Seguramente varios hinchas azules todavía recuerdan a Leonardo Fernández. El mediocampista ofensivo, quien llegó al CDA de la mano de Sergio Vargas y Rodrigo Goldberg en la gerencia deportiva, terminó siendo uno de los puntos altos en un 2019 realmente paupérrimo para la U. Ahora el uruguayo vive momentos bastante más felices: juega en Peñarol y brilla en la Copa Libertadores.
Este martes, el futbolista de 25 años anotó los dos tantos con los que su equipo se impuso por 2-1 a Rosario Central, para sentenciar el paso del equipo charrúa a los octavos de final del máximo torneo de clubes del continente.
Primero, a los 32′, avanzó rumbo al área eludiendo rivales, abrió para Pedro Milans en la derecha, quien le devolvió el balón hacia el centro. Ahí, el volante desparramó a otro jugador del cuadro rosarino y definió potente con la zurda, arriba. Un golazo para vencer al meta Jorge Broun y hacer estallar el Estadio Campeón del Siglo.
El equipo de Miguel Ángel Russo igualó las acciones a los 66′ gracias a la anotación de Agustín Módica, pero otra vez apareció Fernández para aclarar todo. A los 83′, cerro una gran jugada del Carbonero, para el definitivo 2-1, un resultado con el que aseguran el segundo lugar del Grupo G con 12 unidades, por debajo de Atlético Mineiro con 15, y sobre el mencionado cuadro Canalla y Caracas, con siete y un punto respectivamente.
Destacó en un equipo que luchó por la permanencia
En la U, Fernández, con apenas 20 años, alcanzó a mostrar parte de su gran potencial. Arribó a mitad de 2019 a préstamo desde Tigres de México y disputó nueve partidos con la camiseta azul: siete por el Campeonato Nacional y dos en la Copa Chile. Acumuló en total 496 minutos en cancha y marcó un gol.
Lamentablemente, formó parte de un equipo que tenía como objetivo no perder la categoría. De hecho, los estudiantiles se salvaron del descenso por secretaría, ya que acabaron penúltimos en la tabla de posiciones, con 24 unidades. Cabe destacar que ese año el Consejo de Presidentes de la ANFP tomó la determinación de acabar anticipadamente el torneo producto del estallido social, en una votación en la que Universidad de Chile sufragó por terminar el campeonato, pero por darle continuidad a la Copa Chile, un certamen que meses después les terminó entregando boletos para la Copa Libertadores del año siguiente.