No cabe duda de que la final de la Copa Sudamericana quedará en la historia. No solo por Independiente del Valle, que se impuso a Colón de Santa Fe por 3-1 y logró su primer título internacional, sino por cómo lo obtuvo, en un duelo interrumpido por una tormenta eléctrica, lluvia, pozas en la cancha en el estadio La Nueva Olla.
Sin mayor intensidad en el inicio, pero de ida y vuelta, fue el primer tiempo del encuentro en Asunción. El nerviosismo se percibía en cada pase no concretado. No era para menos. Ambos llegaron a la final con mérito, pero sin títulos en sus vitrinas al considerar torneos de primera división e internacionales. El que ganase, haría historia.
El espectáculo estaba asegurado, aunque la condición climática, que dificultó el juego por los charcos en el césped, comenzaba a frenar la pelota.
Pero de todas formas, en el 25', Independiente se las arreglaba para dar el primer golpe. Un tiro libre preciso de Cristian Pellerano llegó a la cabeza del central Fernando León, que cabeceó una pelota que pasó resbaladiza entre las piernas del portero de Colón, perjudicado por la velocidad que el otorgaba el agua al balón. La jugada fue revisada por el VAR por un presunto offside, pero finalmente fue validada.
En la media hora, las condiciones del campo obligaron al árbitro brasileño Raphael Claus a interrumpir el encuentro por 30 minutos a la espera de que parara el diluvio. Finalmente, gracias a la eficiencia con que fue secada la cancha, se logró continuar tras una hora de pausa.
Con la reanudación vinieron las llegadas del cuadro argentino, aunque no estuvo certero para cerrar las acciones. Por su parte, el cuadro ecuatoriano aprovechaba su velocidad por las bandas. Precisamente fue en una de esas jugadas veloces que lo Rayados del Valle aumentaron la ventaja. Jhon Jairo Sánchez encaró por la banda izquierda e intentó centrar a Gabriel Torres, pero una barrida de Emanuel Olivera desvió la pelota hacia su propia puerta. Era el 2-0.
A los cinco minutos de la segunda fracción se cobraba un dudoso penal para el cuadro trasandino, aunque nada cambiaría: Jorge Pinos tapaba el disparo a La Pulga Rodríguez.
Descuento postrero
Pero el descuento llegaría. En el 89', Emanuel Olivera marcó de volea en el área chica tras un centro de Rodríguez. Volvía la ilusión, pero se sentenciaba con un contragolpe letal de Independiente que selló el 3-1.
El resto fue euforia de los hinchas ecuatorianos, minoría en el estadio, que ovacionaban a un equipo que superó una tormenta para hacer historia.