Draymond Green, ala pívot de los Golden State Warriors, estuvo bajo el escruitinio de aficionados y compañeros de profesión durante las últimas semanas. El jugador de 33 años siempre se ha caracterizado por tener un historial de agresiones en cancha que despierta el odio y el malestar de sus rivales. Este comportamiento lo ha llevado a ser comparado con otros jugadores conflictivos como Dennis Rodman o Bill Laimbeer.
Situación repetitiva
El hecho que protagonizó Green el 13 de diciembre de 2023 contra los Phoenix Suns no es algo nuevo. En dicha ocasión, el campeón olímpico con Estados Unidos en Tokyo 2020 le propinó un brutal golpe al bosnio Jusuf Nurkic que derivó en el repudio generalizado por su violencia a la hora de desenvolverse en el terreno de juego.
En palabras del afectado, señaló que Green “necesita ayuda” ya que esa actitud no es algo nuevo en él y ya se había dado recientemente y en múltiples ocasiones del pasado. En el duelo que protagonizaron los Golden State Warriors y los Minnesota Timberwolves, Green no encontró nada mejor que agarrar por el cuello y estrangular al centro francés Rudy Gobert en apenas los primeros dos minutos de partido. El desenfreno de Draymond llevó a que la liga lo suspendiera por cinco encuentros y le diera una advertencia por su reincidencia.
Si volvemos más atrás, en los playoffs de la campaña 22/23, el número 23 le propinó un pisotón en el pecho al lituano Domantas Sabonis en el marco del segundo partido de la serie entre los Warriors y Sacramento Kings. Aquel momento significó la expulsión del problemático jugador producto de su antideportividad, no obstante, salió gritando y provocando a la afición local en tono de burla.
El caso más grave a las constantes agresiones del socio de Stephen Curry es, sin duda, el puñetazo que le dio a su compañero Jordan Poole en la pretemporada de 2022. Los de San Francisco venían de ganar el anillo la campaña pasada ante los Boston Celtics y con las sensaciones de repetir el título por las nubes. A pesar de ese ambiente en la organización, Green y Poole tuvieron un acalorado intercambio de palabras en el que el surgido de Michigan State no dudó en lanzarle un golpe de puño directo a la mandíbula a su propio compañero.
El perdón de Adam Silver
Ante el historial de violencia protagonizado por el jugador que estalló en ese golpe a Nurkic, la NBA fue categórica en propinarle una sanción ejemplificadora: suspensión indefinida mientras se somete a ayuda psicológica para contener su manejo de la ira. Dicha inhabilitación se convirtió en el castigo más rotundo que ha debido enfrentar Green en su trayectoria como miembro de la NBA.
Sin embargo, lo ocurrido ese 13 de diciembre ya pareciera ser cosa del pasado. Este sábado, la liga presidida por el comisionado Adam Silver comunicó a la franquicia dirigida por Steve Kerr que Draymond podría reintegrarse a los entrenamientos y asistir a las instalaciones de los Warriors a partir del día domingo, todo esto tras intensas semanas de conversaciones entre la asociación de jugadores, la mesa directiva de la NBA, y el equipo psicológico que trató a Green. De hecho, según consigna Adrian Wojnarowski, principal periodista de la cadena ESPN, el jugador le planteó a Silver la posibilidad de retirarse, sin embargo, el mandamás no lo aceptó.
La sanción de 13 partidos fue bastante perjudicial para Golden State, ya que en el período en el que estuvo ausente, la franquicia que hace de local en el Chase Center perdió seis juegos y actualmente se ubica en la 11° posición, afuera incluso de puestos de play in. A partir del retorno de Green y la esperable mejora en su comportamiento, el elenco de Curry, Thompson y Kerr se alista para enmendar el rumbo de una de las franquicias más populares del mundo.