Una de las grandes deudas de su carrera. Felipe Barraza (25) llega al Ironman 70.3 de Pucón 2018 en búsqueda de su primer triunfo, después de tres subcampeonatos. Acá, además, empieza su camino hacia Tokio 2020, los que serían sus primeros Juegos Olímpicos tras el fracaso de quedar fuera de Río 2016. Con esas cargas y objetivos en la espalda, luego de su entrenamiento matutino, Pipo atiende a La Tercera.
¿Cómo se ha preparado para la carrera?
Mi preparación para este año en Pucón ha sido bastante diferente, ya que me fui a Australia y tuve un cambio de entrenador y de método. Eso requiere tiempo para ver si realmente estoy adaptado a esos nuevos entrenamientos. Generalmente en esta época estoy preparando el año completo, no sólo el Ironman. Es una especie de pretemporada, donde se entrena un poco más de volumen (ganar músculo). Estoy bien preparado.
¿El objetivo es superar el segundo lugar del año pasado?
El rendimiento es un poco incierto, como todos los años. Nunca he llegado con la misma preparación del año anterior. Eso se va a ver el día de la carrera. Me siento bien. Ya conozco la carrera, así que cada año puedo ser más inteligente y tomar mejores decisiones durante la carrera. Vamos a ver qué pasa.
¿Qué diferencias hay entre entrenar en Chile y Australia?
Cuando cambias de entrenador, cambias también el estilo de entrenamiento. Ahora nos basamos bastante en la técnica. Por ende, muchos entrenamientos que yo tenía en Chile eran más fuertes en esta época, ahora son más de técnica. Esto puede demorarse más en cuanto a resultados, porque estamos pensando más allá del 2018. Estamos enfocados en el 2020, en los Juegos Olímpicos. Estamos trabajando más la posición del cuerpo, con enfoque en evitar lesiones. Entonces, como estamos recién empezando un proceso, no necesariamente se van a ver los resultados ahora. De todas maneras, Pucón es una carrera que se me da bien y voy a jugármelas con las cartas que manejo ahora. Trataré de estar lo más adelante posible.
¿Por qué decide el cambio de país?
Fueron diferentes motivos. Yo estaba buscando un cambio y mi novia quería hacer un doctorado afuera. Entonces empezamos a buscar oportunidades y salió esta en Brisbane, Australia. Fue una gran apuesta, tanto económica como profesional y emocional. Es un todo o nada, a fondo. Llevaba más de 16 años con mi entrenadora (Ana María Lecumberri) y nuestra relación es increíble, pero necesitaba un cambio y tenía que tomar la oportunidad que me dieron. Creo que tomé una decisión correcta, pero la UC sigue siendo mi club, mi casa. Seguimos trabajando de cara al 2020, todos juntos.
¿Por qué cree que Pucón se le da tan bien?
Es una carrera de mucha energía, por eso más que nada. Voy desde muy chico, tengo mucha historia ahí. Para mí no es opción no hacerlo bien, pese a que no llegue en mi peak de entrenamiento. Pero es una cosa más psicológica que me permite no poner excusas y darle para adelante. Las características de Pucón todos las sabemos. Tiene un circuito de bicicleta que no es tan duro, pero tiene un asfalto muy rugoso que lo hace bastante lento. Y luego la península que la hace bastante épica y dura. A todos los corredores que pasan por Pucón los marca mucho el público, porque después de la península, cuando entras a O'Higgins, la calle principal de la ciudad, aparece toda la gente y el ruido que te ensordece, no te deja escucharte ni a ti mismo. De repente no te das cuenta y ya vas a otro ritmo y tienes que controlarte un poco porque te empuja. Ahí está la razón por la que voy a Pucón todos los años.
¿Cuáles son las grandes diferencias entre un Ironman y un Triatlón?
El Ironman 70.3, lo que hacemos en Pucón, es la mitad de un Full Ironman, que tiene sus inicios en Hawaii. Ahí las distancias son 3.8 kilómetros de nado, 180 kilómetros de bicicleta y 42 de trote. En Pucón hacemos 1.9 de nado, 90 de bicicleta y 21 de trote. Y después viene la distancia olímpica que son 1.5 de nado, 40 de bicicleta y diez de trote. Mientras más corto es el triatlón, más intenso se va haciendo. Es la misma diferencia entre el que corre una maratón y el que corre 100 metros. El de cien ni respira. Los tiempos también se acortan mucho. En un sprint los primeros 20 llegan en 50 segundos y en un Ironman los primeros 20 llegan en una hora y media. Esa es la gran diferencia entre la competitividad que tiene una carrera y otra. Yo puedo ganar en Pucón, pero tres semanas después puedo ir a una carrera más corta y salir vigésimo, a treinta segundos del primero. Es una cosa de ritmo y competitividad. Es decir, llegar 20 puede ser bueno si estuviste muy cerca del primero en tiempo, pero fallaste en detalles como demorarse mucho en ponerse las zapatillas de trote. Para mí, es mucho más emocionante, porque hay que estar en un cien por ciento. Cualquier error se paga con cinco lugares. Hacer una carrera perfecta es impagable.
¿Su gran meta es Tokio 2020?
Sí. Mi gran objetivo es competir en los Juegos Olímpicos. Para eso tengo que pegarme un salto en de mi nivel actual. Me estoy dedicando 100 por ciento. Estoy más enfocado en mejorar, que en la clasificación en sí, cosas más chicas que sirven para mejorar los ejercicios. Nosotros le decimos el 1 por ciento; puedes entrenar mucho, pero hay detalles que marcan la diferencia para pegarse el salto. Hoy ese es mi foco y ojalá culminarlo con los juegos. Vamos por eso. También quiero un buen resultado, no sólo competir. Aspiraría a eso, a estar a un nivel óptimo. No podría adelantar un puesto, pero quiero ser competitivo.
¿Medallas?
No, hoy no, siendo súper realista. Lo primero que tengo que hacer es tener muy buenas carreras en las Copas del Mundo. Ojalá un podio. Mi mejor resultado es un quinto lugar. Me gustaría ser consistente en el Top Ten y buscar siempre la oportunidad de ganar alguna, o varias, en los próximos años. Y ahí seguir a las Series Mundiales. Es el sueño de varios triatletas. Tengo las capacidades y por eso estoy trabajando en las cosas chicas.
¿Ese puede ser su objetivo para 2018? ¿Establecerse en el Top Ten de las Copas del Mundo?
Sí. También es la única manera de clasificar. Si no lo estoy haciendo, no voy a estar en Tokio. Pero, como te decía, los resultados llegan desde el rendimiento y eso es lo que estoy buscando. Ir detrás de un número muchas veces es surrealista y negativo: querer ganar una carrera te genera mucha más presión que buscar un buen rendimiento. Sé que necesito buenos resultados, pero antes tengo que encontrar el rendimiento. Eso sí, creo que tengo que estar Top 15 en las Copas del Mundo y apuntar a ganar una. Si no apunto a eso, no vale la pena dedicarle mi vida a esto.