El argentino Fernando Belasteguín encara sus últimos meses como jugador profesional de pádel. “Muchos amigos me dicen que tengo que disfrutar estos últimos meses... y yo disfruto siendo competitivo y dándolo todo. Este último año ha sido un poco raro porque he tenido lesiones, he estado algunos torneos sin jugar, he jugado bien, he jugado mal... pero quiero acabar haciéndolo bien, sobre todo en varios torneos consecutivos”, comentó el mejor de la historia en conversación con el diario Marca.
Uno de los aspectos que tocó en la entrevista fue su longevidad: “Quizás sí que he transmitido eso, e incluso por momentos me sentía así, porque no me lesionaba y estaba competitivo siempre prácticamente hasta los 42-43 años. En los últimos años se ha notado otra cosa, no me sentí del todo bien y he estado algo más frágil porque he apretado para estar a la altura de los jóvenes y la naturaleza no te perdona. Las lesiones son un golpe muy grande a nivel mental, me sentía frágil, y eso se trasladaba a mi juego. Quizás estar tanto tiempo lejos de mi familia, expuesto en este mundo del pádel, me ha hecho ser algo más frío porque intentaba ser más inmune a todo. Ahora soy como un castillo de arena, y si mi familia no está bien, me entran los miedos”.
“Yo creo que con el tiempo siempre hay muchas cosas que quizás las hubiera cambiado. Viéndolo con la experiencia que tengo ahora, viendo la cantidad de veces que te puedes haber equivocado o que te han engañado, pero en el momento... Yo soy una persona que he tomado todas las decisiones pensando que en el momento era lo mejor que hacía y me he dejado llevar por mis sensaciones y por mis sentimientos. Hoy, con la experiencia, podría decirte que hubiera cambiado cosas, no lo sé, pero lo que tengo claro es que en mi vida he aprendido tanto de errores como de aciertos”, reflexionó.
También abordó la relación con su familia en el contexto del deporte: “Mira, en mi caso he tenido suerte hasta con eso en mis hijos. Yo tuve una época en la que ganaba todo y hasta cambiaron las reglas -poniendo los partidos a cinco sets- cuando jugaba con Juan Martín, luego llegó la etapa con Pablo Lima en la que cambiaron las pelotas para que se igualase todo un poco... En esa época mis hijos eran pequeños y por suerte han empezado a tomar conciencia de todo estos últimos años, cuando más he perdido en mi carrera. Entonces me lo tomo como algo bueno, prefiero que me hayan visto perder mucho más que ganar. Ellos me ven entrenar después de haberme ido pronto en un torneo como si no hubiese pasado nada, por eso digo que el deporte me ha permitido hasta educar a mis hijos en muchos aspectos”.
“Estoy agradecido, soy un privilegiado. El jugador es cada vez más profesional, puede ayudar mucho a su familia y eso es lo mejor. Hay una cantidad de ingresos grande y yo, que he tenido la suerte de ir viendo el crecimiento de esto poco a poco, estoy muy feliz de que los chicos y chicas se puedan dedicar exclusivamente a esto. Ahora son profesionales 100%, y aunque hay mucho trabajo todavía por hacer, me enorgullece ver la salud de la que goza el pádel. Eso sí, he sido muy exigente conmigo mismo toda la vida y seguiré siéndolo con los que manejan el pádel ahora y en el futuro”, manifestó.
Para el retiro, aseguró que “seguiré ligado al pádel, seguro, y también entrenando. No me da miedo aburrirme, tengo muchas inquietudes, varios proyectos empresariales, también la expansión de los Bela Padel Center, que es algo que me motiva mucho... y en el deporte estaré para ayudar en lo que pueda para que siga desarrollándose. Si me queda tiempo, estaré para ello, que nadie lo dude”.