La agenda de Francisco Bozán es agitada. El entrenador de Universidad de Concepción trabaja mucho y duerme poco, pero ya está acostumbrado. Su día lo vive intensamente, en reuniones, planificando, dirigiendo prácticas y, principalmente, viendo videos. "A las 6 o 7 am ya estoy en el complejo. Llegamos una hora y media antes que el plantel, porque necesitamos muchas horas de trabajo como cuerpo técnico", asegura.
Su metodología un tanto obsesiva le ha servido en el Campanil para pelear el título: "Es que son muchas horas observando rivales".
¿Cuántos videos ha visto ya de Universidad Católica?
Les encantan esas preguntas. No puedo decir cuántos, porque todavía me faltan muchos por ver. Hemos visto lo necesario.
¿Imaginó llegar a esta instancia peleando por el título?
Lo que planificamos desde un inicio fue incorporar jugadores para competir en todos los partidos. Al principio no nos resultó y todo se hizo más duro, porque no entendíamos qué pasaba. No se daban los resultados, pero era cosa de tiempo.
¿Hoy es una final anticipada?
Para ustedes. Nosotros no trabajamos desde ese cliché. Es un partido muy importante, pero quedarán cuatro fechas durísimas.
Nunca han exteriorizado que quieran ser campeones, ¿por qué?
Al inicio del torneo, algunos quieren ser campeones y otros buscan zafar del descenso. Nosotros buscamos ganar el próximo partido y, si eso nos lleva a final de campeonato a un logro superior, perfecto. No puedo ver más allá ni preparar un segundo partido si todavía no juego el primero. El paso a paso es real.
¿Cómo vive personalmente este buen momento?
Mi conclusión tras cada partido refuerza que hay que volver a trabajar de igual forma. Nunca hemos creído que somos los mejores por ganar un partido ni los peores después de una derrota. La paciencia y la calma han sido características importantes de este proceso. No tenemos una visión futurista, que es inmanejable e irreal.
Así lo ha entendido el plantel, nadie habla de ser campeón ...
Mentiría si digo que el mensaje nace de mi cabeza. Tengo jugadores que día a día me enseñan y nutren mucho. Terminamos resolviendo que el día a día y el partido a partido es lo mejor. Acá no hay relaciones de autoridad, sino que los jugadores pueden decir lo que sientan, discutiéndonos sensaciones a nosotros. Nuestra idea va en línea entre plantel y cuerpo técnico, no es que los jugadores repitan lo que digo.
¿Cómo lo hacen para no soñar con el título?
En todas las actividades de la vida, si sueñas con el fin máximo y la autorrealización, te pierdes todos los pasos previos. Si empiezas a pensar en ser campeón sin haber ganado nada, no tengo duda de que en el camino te vas a perder. Acá no perdemos el foco.
Es sicólogo, ¿ha aplicado aquel conocimiento en esta campaña?
La sicología me ha permitido calmarme y pensar. Haber estudiado esa carrera fue un plus que me da herramientas para percibir, analizar y razonar. Las decisiones se toman rápido, pero con tranquilidad.
¿Qué ha sido lo mejor de este año?
La autocrítica, porque vaya que es difícil aceptar la crítica de otros y qué difícil es entender que te equivocaste tú y no echarle la culpa al resto. Acá hay jugadores que lo han ganado todo, pero se contagiaron de autocrítica para sacar adelante un proceso difícil. La autocrítica es lo único que te permite crecer. Si no hubiésemos fracasado en Copa Libertadores, no sé si estaríamos acá.
Es joven y suma buenas campañas, ¿ve su futuro en un equipo grande o en el extranjero?
No lo pienso. El momento me dirá cuando esté preparado para dar otro paso. Acá he hecho un buen trabajo, pero esto aún no termina. Cuando tomé Barnechea tenía 27 años y en todos lados salió que era el entrenador revelación, pero luego descendí y para todos era el peor técnico de Chile. Después de un aprendizaje tan duro como ese, sería un error pensar en el futuro. Tuve que salir de la actividad que me apasionaba y donde me esforcé años, porque dijeron que no tenía las cualidades. Ese es el resumen del fútbol, ganas y eres el mejor, pero pierdes y eres el peor. Acá se sigue pensando que si no fuiste futbolista ni tuviste una carrera larga pasando por Europa, no puedes ser técnico.
¿Es injusto ese sistema?
Es así. El fútbol es el resultado del próximo partido. No tengo duda de que a inicio de año, si perdíamos ante Unión Española y un par de partidos más, esta entrevista sería a otro entrenador. Era lo normal y no nos engañemos, son las reglas.
¿Cómo define su idea de juego?
Nuestra forma de jugar es la que mejor se adapta a nuestros jugadores. Lo principal es cumplir ciertos valores no estratégicos, como no dar ningún balón por perdido, tener intensidad y ganar la primera o segunda pelota. Tenemos una dinámica de juego que va cambiando de acuerdo al desarrollo del rival.
¿Qué opinión tiene de Católica?
Al momento de perder el balón, están bien parados para defender y, cuando deben recuperarlo, están bien parados para contraatacar. Así se han vuelto un equipo muy regular, con un jugador diferente como Buonanotte y un goleador como Sáez. Son el rival más difícil del año.
¿Cuánto pueden influir las bajas de UC en defensa?
Son la defensa menos batida no por la línea de cuatro, sino que por el colectivo. Ya han cambiado muchas veces de nombres y su solidez no pasa por eso.
Finaliza contrato a fin de año, ¿ha conversado para renovar?
No. Estamos pensando en Católica y nos concentramos en cómo vencerla. Cualquier otra conversación nos sacará del foco.
¿Cómo proyecta la recta final?
Este campeonato largo permitió que todos peleen por algo. Se discutía que los torneos cortos daban más emoción, pero este campeonato ha permitido mantener a todos expectantes. Esto se resolverá en la última fecha.