Felipe Flores: "Mi paso por México fue medio enredoso"

Felipe Flores

El delantero de Antofagasta regresó al fútbol nacional luego de más de dos años en tierras aztecas. Hoy se enfrenta a su ex equipo.



Felipe Flores (31) deja indiferente a muy pocos. Algunos lo recuerdan como un héroe de Colo Colo; otros siguen teniéndolo en las redes como centro de sus ironías en redes sociales FF17. El artillero vuelve a los pastos nacionales luego de emigrar a mediados de 2015. Su nuevo club y ciudad es Antofagasta. Y su primer rival, precisamente Colo Colo.

¿Por qué decide volver?

En septiembre se me cayó una opción que tenía afuera. Tenía todo listo y a último momento me cambiaron las condiciones en el contrato. Así que desde ahí decidí quedarme en Chile para recuperar la confianza, la continuidad. Por eso tomé la decisión de jugar en un club que en el último tiempo ha hecho las cosas muy bien, como Antofagasta. La idea es reinsertarme acá en el fútbol chileno, hacer un buen año y poder volver algún día a un equipo grande de Santiago, Colo Colo, o emigrar al extranjero.

¿Cómo evalúa su paso por México?

Fue un paso medio raro, porque en el Tijuana se comprometieron a pagarme el pase. Al pasar un año no me lo pagaron y los tuve que demandar por incumplimiento de contrato. Me fui a un juicio en la federación mexicana y me quedé un torneo sin jugar. Más encima el técnico que me llevó, después lo echaron. Así que mi paso por México fue medio enredoso. En Veracruz ocurrió más o menos lo mismo: me llevó un técnico y después se fue. Pero a pesar de eso, trato de rescatar lo positivo.

¿Cómo fue la situación con el Piojo Herrera en Tijuana?

Cuando empezó a sonar su nombre, yo estaba súper contento y motivado. Era comenzar de cero. Pero como yo había demandado al club, me tenían fichado; ya querían que buscara jugar en otro lado. Por la demanda que les puse como que no estaban muy contentos conmigo. Así que cuando llegó el Piojo Herrera entrené como dos semanas y ya después el club me da la orden de que no puedo entrenar más.

¿Pensó en el retiro?

No, nunca. A mitad de año cuando llegué de Veracruz a Chile de vacaciones, me llamaron como cinco o seis clubes y a todos les dije 'no, muchas gracias'.

¿Cómo siente que va a ser este partido contra Colo Colo?

Es un partido súper especial. Todos saben que yo salí de ahí. No sé si voy a jugar de titular o no. Llevo en Antofagasta recién. Esperemos que si me toca entrar de titular o en el segundo tiempo, hacerlo de la mejor forma.

Y si hace un gol, ¿lo celebra?

No se grita, no se celebra, nada. Por respeto a Colo Colo, la institución donde me formé. Gracias a ellos yo hoy día soy futbolista. No me gustaría gritarles un gol.

¿Cómo ve a Colo Colo este 2018?

Lo veo bien. Como rival, es el equipo que salió campeón y mantuvo una base; será sumamente peligroso para todos. Como fanático, a uno le duele que algo tan histórico como la Noche Alba no se haya hecho. La gente se ilusiona con los nombres de Barrios, de Matías Fernández.. Y si al final no resultan, obviamente se molestan. Pero el tema de los refuerzos yo lo entiendo. En Colo Colo no es llegar y contratar a cualquier jugador. En ese sentido estoy de acuerdo que se demoraran un poco más y contratar a buenos jugadores.

¿Cómo se tomaba las burlas en redes sociales hacia su persona?

Obviamente que al principio me lo tomaba mal. No entendía por qué apuntaban a mí los dardos, si andábamos todos mal. Hay que ser fuerte de cabeza, no cualquiera sale de una situación así. Pero nada, estar con los compañeros y la familia, tratar de no estar leyendo tanta cosa, preocuparme solamente de entrenar y así.

¿Cuál es la anotación que recuerda con más cariño?

Varios. El que más me marca es el del clásico de 2013, el 3-2 al último minuto. Me saqué la mochila que tenía encima.

¿Qué le gritó a Johnny Herrera en el clásico de 2014 cuando lo salió persiguiendo?

No le grité ni un garabato ni nada. Sólamente le grité el gol en la cara. Pero fue porque estaba ahí y lo vi de rodillas en frente mío y me salió al instante, no fue algo preparado. Como lo vi en frente, arrodillado, me dije: 'Aquí está la mía'.

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