Felipe Flores aún trata de digerir el golpe cuando se sienta a conceder esta entrevista. Minutos antes, el plantel de Barnechea había sido comunicado de la salida de Jaime Pizarro. El Kaiser fue quien lo llevó a los huaicocheros después de un irregular año en Antofagasta. El ex delantero albo lamenta su partida. “Estamos dolidos, con las aguas medias revueltas por la noticia que recibimos. El profe se despidió. Era algo que se veía venir, por el momento que estamos pasando, que no es positivo en los resultados. Cuando las cosas están así, complicadas, se corta por el hilo más delgado, en este caso, el entrenador. Estoy triste, porque fue la persona que me llevó al club. Obviamente, me hubiese gustado que continuará, pero hay decisiones dirigenciales que se tienen que respetar. No tengo nada que decir del profe, al contrario. Es un caballero. Ojalá que en sus nuevos proyectos tenga todo el éxito posible”, dice en una nueva edición de El diván del Kily, de El Deportivo de La Tercera. Luego, se abocará a analizar su carrera y hasta sus grandes rivalidades.

¿Pensaba que este año iba a jugar en Primera B?

Yo quería jugar. Se dieron varios factores para terminar jugando en Primera B. Estuve el año pasado en Antofagasta y jugué la nada. Tuve una operación de rodilla y cuando volví el equipo estaba conformado. Me citaron algunos partidos a la banca, jugaba cinco minutos, o diez. Ya tengo 34 años y a esta edad necesito jugar. Cuando termina el torneo, pensaba que Jason Flores, Eduard Bello o Carlos Muñoz podían emigrar a otro equipo de acá o afuera, pero, al contrario, se sumaron dos o tres más. Iba a seguir alternando y yo necesitaba jugar. Con dos años siendo suplente, el jugador se va desvalorizando. Necesitaba jugar, quería algo de Santiago. Mi hijo acababa de nacer, tenía dos o tres meses de vida, estábamos en pandemia. Mi pareja ya estaba podrida en el departamento, no podía salir a ningún lado, así que tomamos la decisión de buscar algo en Santiago. No se dio en Primera, me llama el profe Jaime. Me dijo que iba a jugar, que iba a tener minutos. Por eso tomamos la decisión. Estoy contento, feliz, siendo importante dentro de un equipo.

Entonces, ¿no es que la Primera División se haya olvidado de Felipe Flores?

No. De hecho, tuve dos oportunidades para ir a un club de Primera, pero eran de regiones, muy lejos de Santiago. Y si tomamos la decisión familiar de volver, no calzaba. Yo elegí a Barnechea. Estaba la oportunidad y la tomé.

¿Es muy distinto el fútbol en Primera B?

Es más de pelotazo, de cerrar los partidos 1-0 o 2-1, ganar con pelotas detenidas. En Primera hay jugadores con más trayectoria y calidad, que salen jugando. La B no es fácil, pero es más de equipos cerrados, de jugar una contra y que te liquiden el partido.

¿Pegan más o es un mito?

Sí. Dejan jugar más. Hay algunos partidos que no son transmitidos y a lo mejor algunas patadas pasan más piola. En Primera tienes el VAR, ya nada se puede esconder. En la B todavía no lo hay, entonces hay penales que uno cree que son y no los cobran. Entonces, en ese sentido, hay algunos árbitros que dejan jugar más y a veces se les pasa la mano.

A propósito de Barnechea, más allá de lo que pasó con Pizarro, ¿cómo está el club?

Es el primer club que conozco en Primera B. Está súper bien. Cuando viajamos, es en avión, vamos a buenos hoteles. Si tengo que reparar en algo es que falta un gimnasio o una bicicleta para hacer terapia. De lo demás, nada que decir. Los sueldos al día, la ropa espectacular.

¿Han sabido algo de la relación con el City Group, los dueños del Manchester City?

Eso fue no sé si fue malentendido o ‘humo’. Lo que sé es un jugador urugayo, Olivera, llegó a préstamo y ese jugador pertenece a ese grupo. Y por eso se hizo aparecer como un acuerdo con el grupo. Pero no hay ninguna relación de por medio.

¿Ustedes preguntaron, se entusiasmaron con la idea?

Sí. Pensamos en que por fin íbamos a tener un gimnasio o que iba a llegar el Kun Agüero a préstamo. Cuando aparece algo así, uno se ilusiona, pero preguntamos y fue ese canje con ese jugador.

Felipe Flores celebra un gol en Barnechea.

El vínculo albo que no se rompe

¿Está pendiente de lo que pasa en Colo Colo?

El año pasado fue anormal para lo que estamos acostumbrados, que es pelear campeonatos o clasificaciones internacionales. Sufrí, como sufrimos todos los hinchas del club. Se hicieron muchas cosas malas, que son tantas que ya no me acuerdo. Obviamente, si la cabeza hace las cosas mal, todo repercute hacia el plantel. Se perdía, se perdía, se estaba peleando el descenso, pero bueno, hoy en día, el profe Gustavo Quinteros ha hecho un trabajo espectacular, dándoles la oportunidad a los jóvenes. Lo que más nos pone contentos es eso. Que estén sacando el equipo adelante muchos jóvenes, muchos canteranos, que creo que hace mucho tiempo que no se veía. Creo que el último canterano que estuvo jugando fue Gabriel Suazo. Hoy en día hay cinco o siete y muchos más que vienen. Eso es lo que más me pone contento. Que Colo Colo esté bien, que esté ganando, que no se esté repitiendo lo que se hizo mal.

¿Qué se hizo mal?

Todo lo que es público a nivel dirigencial. A mí, lo que más me duele es la forma en que salieron los ídolos, que fue con una foto en el Instagram. ‘Esteban Paredes, muchas gracias por tu profesionalismo. Muchas gracias por tus goles. Chao, que te vaya bien’. Lo mismo con Carmona, Barroso. No me acuerdo si fueron cinco o siete y con cada uno una foto, dándoles las gracias y chao. Ellos merecían un trato mejor, una camiseta. Quizás sin público, porque no se puede, por la pandemia, pero dejándoles las puertas abiertas para que el día de mañana, cuando se normalice todo esto, tengan el Monumental abierto. No así (hace el gesto de llamado telefónico). ‘Esteban Paredes te llamamos para decirte que no sigues con nosotros ¿puedes venir al estadio para decírtelo o te lo digo por teléfono?’. No. No es la forma de despedir un ídolo, que rompió un récord en el club. Merecía otra cosa.

¿Se le perdió el cariño o el respeto al jugador en Colo Colo?

Sí, obviamente, se le perdió el respeto. Por ejemplo, lo que hicieron con Felipe Campos me pareció espectacular. Una camiseta, dentro de la cancha, dándole las gracias. Eso fue hace un par de semanas. Esa es la forma. Que el jugador se pueda dar la mano con los dirigentes. Y no por un telefonazo o un mensaje de texto avisándole que ya no sigue en el club.

Cambió la mano. Hoy la presidencia está a cargo del club social. Quizás por ahí vaya el nuevo enfoque.

Por eso lo digo. Todo lo malo que se hizo el año pasado, que no se repita, que sirva de experiencia. Y con detalles. Si esa camiseta, no sé, cuesta cincuenta mil pesos hacerla, pero es lo que uno guarda. Esa camiseta, Felipe Campos la va a tener para toda su vida dentro de su casa, entre los logros más importantes de su vida. Y no cuesta nada, pero es un detalle que uno como futbolista lo valora mucho.

Hablando de valoración, derechamente, ¿se siente subvalorado en Colo Colo?

No. Yo pienso que aporté, sí, goles importantes, pude salir campeón, pero hubo jugadores que consiguieron muchas más cosas que yo. Yo salí una o dos veces campeón y hay jugadores que salieron cinco veces. No puedo pedir más. Yo traté de dar lo mejor posible. La gente valora que, jugara bien o mal, lo daba todo. Hice goles que son sumamente importantes, en clásicos, a última hora, que la gente los valora y los guardo en mi corazón, pero no puedo pedir algo más, porque hay jugadores que hicieron el 70 o el 80 por ciento más que lo que yo hice en Colo Colo.

Felipe Flores celebra uno de sus goles por Colo Colo

¿Le hubiese gustado salir de una forma distinta o tener una posibilidad de volver? Siempre le abrió esa posibilidad a Colo Colo y tampoco lo llamaron.

Eso sí, me hubiese gustado volver. Hubo dos veces que intenté hablar con los dirigentes o con algunos compañeros que estaban en ese momento. Ellos me ayudaron, hablaron, pero, después, ya no dependía de ellos. Dependía del entrenador y de los dirigentes. Lo intenté y no fue por un tema de plata. Solamente por gusto. Tenían otras prioridades, otros puestos, otros nombres y no se pudo dar.

Hace dos años se vivió una situación bastante compleja, que lo tuvo a punto de perder la casa por un pagaré pendiente con Blanco y Negro, ¿eso sí se lo tomó como una situación más delicada?

Eso me dolió mucho. Cuando salgo de Colo Colo, tengo una oferta para ir a México. Hablo con Aníbal (Mosa), le digo que tengo una propuesta, que ya tenía 27 años y que era ahora o nunca. Hablamos por teléfono. Me dice ‘ya, Felipe, no hay problemas, ven mañana al Monumental a firmar el finiquito y que te vaya bien en México’. Ya se había ido el Tito Tapia y el nuevo entrenador era el Coto Sierra. Yo tampoco estaba en sus planes. Era la oportunidad de salir. Llego al otro día a firmar el finiquito, pero al lado había un pagaré de 100 mil dólares. “Déjanos algo”, me dijo. Le dije que habíamos conversado, que le había dicho que iba a México por un futuro mejor y que ahora me estaba haciendo firmar un pagaré. Iría a jugar para pagar los 100 mil dólares. Salgo de la reunión, llamo a mi representante y le pregunto qué hago. Me dice ‘fírmalo’, que ya está todo hablado, el contrato hecho. Firmé, pensando en que no iba a seguir avanzando. Pasan los tres años o cuatro. Regreso a Chile y un amigo me llama y me dice “Felipe, ¿esta no es tu casa?”. Me mandó la foto en la que salía el remate. Llamé a un abogado y me dice ‘ya es tarde, esto ya avanzó. Acá lo único que puedo hacer es ganar tiempo, pero los 100 mil dólares tienes que pagarlos sí o sí’. Hablé con Aníbal, de hecho una vez fui a una reunión con Esteban (Paredes) y él para ver si me podía bajar un poco de esos 100 mil dólares. Y no. Tuve que pagar, creo que en 10 cuotas. Levantamos este pagaré. Hace como un año que terminé de pagar esos 100 mil dólares, que se los regalé. No es que me los hayan prestado. Tuve que darle 100 mil dólares a Blanco y Negro. Ese día que llegué, en la mañana, me encontré con eso.

¿Cómo quedó su relación con Mosa después de este lío?

Nunca más hablamos. Pasaron los años y le dije que quería volver a Colo Colo. Que no me pagara sueldo y que me los descontara mensualmente. Que hiciéramos un acuerdo en que no me pagara ningún peso, pero que me iría descontando de esos 100 mil dólares. No me respondió. Me respondía su abogado. Después, al último, como eran 13 cuotas, le dije que me perdonara alguna, pero nada. Tuve que pagar las 13.

¿La relación con Colo Colo está cerrada?

Me gustaría volver al club. Sueño con volver, pero sé que hay un entrenador que tiene que estar de acuerdo. Esta historia me dolió. Cuando estaba en el club me llevaba bien con Aníbal, conversábamos y cuando me hizo esto quedé dolido. Pero no tiene nada que ver lo que tengo con Aníbal con los sentimientos que tengo hacia el club. Yo siempre he estado dispuesto a volver, pero sé que hay que pasar algunas barreras. Igualmente, uno siempre se ilusiona, como hincha.

Hacia allá lo quiero llevar, ¿cómo lo trata el hincha de Colo Colo?

Todavía percibo el cariño. Yo siento que hice cosas mínimas en comparación con otros jugadores. La gente, donde voy, o en mi Instagram, de 100 comentarios, 98 son de colocolinos. O se acuerdan del gol que le hice a la U y me preguntan cuando volveré. Siempre están pendientes de uno, agradeciendo el esfuerzo que uno hizo y eso es más valorable que cualquier cosa. Mi paso por Colo Colo algo dejó, algún recuerdo, algún momento emocionante, un gol de última hora. Y con eso me emociono. Cuando veo imágenes o repeticiones, todavía se me pone la piel de gallina.

Rivalidades clásicas y memes

En la balanza, ¿los elogios son más que los chaqueteos o los memes que le dedicaron en algún momento?

Claro. Pero hasta hoy me llegan memes. O hago un gol y empiezan con que Felipe Flores tiene que ir a la Selección. Me da risa. Mis amigos, con los que tenemos un grupo de chat, me mandan cosas cuando hay premios como el Balón de Oro. Me ponen como ganador en lugar de Cristiano Ronaldo. Son cosas que me divierten. Me río, no me enojo. Si me enojo es peor, más me molestan. Lo tomo con humor.

Con los hinchas de la U, seguramente, la relación no es tan cordial…

Los de la U son los que crean los memes para molestarme. O los de la Católica. Pero nunca he tenido un problema en la calle con un hincha de la U, que me haya encarado o que me haya empujado. La gente debe saber que lo que pasa en la cancha no lo llevo afuera. Si me peleé en un clásico con Johnny Herrera, por ejemplo, salgo de la cancha y no lo voy a llevar afuera. Ya terminó el partido, afuera es otra vida. Adentro uno está con la adrenalina a full. También ha habido hinchas de la U que me han pedido fotos. No tengo ningún problema. Nunca he tenido un entrevero con algún hincha de otro equipo. Ni de la U ni de ninguno.

¿Con Herrera se volvió a encontrar, a juntar o a saludar, más allá del protocolo previo a los partidos?

Nunca me lo he encontrado en otro lado. Estuvimos una vez en la selección chilena, en la época del Bichi Borghi. Fue un ‘hola y chao’. En ese tiempo estaban las mesas del Colo y de la U. Lo que pasaba en la cancha, la adrenalina a full, quedaba ahí. Nos podíamos pegar patadas, putear, pero, terminado el partido, ya fue.

Sí, pero lo de ‘chipamogli’ fue después del partido…

Estuvo caliente ese partido. Hace el gol Jean (Beausejour) y justo me lo topo de frente, le grito el gol en la cara. Cualquiera termina caliente si pierde un clásico y le gritan un gol en la cara.

¿Se pasó de rosca ahí?

Fue sin querer. Hace el gol Jean, yo voy detrás suyo, a celebrar con él y veo que justo está Johnny de rodillas, porque le había tratado de achicar a Jean y fue una expresión en el momento, de gol, pero no es que haya pensado en que si hacíamos un gol iba a ir a gritárselo. Fue el momento. La adrenalina, la euforia de poder ganar, el estadio lleno. Pero no fue algo que tuviera pensado.

Ahora Herrera está en televisión, ¿le gusta su faceta de comentarista?

Claro. Todos los futbolistas retirados que estén trabajando en televisión, en radio o en comerciales me gustan, porque el futbolista cuando se retira tiene pocas variantes, más que seguir como entrenador o ayudante. Y que se estén abriendo las puertas y que le estén dando una mirada distinta al jugador, porque antes decían que no sabía y que no podía estar en la tele, poco menos que le tildaba de tonto, me pone contento. Así uno tiene un abanico de oportunidades. Y no solo ser entrenador o ayudante. Yo no he mirado el campo. Me gusta hablar de fútbol, me gustan las entrevistas, como esta, pero estar en un programa, no sé.

Ahora, si lo llaman como panelista al programa de Johnny Herrera, ¿va?

No. Pasaríamos él defendiendo a la U y yo a Colo Colo.

Habría que poner un distanciamiento social de 20 metros…

No. Yo creo que habría que poner un ring.

Otro futbolista que está en las comunicaciones es Mauricio Pinilla, ¿lo ha visto?

Poco, pero me parece muy bien. Los dos hablan bien, se les entiende bien y tienen mucho conocimiento. Me pone contento. Ojalá que se sigan sumando muchos más jugadores. Siempre es bienvenido. Y que te critique alguien que sí fue futbolista, se mira de otra manera. Se valora más, porque sabe lo que se siente. También estuvo ahí.

¿Y duele más la crítica cuando viene de un excompañero?

Es que el jugador también debe saber que para estar en esta actividad, tiene que aceptar la crítica. La diferencia está en la forma. En si es una crítica constructiva o una crítica mala leche. El jugador tiene que saber que lo van a criticar, que no siempre va a recibir elogios.

A propósito de códigos de críticas, después de la goleada de Ñublense sobre Colo Colo, usted se enfrentó con Nicolás Castillo, ¿de donde nace tanta mala onda entre ambos?

Ya nos habíamos encontrado en clásicos. Lo mismo que pasaba con Johnny, pasaba con el Nico. Él defendía sus colores, su camiseta, como hincha, a morir, pero me pareció mal su comentario, sabiendo que eran juveniles, que les habían avisado el día antes que tenían que jugar. Y trataron de hacerlo lo mejor posible. Lamentablemente, no se dio un buen resultado. Burlarse por la cantidad de goles con que perdieron no era lo adecuado. Al contrario, hubo comentarios de otros futbolistas felicitándolos, por la personalidad que mostraron. Si te avisan una semana antes, te preparas. Por eso fue mi defensa, más que nada.

Después se siguieron tocando la oreja, “que te echaron, que a ti también”…

Bueno, por lo que yo sé, él se fue a probar a Colo Colo y no lo dejaron. Él dice que se fue solo. A mí, algunos entrenadores que lo tuvieron me dicen que no lo dejaron, pero nadie tiene la verdad. Él tiene su versión, yo tengo la mía. Me quedo con que le hubiese gustado jugar en Colo Colo. Por algo se fue a probar. Lamentablemente, no quedó y se fue a probar a la Católica.

Tengo que mandarle un saludo de cumpleaños a un amigo. Me pidió que, ojalá, fuera de alguien vinculado con Colo Colo…

Jajaja. Es algo que está de moda, que ha funcionado bien. Ya la mayoría de los futbolistas están ingresando. Yo estoy en dos. En Salud2 y TuCelebridad. Hay hartos jugadores. Están Paredes, Iván Morales. Se ayuda a fundaciones. Las dos son lindas causas. Cada jugador pone el precio de su saludo y un porcentaje va a las fundaciones. El mío vale 10 mil pesos. Estoy mandando entre ocho y 10. Sirve para pagar el internet.

¿Te han pedido algún saludo especial?

Casi siempre son saludos de cumpleaños o que le pida a Juanito Pérez que le ponga bueno en los estudios o saludar a niños que están entrando a escuelas de fútbol. También piden que les diga a sus parejas que las aman. Eso es lo más raro. Me dan ganas de decirles ‘dile tú’.

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