Colo Colo buscó, jugó bien, pero cayó ante la jerarquía de Fluminense. El cuadro brasileño sacó a relucir su categoría y se impuso en el estadio Monumental gracias a un gol de Manoel en el minuto 75′.
El Cacique sufrió con la derrota. Fue un duro golpe, sentido por los propios jugadores en la cancha. En el Flu, en tanto, celebraron con todo. No se guardaron nada en los festejos, algo que molestó en el conjunto albo.
La euforia de los jugadores brasileños desató la polémica tras el pitazo final del árbitro Wilmar Roldán. Leandro Benegas reaccionó al instante y se abalanzó sobre los futbolistas de Fluminense. ¿El objetivo principal? Marquinhos, quien, a su parecer, se excedió en las formas de celebrar.
El delantero fue en busca del lateral y lo increpó. Acusaba una burla del futbolista tricolor. Rápidamente se formó una gresca, la que también finalizó con prontitud.
Un enfurecido Benegas no se calmaba y Maximiliano Falcón fue a por él en el tumulto, seguido por Jorge Almirón. El defensor logró separarlo y alejarlo del altercado a pesar de la desafiante actitud del jugador, quien se molestó por la actitud de Marquinhos.
“Hay unas cosas que pasan en el fútbol que yo no las comparto. Son cosas que uno vive con adrenalina y cuando se pasan al otro lado, se burlan después de una victoria, yo no lo comparto. Son cosas del momento. Hasta su propio compañero se dio cuenta de que no era el momento de tener esa acción con un compañero mío. Son cuestiones de segundos que a uno se le vuelan los pájaros, como se dice. Obviamente no tienen que pasar, pero a veces estamos con las pulsaciones a mil, con el mal sabor de la derrota y, cuando uno siente que lo pasan a llevar, es difícil de manejar”, señaló tras el partido.
En el otro lado, Marcelo fue quien tomó el liderazgo y le pidió a sus compañeros que se calmaran, algo que fue agradecido por los albos. “Marcelo... qué decir de él. Es un jugador íntegro, que entiende de este juego. Él se dio cuenta de que su compañero se había equivocado e intentó bajar las pulsaciones de ese momento”, añadió Benegas.
La situación se calmó en la cancha. El técnico Fernando Diniz se acercó a la parcialidad tricolor y lideró a su equipo, que le agradeció a los hinchas que llegaron al Monumental. En tanto, los forofos albos comenzaron a lanzar proyectiles, por lo que los futbolistas brasileños debieron ingresar a la manga que da al túnel que lleva a los vestuarios.
La fanaticada colocolina mostró su descontento con el resultado y despidió a sus jugadores con cánticos que tienen un mensaje claro: “Ganan sueldos millonarios, jueguen con el corazón, respeten por la camiseta, por la historia del campeón”, fue coreado por decenas de miles de hinchas que llegaron al recinto de Macul. Final copero para un duelo que complica las aspiraciones del Cacique.