Felipe Melo vivió un partido aparte en el choque entre River Plate y Fluminense. El defensor se enfrascó en constantes discusiones con los futbolistas del cuadro de la banda sangre. Desde el primer tiempo, cuando celebró un saque lateral, que los ánimos se fueron caldeando. En ese entonces le pegó un pechazo a Nicolás de la Cruz, siendo el primero de sus gestos polémicos en el Monumental.
Encargado de calentar a los rivales, el central sufrió con el resultado en contra y sus consecuencias. Primero porque Miguel Borja le gritó en la cara el 2-0 del elenco argentino, como devolución, el defensa le propinó un empujón al atacante.
Luego, una vez finalizado el partido, se retiró del campo haciendo un gesto de gallina, para burlarse de los hinchas locales. Esta última situación le valió ser buscado por la policía. Un grupo de agentes fue al vestuario de la visita, para oficiarle un acta por incitación a la violencia al ex Palmeiras.
Lejos de bajar las pulsaciones, Felipe Melo habló en caliente en la conferencia de prensa post partido. “Para mí jugar contra River no es especial. Fue un partido más. Especial es jugar contra Boca. En los dos partidos, River pegó patadas y no cobró nada el árbitro. Es muy difícil cuando juegas contra equipos así y que no te cobren nada”, disparó el mundialista en Sudáfrica 2010.
Cuando llegó la fuerza policial a buscar al zaguero, este se retiró del vestuario cubriéndose con una capucha. “Acá jugamos una final, sobre todo para River. Si no ganaba o empataba estaba afuera. Nosotros cuando jugamos en casa, en el Maracaná, sobre todo el primer tiempo River hizo demasiadas faltas y el árbitro no cobró, hoy lo mismo”, fue otra de las frases que lanzó.
Con el resultado de este miércoles, Fluminense se mantiene como líder del grupo D de la Copa Libertadores, con 9 puntos. Los tres puntos le permiten al equipo de Paulo Díaz escalar al segundo puesto de la clasificación, con 7 unidades, las mismas que posee el tercero, Sporting Cristal. Último aparece The Strongest, con 6 positivos.