El jueves, Francis Cagigao (52 años) partió el día a las 7 de la mañana con unos mensajes de WhatsApp con Alexis Sánchez. El español lleva dos semanas instalado en su departamento, donde duerme en promedio cinco horas, según relata. Vive solo, pues su esposa Ana (profesora) y su hijo Samuel (universitario) se quedaron en España. Es parte de la historia que el director deportivo de las selecciones nacionales relata a El Deportivo, el viernes, sentado en un sillón, con la televisión sintonizada en el partido entre Fulham y Leeds, por la Premier League.
¿A qué vino a Chile?
En primer lugar, vine porque me llamaron. En segundo lugar, obviamente a ser director deportivo, un cargo que si bien existe en 90, 93 federaciones del mundo, no había existido nunca en la federación chilena. Había gerentes y gente que tenía más o menos implicación en la logística, pero no en lo que es la dirección deportiva en sí.
¿A qué lo traen, entonces?
En primer lugar, creo que para poner estructura. Voy a partir desde antes: cuando empecé a hablar con la federación, Pablo Milad me indica que hay un director técnico, el señor Rueda, y yo a priori vengo a trabajar con el señor Rueda. En ese tiempo, negocian su salida, por lo cual al llegar me encontré con que la Selección no tiene un cuerpo técnico. La segunda es que tampoco hay director técnico Sub 17; tercero, ni director ni cuerpo técnico Sub 15; y después, no hay un área o un departamento de identificación, scouting y análisis, que es fundamental. Encontré básicamente una organización que debe modernizarse. De ahí viene que hayan buscado una persona que trabajó en un club de la elite europea.
Su descripción de lo que no hay indica que hay un vacío brutal…
Sí, pero se puede decir que había cosas que de antemano quedaron claras y otras no tanto. Yo tengo claro que parte importante de mi trabajo en primera instancia es más un Due Diligence (auditoría) que ya está en su última parte. Es decir, observar, escuchar, para posteriormente tomar ciertas decisiones. Obviamente, trabajar en un club de la elite europea es una cosa y trabajar en una federación sudamericana es otra.
Entonces las decisiones importantes todavía no las toma…
Las tomaré en un plazo muy corto.
¿Me puede explicar a dónde apuntarán esas decisiones?
Lo primero es armar las selecciones de fútbol formativo. Iniciaremos un proceso, cerca del 7 de abril, con una postulación de entrenadores, mediante entrevistas, para en el plazo de un mes anunciar un director técnico Sub 15, uno Sub 17 y sus correspondientes cuerpos técnicos. Las entrevistas no serán exclusivas a los técnicos, sino que a todo el cuerpo técnico. Después de este proceso, iniciaremos otro con miras a buscar un jefe de scouting y también un adjunto a la dirección deportiva, exclusivo para el fútbol femenino. Todo esto dentro de cierta ideología, asentando unas bases de trabajo y desarrollo para un futuro inmediato de las selecciones chilenas.
¿Esa ideología será la del fútbol chileno o la de Francis Cagigao?
Cuando traes un director deportivo para construir una estructura que no existe, hay una parte de esa estructura que está en base a las ideas de esa persona. Pero todo debe ser consensuado y el Due Diligence me ha servido para nutrirme de opiniones, siendo eso sí muy selectivo con esas opiniones.
¿Y cuál es su ideología, entonces?
La que mejor le convenga a Chile y la federación chilena. Está basada en quiénes somos, qué tipo de futbolistas tenemos, la liga doméstica, las ligas formativas. Apunta a qué queremos ser y cómo llegaremos a lo que queremos ser. Hay una parte que es pura formación y ahí tenemos que decidir: queremos que lleguen jugadores a la Selección, queremos que las selecciones ganen campeonatos, queremos ambas cosas, porque a veces no se pueden tener las dos. Una de las primeras labores será separar el fútbol formativo del Sub 20. Y acercar la Sub 20 a la absoluta, porque estamos hablando de jugadores con contratos profesionales.
Lo interrumpo. Le preguntaba por su ideología, por cómo ve usted el fútbol…
Es que aquí no se trata solo de mi forma de ver el fútbol. Esto no es Francis Cagigao Fútbol Club. Esto es la selección chilena y la federación chilena, con lo cual yo no puedo llegar aquí e implementar simplemente mis gustos, basado en mis 35 años de fútbol profesional. Yo necesito llegar aquí y averiguar qué se ha hecho bien, qué se ha hecho mal y dónde podemos mejorar…
¿Qué se ha hecho bien?
Está claro que 2015 y 2016 son años de máxima importancia en el fútbol chileno, porque se gana una Copa América por primera vez y luego una Copa Centenario. Es obvio que eso se hizo bien. Por otro lado tenemos todo lo que se hizo desde 2016 hasta ahora, donde hablamos de fútbol formativo, que quizás necesita un impulso…
¿Eso es lo que se ha hecho mal?
En el fútbol como en la vida no es tan fácil como bien y mal. La zona gris es donde tendemos a vivir todos y son mucho más amplias las zonas grises que las blancas y negras. Obviamente se han producido unos años donde no ha llegado arriba a la selección absoluta una generación potente de futbolistas jóvenes. Habrá que preguntarse el porqué, lo que es muy complejo. Por otro lado, todavía les queda gasolina a muchos consagrados, con lo cual hay que ser muy respetuosos de ellos y pensar que los jóvenes no han sido capaces de desbancarlos, porque los consagrados tienen una mentalidad competitiva tremenda. Yo creo que al joven futbolista chileno lo que le falta es esa dosis de competitividad y hambre que tienen los consagrados.
Cuesta imaginar que un futbolista joven no tenga hambre de competencia o éxito…
Yo puedo pedir permiso para hacer algo una vez, puedo pedir permiso una segunda vez, puedo pedirlo una tercera vez. Pero si a la tercera no me escuchan, tengo que tomarlo yo. Entonces también es una cuestión de tener iniciativa. I-NI-CIA-TI-VA. La misma que mostró la generación de Alexis, Vidal, Bravo, etcétera. Hay que reimpregnar a las nuevas generaciones de ese hambre e iniciativa, que quizás en este momento no es tan evidente. Cuando hablé con Martín Lasarte para su incorporación como director técnico, coincidimos en muchos puntos. Y cuando hablamos de esto, está claro que tenemos el objetivo de clasificarnos a un Mundial, pero eso no quiere decir que no tengamos que hacer desde ya un trabajo de regeneración del grupo. ¿Es inmediata para las Eliminatorias? No. Pero tenemos que encontrar el momento de meter savia nueva.
¿Y eso no lo hizo Rueda?
Vamos a ver. Una cosa es experimentar con jugadores, otra es tener una idea muy clara de dónde quieres ir con esa regeneración. Pero yo no puedo hablar del trabajo del señor Rueda. No estoy aquí para hablar de su trabajo. Es más, desconozco su trabajo.
Pero se encontró con los resultados de su trabajo…
Me encontré con los resultados que encontré en la clasificación. No tuve tiempo para hablar con el señor Rueda y no pude ver el trabajo que dejó el señor Rueda. Yo me he encontrado más bien una hoja de A4 vacía…
Es fuerte decir que el proceso de un entrenador dejó una hoja vacía…
No, quiero decir que lo que hizo el señor Rueda, lo hizo él. Yo no me puedo fijar en lo que hizo el señor Rueda. Yo tengo que fijarme en dotar de estructura a la selección chilena y que esa estructura sea testimonial, que quede ahí para el que venga. Y dentro de eso ha sido parte la elección del nuevo director técnico. Lo que sí está claro es que las formas de trabajar van a ser muy distintas de un técnico a otro y ahora la federación estará dotada de una dirección deportiva. Necesitamos que nuestras selecciones estén alineadas. Tenemos al técnico de la Sub 20 trabajando con la absoluta. Y tendremos al técnico de la Sub 17 trabajando con la Sub 20 y al de la Sub 15 con la Sub 17. Y tendremos una oficina de scouting que trabajará con el fútbol formativo como con la selección absoluta. Eso no estaba, por lo tanto, respecto al señor Rueda, yo no puedo entrar a hablar sobre lo que dejó o no dejó. Lo que te intenté decir con la hoja blanca de A4 es que partiremos otra ruta… distinta.
Sea honesto. ¿Estaba Lasarte entre los primeros tres candidatos para la Selección?
Estaba en segundo… Segundo.
¿Por qué no fue el primero?
Porque había otro… Con ese otro se habló y se negoció. Su nombre era Matías Almeyda.
Almeyda les falló…
No. Matías Almeyda tomó una decisión que le convenía a él. En ningún momento me puedo sentir defraudado.
Pablo Milad habló de Rafa Benítez como primero de la lista…
No puedo hablar por el presidente. Esta entrevista es con Francis Cagigao.
Pero Milad lo dijo…
Mira, yo hablé con Rafa, pero en otra condición, como hablo con muchos técnicos. Es parte de mi vida. Ahora, no negocié con Rafa Benítez para ser director técnico de la Selección. ¿Hablé con Rafa Benítez para interesarme por su situación? Sí. ¿Negocié con Rafa Benítez? No. Solo negociamos con dos entrenadores y con nadie más.
¿Acepta las críticas? Se ha dicho que usted vino a Chile a hacer nada…
Yo entiendo que pueda haber desconocimiento sobre mi rol, porque no ha estado establecido en la federación. ¿Si me molestan las críticas? Llevo 35 años en el fútbol y sé que habrá muchas, las acepto. Uno siempre piensa que si son constructivas, mejor. Pero si no lo son, poco puedo hacer.
¿Cuál es la frontera para que su trabajo no invada al de Lasarte?
Primero tiene que haber alineación de trabajo y planificación, pero está claro que un director deportivo no da la nómina ni elegirá el once. Lo que sí debe hacer el director deportivo es poner toda la estructura para que el técnico pueda tomar la mejor decisión. Recopilando información de jugadores, haciendo análisis, observación. Obviamente yo puedo tener mi opinión y está claro que siempre se la voy a ofrecer al técnico, pero de ahí, quién juega y quién no juega es decisión del DT.
Al revés. ¿Para que Lasarte no invada el trabajo del director deportivo?
Raramente el entrenador va a invadir mi trabajo cuando las pautas quedaron muy claras desde el principio. Hay que ser muy claros y honestos. El director técnico se concentra en la absoluta. Y el director deportivo en toda la estructura.
¿Cómo enfrenta usted la siempre cuestionada relación de la selección con los representantes de jugadores?
En un ámbito de federación tenemos poco trabajo con los representantes. Ellos tienen mucho más contactos con los clubes, donde tienen relaciones mercantiles. Más allá de alguna información puntual, casi no existe a nivel federativo.
A usted se le relaciona con Cristián Ogalde, agente que lo recomendó para venir a Chile. ¿Puede aclararlo?
A mí me llama Pablo Milad. No me llama Cristián Ogalde. ¿Si lo conozco a Ogalde? Sí, claro, pero si te dijera ahora mismo a cuántos agentes conozco en el fútbol mundial... Lo dije el primer día que llegué aquí: con quien yo decido tomar un vino, una coca cola, un café o una cerveza, es mi vida privada. No tiene absolutamente nada que ver con mi profesión. La relación que pude tener con alguno en el pasado se basó en lo estrictamente profesional. Ir más allá es absurdo. No hay nada más allá dentro de mi relación con la federación y la ANFP que involucre a un agente u otro.
¿Por la condición de su cargo intentará ser más cuidadoso en su vínculo con agentes?
No tengo por qué serlo, porque mi nivel de transparencia es 100 por 100. Lo ha sido en toda mi vida profesional. No puedo ser más cuidadoso, porque soy 100% transparente y honesto. Cuidadoso sería si yo tuviera algo que esconder.
¿Su meta principal es que Chile clasifique al Mundial?
Es una de ellas.
Siempre hay más importantes que otras…
Tengo dos. Lo que pasa es que me tengo que centrar en los dos años de contrato que tengo. Debo ser práctico y pragmático. Si me dices dos, yo diría: Mundial y la regeneración progresiva de la selección chilena. Hablo de regeneración y no de recambio, porque parece que el recambio fuera cambiar una cosa por otra.
¿Quién le copió a quién? Lasarte también habla de “regeneración”.
(Se apunta con el dedo…) La pauta de la regeneración es algo que he hablado con Pablo Milad desde mi llegada en enero.
¿Cómo actúa usted frente a la indisciplina? ¿Lo deja en manos del entrenador?
Eso lo veremos si hay casos. Por ahora no hemos visto ninguna.
¿No habrá un reglamento para estos casos?
De haber un reglamento, sería de manejo interno, nunca externo.
¿Pero usted sí se va a meter cuando toque?
Obviamente... Me parece absurdo hablar de la disciplina o de la falta de disciplina, si hasta ahora no hemos tenido que afrontar ningún caso.
Ya… ¿Pero está consciente que esta selección fue definida como ingobernable?
¿Quién dijo eso?
Jorge Sampaoli…
Nunca lo he dicho ni tampoco lo he escuchado. Yo creo que son gente muy profesional, que llevan años muchos de ellos al tope de sus profesiones, jugando en Europa al máximo nivel y hay que ser respetuosos.
¿Y en la edad se piensa? Me habla de regeneración y aparece en la lista un jugador de 36 años como Luis Jiménez…
No. Siempre se va a valorar la edad, pero la edad nunca será lo determinante. No puedes utilizar el rut como algo determinante. Te hablaba antes de iniciativa y los jóvenes tienen que mostrar iniciativa. Para jugar en la Selección, el joven debe arrancarles la camiseta de la espalda a los consagrados.
¿El fútbol chileno debe ser ofensivo? ¿Le gusta el concepto equilibrio?
Me encanta la palabra equilibrio, en el fútbol y en la vida.
¿Equilibrio no es sinónimo de cobardía o ser defensivo en el fútbol?
Está claro que está muy bien golpear, pero también hay que saber encajar. Si no, no se pueden ganar batallas. ¿Mis gustos personales? Trabajé 24 años en el Arsenal, un fútbol expansivo, basado en la posesión, combinaciones rápidas, intercambio posicional, un fútbol muy ofensivo. ¿Es aplicable en todos lados? No.
¿En la selección chilena es aplicable hoy?
En Chile hubo unos años con Bielsa y Sampaoli donde hubo un estilo muy agresivo y a la vez ofensivo, con ciertos jugadores. ¿Se puede jugar hoy como hace seis o siete años? Quizás no, pero sí que hay que buscar los momentos para ser ofensivos. Igual que hay que para defender bien. No puedo entender la crítica al equilibrio. Solo entiendo la crítica a la falta de equilibrio.
¿Cuál es el límite que profesionalmente no se puede traspasar con usted?
Lo personal. Nos olvidamos de muchas cosas cuando estamos hablando de fútbol y yo entiendo que lo más importante en todo es el sentido común. Si se me pide algo que no esté dentro del sentido común, pulsaré el botón pausa y repensaré las cosas. No es aceptable que en el fútbol alguien me pida un favor que no es netamente profesional.