La discusión está lanzada hace un tiempo. El Barcelona de Josep Guardiola, por citar al equipo más contemporáneo, instaló la convicción de que para ganar en el fútbol es primordial mantener el control del balón. La posesión se transformó casi en un dogma que en Chile, por cierto, sumó varios adeptos.

Sin embargo, esa tendencia empieza a cambiar. Y, ayer, en la semifinal de la Copa Libertadores entre River Plate y Gremio, el equipo brasileño dio una lección de que se puede ganar teniendo poco la pelota. O casi nada.

Según estadísticas publicadas por Opta, el equipo de Porto Alegre tuvo en el Monumental su peor registro de precisión en los pases (52,6%), su menor cantidad de pases completos (130) y su peor registro en posesión de balón (33%) en las últimas seis ediciones de la Libertadores que disputó. Aún así, logró ganar gracias al solitario gol de Michel.

"Jerarquía", define el sitio dedicado al análisis pormenorizado del fútbol mundial. O, quizás, el fin del mito más reciente en este deporte.

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