El fin del sueño árabe del PSG parece tener fecha de vencimiento. El 2022 no solo será el año del Mundial en Qatar. También podría transformarse en el del fin de la relación del club francés con los petrodólares que comenzaron a llegar, y por millones, en 2012, cuando Qatar Investment Authority adquirió la propiedad absoluta del club y comenzó una seguidilla de fichajes estelares que incluyó a figuras como David Beckham, Zlatan Ibrahimovic, Gianluigi Buffon, Dani Alves y Neymar.
Nabil Ennasri, director del Observatorio de Qatar, reconoce en el diario LeParisien, que la causa de la decisión estaría en los escasos beneficios de imagen que han obtenido los inversores asiáticos. "Si el PSG ganara la Champions League, parte de la sociedad francesa alimentaría arrepentimientos, porque sería el triunfo del dinero del rey y la exuberancia deportiva. Con Qatar, parece que los franceses nunca son felices", dice el personero, quien consideró un "fracaso" la última campaña en la Champions.
"Qatar inyecta varios miles de millones en Francia en bienes raíces, en grandes empresas y en el PSG. Al ver una serie de críticas recurrentes en la prensa y la opinión, provoca malentendidos y amargura entre muchos qataríes", refuerza Ennasri en relación a los perjuicios que ha derivado la relación con el club galo.
"Qatar necesita al PSG para obtener créditos de fútbol para la Copa Mundial. Desafortunadamente para ellos, este año nuevamente, pasamos de la desilusión a la humillación. Después de 2022, esa es todo un interrogante", sostiene el personero. Agrega que, después del Mundial, las prioridades de inversión cambiarán. "El fútbol será menos importante después de la Copa del Mundo, pero seguirá siendo un elemento importante del poder blando de Qatar", añade.
Qatar Sports Investment, la entidad dueña del PSG, sondea otras posibilidades de inversión: sigue a clubes de la segunda división inglesa y al AS Roma, de Italia.