Una nueva jornada de violencia se vivió la noche del martes en el fútbol argentino. Tras el final del partido donde Barracas Central venció 2-1 a Patronato, por la décima fecha de la segunda fase del torneo local, los jugadores y el técnico del cuadro perdedor se trenzaron a golpes con las fuerzas policiales.
Una jornada de violencia se vivió en el barrio de Floresta, en la cancha de All Boys. El arbitraje conducido por el juez Jorge Baliño cometió errores garrafales que favorecieron al equipo que hizo de local, el mismo del cual era dirigente el presidente de la AFA Claudio Chiqui Tapia.
El cuadro local abrió la cuenta a los 66 minutos, tras la conquista de Cristian Colmán, con asistencia del ex Colo Colo Pablo Mouche. Sin embargo, el elenco de Entre Ríos igualó a los 75′ con gol de Jonás Acevedo.
Cuando estaban 1-1, el árbitro Baliño anuló dos tantos para los visitantes a instancias del VAR. Encima, cobró un penal en los descuentos que favoreció al Guapo, como se conoce al equipo de Barracas. Y aunque Mouche erró el disparo, Sebastián Rincón puso el 2-1 en los descuentos.
Los disturbios
Una vez concluido el duelo, el técnico del cuadro del interior, Facundo Sava quien ya había sido expulsado, corrió hasta el árbitro -el mismo que favoreció al ganador contra San Lorenzo como consigna el diario Olé- para golpearlo e increparlo.
Los jugadores de Patronato también perdieron el control y las emprendieron contra los mismos jueces, quienes debieron ser protegidos por los policías que había en el recinto.
En ese momento, los deportistas se enfrentaron con golpes de puño y patadas con los efectivos, en fuertes imágenes que fueron difundidas por la televisión transandina.
“Me dan ganas de llorar, irme a mi casa y no dirigir nunca más en mi vida”, dijo Sava tras el encuentro.