Pero Vargas te resolvía los partidos. Hacía el gol, o los dos goles, y se acababa el partido. Los hacía en Santiago, de visita, en todos lados.
Esa misma campaña hizo imposible retener a Vargas pensando en la Libertadores 2012...
Eso estaba claro. Fue conversado abiertamente mientras transcurría la Copa. Le pedimos que estuviera tranquilo, que no íbamos a retenerlo aunque tuviésemos muchas ganas. Él se fue con un contrato que le aseguró el futuro. Era imposible que el goleador de un torneo internacional siguiera en Chile.
¿Cree que la U pueda volver a ganar un torneo internacional?
Por supuesto. Sí, seguro. Un equipo que tiene la cantidad de hinchas que tiene la U, que por lo tanto puede manejar un presupuesto que la hace competitiva, va a tener otras oportunidades. No creo que sea la primera y última vez para la U. Espero ver a la U en el futuro en otra final.
Usted también lo pasó mal como presidente. En 2009 tuvo que salir escoltado del Santa Laura tras la pésima campaña de Basualdo. ¿No pensó en renunciar?
Los cincos años que fui presidente en la U fueron complejos, fueron muy complejos. Todo lo malo se juntó al comienzo. Yo tengo cuero de elefante, sabía que no podía aflojar el timón. Tenía un compromiso con quienes me habían apoyado, sabía que tenía que seguir adelante. Los últimos dos años ocurrieron cosas muy buenas. El gusto que queda es dulce, pero los primeros tiempo, antes de ser campeón con Markarian, fueron muy complejos. Con Basualdo fue un infierno.
Cuando levantó la Sudamericana también lo pifiaron...
Sí, lo recuerdo. El día que levanté la Copa me puede haber pifiado el 20% del estadio. Fue una mejora significativa, porque cuando le entregué la camiseta a Marcelo Salas en su despedida me pifió el 95%. Mejoré mucho. Eso me dejó claro que hubo gente que nunca iba a aprobar lo que hacíamos.
Solo han pasado 10 años y hoy la realidad es totalmente opuesta: de la alegría de la Sudamericana se pasó al sufrimiento por no caer en la B...
Sí, hubiese sido demasiado cruel que este fuese el año que la U descendiera. Nos salvamos, gracias a Dios.
Usted hablaba de realizar una reingeniería en la U. ¿A qué se refería?
Me refería a que hay que hacer una cirugía profunda y lo están haciendo. Yo no sé más que lo que sale en los medios, no tengo ninguna información que no tenga todo el mundo. Un equipo que llega a jugar un partido por el descenso, es un equipo que hay que cambiarlo prácticamente completo. Eso incluye cuerpo técnico. Eso se está haciendo. No conozco al nuevo entrenador, pero espero que sea todo lo bueno que han dicho.
José Yuraszeck dijo a El Deportivo que esperaba que Michael Clark tomase el protagonismo que debe tener un presidente de la U...¿Comparte?
Los presidentes de club pueden tener un perfil bajo o alto. A mí me tocó tener un perfil alto, me tocó salir harto en la prensa. Y un presidente puede elegir. Por ejemplo, en Universidad Católica, generalmente tienen un perfil más bajo. Eso está bien, no es un problema. Sin embargo, hubo un momento en que durante el segundo semestre hizo falta que el presidente apareciera dando la cara, porque la presión se la estaban llevando los jugadores. Eso es malo, es malo cuando estás peleando el descenso. Pero es válido que un presidente quiera tener un perfil más bajo. Hay que dar la cara cuando hay dificultades.
¿Volvería a la U si se lo piden?
Durante los cincos años que estuve en la U, me hice una reputación de no contestar nada en condicional. Y voy a mantener esa reputación.
Pero no lo descarta...
No voy a responder nada en condicional...
Pero no se ha retirado del mundo del fútbol..
Yo he sido hincha toda mi vida, hasta el 6 de agosto de 2007, cuando asumí la presidencia. Y volví a ser hincha en abril de 2012, cuando salí. Sigo viendo todos los partidos de la U, veo los programas de la U. Soy hincha de la U y lo seré toda la vida.