Marouane Fellaini le dio el triunfo en tiempo agregado al Manchester United frente al Arsenal, en Old Trafford. Alexis Sánchez jugó todo el partido y participó en el 1-0 de Paul Pogba. El resultado fue 2-1 final para los locales, en un partido que se constituyó como el último clásico de Arsene Wenger.
El United se convertía en el primer equipo en despedir a Wenger. Y no era otro que Alex Ferguson el que homenajeó a quien fue su rival por casi 22 años. Antes del pitazo, a un costado de la cancha, el mítico DT de los Diablos Rojos le entregaba un regalo de despedida al francés, mientras se sumaba José Mourinho. Los respetos del público en Old Trafford no se hicieron esperar.
Comenzado el encuentro, todo volvió a la normalidad. El foco pasaba de Wenger a Alexis Sánchez, que enfrentaba al Arsenal por primera vez desde que abandonó el club londinense. Como era de esperar, cada vez que tocaba la pelota la parcialidad visitante abucheaba al chileno. No le perdonan cómo salió, ni donde fue a parar.
Pero el chileno les respondió a su modo. El 1-0 de Pogba, a los 16', nació de un cabezazo suyo que se estrelló en el palo, cuyo rebote agarró el galo. Buena combinación la mostrada por ambos jugadores en la primera mitad. Juntándose y buscándose para revivir lo hecho ante el Manchester City. Lukaku, otro de gran primer tiempo, aportaba con su presencia en área.
En el complemento, la dominación del United desapareció. Gran factor fue la lesión del atacante belga, que tras una fuerte falta debió ser sustituido. Rashford entró en su lugar y la delantera local ya no fue la misma. Sobre todo porque a los 50' Mkhitaryan aprovechó un error de Valencia por la derecha, condujo el balón hasta el borde del área y remató raso y cruzado, dejando parado a De Gea. Era el empate inmerecido, pero que marcaría el resto de las acciones.
Porque el United, después de ambas situaciones, no pudo desnivelar. Recuperó la posición, pero no marcó la presencia de la primera parte. Sánchez desapareció de la escena y sus movimientos volvieron a ser los mismos de siempre: escorado a la izquierda, recibía y entregaba de inmediato. Pocas incursiones al área y córners mal ejecutados.
El Arsenal parecía contento con el resultado y no arriesgaba demasiado. Mourinho realizó algunos cambios posición por posición y mantuvo al chileno en cancha. Fellaini, el comodín de los últimos minutos, cargaba contra el área rival cada vez que su equipo tenía la pelota, buscando agarrar un centro o un pelotazo desesperado.
Y resultó. El comodín de pelo enmarañado conectó un cabezazo en el 90'+2 inalcanzable para Ospina. La estrategia del luso dio resultados ante un Arsenal que pagó su abandono del ataque.