El 2 de junio de 2016, durante su participaba en el programa Vértigo, Jorge Valdivia se quejó amargamente por su exclusión de la Copa Centenario. Y apuntaba en sus críticas directamente a Juan Antonio Pizzi de su marginación. Sus palabras no llegaron a oídos del entrenador, quien por esos días aguardaba en Estados Unidos con la Selección el estreno en el certamen. Pero el que sí tomó nota de sus dichos fue Claudio Bravo, quien a través de su cuenta de twitter le envió un sutil recado al Mago: ""Déjate de hablar @el_mago_oficial, la banda te va a citar a consejo. Te has ganado doble falange", posteó el capitán de la Roja, dándole cuerpo y vida al grupo que lideraba el camarín,denominado la banda pitillo, y que hasta ese momento vivía más bajo las sombras.

Eran tiempos de plena amistad en el núcleo duro del plantel. Un año antes, tras la victoria sobre Uruguay en la Copa América de Chile, Gary Medel subía una foto a sus redes sociales con la imagen de los siete más importantes participantes del clan: "Con la banda pitillo, unidos hasta el final". Allí se le podía apreciar junto a Claudio Bravo, Arturo Vidal, Gonzalo Jara, Jean Beausejour, Mauricio Pinilla y Jorge Valdivia, unidos por la camiseta de la Selección, por la afinidad de edad y por un grupo de whatsapp con el mismo nombre, por el que mantenían comunicación en los periodos fuera del régimen de la Roja.

De aquella armonía, queda muy poco. El quiebre se instaló tras las palabras de la esposa de Claudio Bravo apenas se consumó la derrota de Chile en Brasil y los posteriores comentarios en las redes sociales del arquero y el Rey, que agudizaron el grave problema de convivencia que se avecina en el corazón de la Roja. Por lo pronto, casi todos abandonaron el grupo de whatsapp y crearon otro, La Roja sin sapos. No hay que ser adivino para saber quienes lo integran y quienes quedaron fuera.

Aunque ya tenía varios años de predominio, fue bajo el mando de Jorge Sampaoli que este grupo tomó el control de las decisiones más importantes del plantel. Como una especie de clan, dictaba las pautas de bautizo de los novatos, pactaba los premios y gestionaba ante el DT las jornadas libres, para mantener su liderazgo. Incluso, en 2014, decidió unilateralmente la forma de repartir los premios por clasificar al Mundial de Brasil, lo que dejó afuera de la distribución a muchos futbolistas que por entonces ya no aparecían en las nóminas. Sólo la intervención del Sifup dio pie atrás al sistema elegido por la banda pitillo, aunque muchos apuntaban a Bravo como el artífice. Ante la oleada de críticas, todos los del grupo, incluido Vidal, salieron en defensa del capitán.

Incluso, hace poco, tras los incidentes en el Monticello, el propio Bravo dio una conferencia de prensa junto a Vidal, prestándole ropa a su compañero, en un momento más que complicado, y acusando a la prensa de inventar situaciones que sólo perjudicaban a la Selección. A la luz de lo que hoy sucede, claramente que ese respaldo era muy frágil. Ahora, ver en una misma foto a los dos protagonistas parece difícil. La banda pitillo llegó a su fin.