El paraguayo Juan Angel Napout (59 años) y el brasileño José María Marín (85), esperan sentencia luego de ser hallados culpables de asociación para delinquir, fraude bancario y lavado de dinero en el marco del escándalo de corrupción de la FIFA. Lo que sí está claro es que ambos dirigentes deberán olvidar la vida de lujos y poder que llevaban, para cambiarla por una celda en una cárcel de Nueva York.
Durante el juicio se conoció que Napout, ex presidente de la Conmebol, por ejemplo, recibió de Full Play (empresade los hermanos Hugo y Mariano Jinkis) entradas para el concierto Paul McCartney por un valor de 10.175,88 dólares y el pago del arriendo de una casa en Punta del Este por 40 mil dólares.
Nelson Sanabria, ex asistente de Napout declaró, como publica Infobae, que su jefe era adicto a los masajes, la manicura y la pedicura y que su chofer se encargaba de arreglarle las citas.
En 2007 Napout alcanzó la presidencia de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), formó parte del Comité Ejecutivo de la Conmebol y en 2014 asumió la presidencia.
El dirigente paraguayo tenía departamentos en Miami gracias a una fortuna que comenzó a formar antes de llegar a los altos puestos del fútbol, gracias a su trabajo como empresario importador.
José María Marín ha estado por cinco décadas ligado al poder en su país. En 1963 fue concejal de Sao Paulo, ciudad de la que después sería vicegobernador y gobernador.
En los 80 fue presidente de la Federación Paulista de Fútbol y vicepresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), donde se mantuvo por 20 años al lado de Ricardo Teixeira, a quien reemplazó en 2012, luego de la renuncia ante las acusaciones de corrupción.
Respecto de sus lujos, en el juicio se conoció, por ejemplo, que su esposa se compraba zapatos de 5.000 dólares o más. Además, después de ser detenido en Suiza y extraditado a Estados Uniods, Marín llegó a pagar 1 millón de dólares para quedarse con arresto domiciliario en un departamento de la lujosa Trump Tower.
Pero desde el viernes, y por el tiempo que determine la jueza Pamela Chen, su vida cambió radicalmente. En la prisión federal de Nueva York deberán levantarse a las 6:30, ordenar y limpiar sus celdas. El almuerzoes a las 11:00 y la cena a las 16:00.
Deberán usar un mameluco naranja y dormir en un catre de cemento con un colchón encima.