A una etapa del final del Giro de Italia, todo indica que las sorpresas acabaron. Tras la épica carrera que el viernes dio Chris Froome, donde dejó boquiabiertos a todos los que hasta ese minuto marchaban como líderes de la prueba, hoy todo se mantuvo como quedó. Es más, el británico nacido en Nairobi incluso sumó seis segundos más de ventaja frente al holandés Tom Dumoulin, su más cercano perseguidor y uno de sus detractores.
Las tres duras subidas de esta etapa, el Col Tsecore, Col Saint Pantaleon y Cervinia, hicieron que sólo un pelotón pequeño, liderado por el equipo Astana, guiara el ritmo de la carrera. Allí, Froome, cuestionado por su positivo por salbutamol que aún se investiga, fue acompañado por el español Miguel Ángel López y el ecuatoriano Richard Carapaz, para mantener siempre a raya a Dumoulin, oprimiendo cualquier intento de fuga, a un ritmo que se intensificó a ocho kilómetros del final.
Todo esto ocurría mientras más adelante, por lo menos a dos minutos de distancia, el vasco Mikel Nieve cerraba su participación como protagonista de la penúltima jornada. El hispano dominó desde el inicio, y ya para a los 80 kilómetros de competencia se transformaba en líder indiscutido, a más de un minuto de distancioa de Gesink y Grossechartner, que más atrás lo perseguían.
Lo paradójico, más allá del resultado, fue que finalmente Nieve se coronó el mismo día de su 34º cumpleaños, sumando así su primera victoria en el Giro de este año, la tercera en su carrera.
Hoy, luego de tres semanas de competencias, la prueba itálica llega a su fin. Como siempre, finalizará en Roma, donde el más probable ganador será también el más discutido.